El año termina y con él una de las etapas de la nueva vida de Leonor como adulta. Una de las fases comprendidas dentro de su formación militar, que ha sido su paso por la Escuela Naval de Marín, en Pontevedra. Paso breve, podría decirse, pues poco o nada ha tenido que ver el tiempo que ha pasado en Galicia en comparación a los casi once meses que pasó en Zaragoza cuando cumplía con su instrucción en el Ejército de Tierra.
El caso es que no esto otra cosa que un punto y aparte necesario, puesto que la parte de la carrera militar que ocupa la Marina no ha concluido todavía. Y es que cuando el pasado agosto fue la Princesa de Asturias nombrada guardamarina de primero de la 427 Promoción del Cuerpo General de la Armada ya se preveía esta salida de la base. Salida conjunta, con el resto de sus compañeros, pues todos ellos ya se han despedido del que ha sido su hogar porque el inicio de su travesía a bordo del buque-escuela Juan Sebastián de Elcano está a punto de comenzar.
De ahí que tanto ella como el resto de guardamarinas hayan dicho adiós a su casa por todo alto. Nada mejor que una buena fiesta para concluir estos primeros cuatro meses antes de embarcarse en una aventura sin igual. Una fiesta en la que, evidentemente y cumpliendo con esa máxima siempre presente de que la heredera sea "una más", Leonor estuvo presente. ¡Y lo pasó en grande!
Rodeada de sus compañeros y cumpliendo con la tradición
Basta con revisar la información publicada sobre este evento que, en realidad, remite a una de las tradiciones más asentadas en la formación de jóvenes que se introducen en la Marina. A fin de cuentas, todos ellos saben cuan duro será vivir los próximos seis meses en alta mar, de modo que pasarse por el Baile del Ciento, como se acuña esta fiesta, era casi obligado. Allí, según se han hecho eco medios locales como 'El faro de Vigo' o 'La voz de Galicia', se dieron cita unos 1.500 invitados.
Muchos de ellos formando parejas, pues no dejaba de ser este un baile ideado con esa premisa. Al menos, esa era la lectura que se hacía del mismo antaño. Algo que ahora ha cambiado y con lo que Leonor no ha parecido claudicar, pues se sabe que acudió sola. Eso sí, como los demás, ataviada con el impoluto uniforme de gala de la Armada, además de muy integrada en el entorno tal y como han hecho saber testimonios presenciales.
Entre ellos, aquellos que señalan que esta vez optó la princesa por declinar amablemente cualquier petición de tomarse un 'selfie'. Como cualquier otra persona en su situación, su propósito era disfrutar de este particular 'último baile' junto a su nuevo círculo. Es por eso que, aunque no haya imágenes del acto en sí mismo, las mismas fuentes han revelado que la hija de los Reyes se dejó ver de lo más dicharachera. Riendo y abrazándose a sus amigos. Bailando y cantando al ritmo de la música y comiendo pinchos. El festín fue tal que se alargó hasta la madrugada.
Contando las semanas para zarpar desde Cádiz
Y para nada es de extrañar que la futura Reina y los demás alumnos de la Escuela Naval lo diesen todo. Aunque todavía no lo han vivido, todos ellos son muy conscientes del mayúsculo desafío que afrontan en este 2025. Será el próximo 11 de enero cuando, de una vez por todas, el navío que pronto verán reconvertido en su casa zarpará desde Cádiz. El punto de partida para una larguísima ruta en la que, más allá de aprender todo lo necesario para la navegación, tendrán oportunidad de visitar muchos lugares.
Además, desde primera hora, porque tan solo unos días después de dejar Andalucía atracará el barco en Canarias. Una última parada en suelo español antes de que dé comienzo el gran viaje que los llevará hasta Brasil, Uruguay, Chile, Perú, Panamá, Colombia, República Dominicana y los Estados Unidos. Será en la ciudad de Nueva York y en el final de la primavera cuando la 'x' que marca el destino sea alcanzada. Para Leonor, el punto de retorno a casa, pues a diferencia de los demás, en 'la gran manzana' cogerá un avión de regreso a España sin necesidad de recorrer lo recorrido.