Son días cruciales para los estudiantes. Los alumnos de segundo de bachillerato se enfrentan a las pruebas de acceso a la Universidad, sin ir más lejos. La tan temida selectividad por la que Leonor no tuvo que pasar. Podría pensarse que por suerte, pero lo cierto es que ella ya tenía un camino definido en lo académico para el siguiente año. No solo porque haber elegido el Bachillerato Internacional supone hacer un examen distinto al convencional, sino porque antes debía poner en marcha otra maquinaria. La militar, la castrense. La Academia General de Zaragoza era el primer destino.

Ese primer destino del que ahora está a punto de despedirse. Por sorprendente que pueda parecer, la realidad es que ya han pasado diez meses desde aquel día en el que la heredera llegó a la capital aragonesa. Ataviada con ropa de civil y con la expectación personal y la popular. Comenzaba uno de sus grandes retos en el año de cumplir la ansiada mayoría de edad. El primer 'check' como adulta en la lista de deberes reales que van de la mano con ser Reina en el futuro. Casilla completada, con solo algunos desafíos por delante, aunque con ella haya ciertas excepciones.

El 'trato de favor' de la Academia Militar con Leonor

Desde el momento en el que se empezó a hablar de la entrada de Leonor en las fuerzas armadas, un posible 'trato de favor' se puso sobre la mesa. La cuestión es que nadie puede negar que el caso de la Princesa de Asturias es bien distinto al resto de los cadetes. Al fin y al cabo, ella no estaba allí por voluntad propia. Formarse en el Ejército de Tierra, Mar y Aire forma parte de las gestiones con las que debe cumplir por ser la primera en la línea de sucesión. De este modo, se hizo saber que en ningún caso se le exigían los requisitos indispensables para los demás.

Requisitos que son cinco: tener una nota mínima de 12,02 en la EBAU (Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad), aprobar un test psicotécnico, superar determinadas pruebas físicas, un chequeo médico para determinar un buen estado y dominar la lengua inglesa en un nivel alto. Con el matiz de que, que no se le exigieran, no implica que la hija de Felipe VI no cumpla con creces la mayoría o todos. El caso es que esta diferencia para con los otros pupilos de la AGM se extiende hasta el punto de que la nieta de Juan Carlos I ha podido librarse de un importante reto antes de graduarse.

Leonor militar
GTRES

Después de tomar los exámenes finales del curso, y del periodo de maniobras llevado a cabo en el campo de San Gregorio en Zaragoza, fue el pasado 1 de junio cuando ella y sus compañeros se desplazaron hasta Soria. Es allí donde, hasta el próximo día 7, tiene lugar el que podría definirse como el último gran desafío para todos ello, ya que entre los pinares de Navaleno y los montes de San Leonardo de Yagüe, tendrían lugar las llamadas maniobras de guerrilla. Un proceso que consiste, según apunta el 'Heraldo de Aragón', en simular "una guerra convencional". 

No es de extrañar que imaginar a la Princesa de Asturias en medio de un conflicto bélico al uso suscite interés máximo. Así ha venido sucediendo desde que comenzaron a compartirse instantáneas de sus días en Zaragoza, entre armas y en condiciones adversas. Agua y nieve, y lo que convenga. Una más, haciendo lo mismo que los demás... ¿O no del todo? En estos dos últimos campamentos, considerados "los más complejos del curso" en el portal 'Monarquía Confidencial', se ha hecho saber que Leonor ha quedado exenta de todos las pruebas que implican el combate cuerpo a cuerpo. Es decir, es esa en la única de las disciplinas en la que no participa activamente para no dañar su imagen —y porque tampoco la llevará nunca a cabo—, pero sí está presente para ver cómo lo hacen los demás.

Últimas semanas antes de dejar atrás Zaragoza

Aunque sí exista este 'favoritismo' por pertenecer a la realeza, cabe resaltar que en ningún caso se puede saltar el resto de ejercicios requeridos. Es por eso que le vendrá genial poder descansar, por fin, cuando el campamento termine. Tanto ella como el resto de cadetes dispondrán de tiempo para relajarse hasta el 19 de junio, cuando por fin tenga lugar el acto de clausura del curso. Poco después, el 3 de julio, se hará efectiva la entrega de despachos a los nuevos oficiales de la Guardia Civil y del Ejército. Será entonces cuando Leonor se convierta, por fin y tras todos los esfuerzos, en Dama Alférez Cadete Borbón.

leonor
GTRES

El curso finaliza oficialmente el 15 de julio para aquellos que tengan recuperaciones, y después vendrán las vacaciones. Con ellas, la despedida oficial, porque a la princesa le toca seguir con el sendero estipulado. "Quedan solo 5 semanas para que me vaya, para que reciba mi despacho de Alférez y ya empiezo a echaros de menos", confesaba el pasado 21 de mayo, en su discurso tras ser nombrada Hija Adoptiva de Zaragoza. Apenada por decir adiós a un lugar que nunca olvidará y en el que se ha sentido acogida, pero la Marina la espera. El próximo mes de agosto ingresará en la Escuela Naval Militar de Marín, en Pontevedra. Y vuelta a empezar.