A escasos meses de echar el cierre, el 2024 se erige en uno de los años más importantes para Felipe VI y Letizia. Cuestión de cifras, casi todas redondas, y con la particularidad de haber alcanzado muchos hitos en los que va de reinado. Y no solamente por todo aquello que incumbe a la nueva realidad de la princesa Leonor, ya mayor de edad y centrada en su formación militar, sino también por todos los aniversarios que han tenido ocasión de celebrar.

En mayo fueron los veinte años de casados. En junio los diez de la proclamación del Rey. Dos décadas de matrimonio por una que han pasado  juntos en el primer escalafón del organigrama monárquico, que se dice pronto. Todo en el marco de una renovación de las dinámicas que, inevitablemente, bebe del pasado. De todo lo vivido. Juntos, aquí o allá. De forma casi inconsciente, pero con los viejos tiempos siempre tan presentes como para tener en cuenta que el viaje oficial que ahora iban emprender tampoco es baladí. Ni en lo oficial, ni en lo emocional.

Letizia y Máxima
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Porque como apunta la lógica de los tiempos, en este 2024 también se han cumplido dos décadas de su luna de miel. O más bien sus lunas, porque hubo más de una. Algo que va de mano con la primera salida del país como Príncipes de Asturias, claro está. Así lo experimentaron, en el después de aquella inolvidable boda de Estado -y primera de estas características desde hacía casi un siglo- en la majestuosa Catedral de la Almudena, que primero les llevó de ruta por España, para finalizar con una travesía al extranjero. ¿Destino? Jordania.

El mismo lugar que recibe solamente a Felipe -por motivos de seguridad- en el primer fin de semana de este mes de octubre. Al que entonces fueron juntos y con motivo de la boda del príncipe heredero Hamzah, y ahora solo acoge al soberano como otra más de tantas visitas oficiales que su agenda de Reyes comprende. Lo hacen previa invitación de los reyes Abdalá y Rania, y bajo la siempre atenta mirada de los observadores de la Corona. Todos quieren saber qué sucede en el 'nuevo capítulo' de sus viajes de Estado. Los que tanto interés suscitan, y en los que el monarca y su consorte precisan de un equipo a su disposición en todo momento. ¿Quiénes son los encargados de viajar con ellos siempre que traspasan fronteras?

El equipo de estilismo de Letizia, indispensable en las salidas al extranjero

Obviando las hojas de ruta oficiales, las actividades previstas, las recepciones y otras tantas tareas que un viaje de esta índole comprende, en el caso de nuestros Reyes suele haber un aspecto que eclipsa toda otra gestión. Y eso que no son pocas las gestiones que don Felipe y Letizia afrontan cada vez que deben poner rumbo al extranjero. Tan simple como que, como acude con esta visita fugaz a Oriente Medio, no acostumbran a estar más de dos o tres días en el lugar de destino. Brevedad que no es sinónimo de llevar poco equipaje. Sobre todo en el caso de la Reina, que prepara a conciencia los 'looks' para cada ocasión.

Los prepara junto a su círculo de confianza, claro está. No ha conseguido Letizia convertirse en una de las consortes leídas más elegantes por la crónica real únicamente por sus decisiones. Evidentemente, sus gustos personales juegan un papel esencial, aunque tan esencial es el rol de las personas encargadas de cuidar sus estilismos. Más todavía cuando se trata de cenas de gala y banquetes en palacio en los que la pompa 'royal' se eleva a la máxima potencia. Hay que cuidar los detalles, y nadie mejor que tres de sus 'ángeles de la guarda' para conseguir un resultado exquisito.

Letizia Eva Fernández
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Tres nombres que los que siguen de cerca la trayectoria conocen a la perfección. El de Eva Fernández, su estilista desde el 2015, que cambió la revista Cosmopolitan por la Casa Real desde que la nuera de Juan Carlos I tomó la iniciativa de contar con una profesional para cuidar su imagen y conocer marcas -españolas y extranjeras- con las que ataviarse. Algo que aplica también a Luz Valero, la otra gran responsable de su inmaculado 'glamour', aunque de cuello para arriba. Es su peluquera desde hace también casi dos décadas, aunque en su caso combina su labor en Zarzuela con el trabajo en Televisión Española, donde se conoció con Letizia cuando la Reina todavía ejercía como periodista. El listado lo cierra Natalia Belda, su maquilladora.

Más allá de los 'looks', un equipo de profesionales a la altura

Evidentemente, cuando se afronta una travesía como esta no basta con cuidar únicamente la estética. A fin de cuentas, y como el propio concepto lo indica, son viajes oficiales. Es decir, viajes que aluden directamente a su posición dentro del organigrama de la realeza. Por tanto, y como aplica a todos los ámbitos de la monarquía, todo está medido al milímetro. Por Letizia, evidentemente, pero también por su equipo de trabajo. Comenzando por María Dolores Ocaña, la encargada de su secretaría desde el pasado mes de abril tras tomar el relevo de José Manuel Zulueta.

Se completa así una lista de mujeres que con la Reina suman cinco, aunque también acostumbre a ser precisa la presencia de otra figura. En este caso, una que concierne a toda la nación, pues los viajes oficiales se consensúan directamente con el ministerio de Exteriores, Unión Europea y Cooperación. De ahí que, como es lógico, no pueda faltar el ministro como tal. Un puesto del gobierno que, actualmente, ocupa el diputado del PSOE José Manuel Albares Bueno, siendo transversal su figura al resto de miembros de la realeza. Como de costumbre, él no ha fallado al viaje de Felipe a Jordania. Eso sí, advirtió que esta vez se trataba de una decisión del gobierno, sino "de la Casa Real" tras el revuelo generado por la inesperada retirada de Letizia.