España sigue conmocionada por las devastadoras consecuencias que ha dejado la DANA en muchos municipios de la Comunidad Valenciana y otras regiones de la península. Una situación de lo más convulsa que ha puesto en valor el trabajo de la ciudadanía, en un aluvión de muestras de apoyo y ayuda a los afectados por esta catástrofe natural. No obstante, ni los Reyes ni los presidentes del Gobierno central y la Generalitat se habían personado en las zonas más dañadas hasta el pasado 3 de noviembre.
El primer domingo del mes en 2024 quedará marcado, más allá de por la colaboración ciudadana para devolver las calles a su estado y la infatigable búsqueda de las personas desaparecidas en el desastre, por la visita de Sus Majestades a la zona cero. Una visita llena de polémica, pues Felipe y Letizia, junto a Pedro Sánchez y Carlos Mazón se enfrentaron a la furia popular como nunca antes. Los locales, que se sienten desamparados por la Administración, reaccionaron de forma iracunda e incluso violenta.
Un primer contacto con los vecinos de localidades como Paiporta, una de las más perjudicadas por la ya clasificada como peor DANA de todo el siglo en nuestro país, que no fue fácil. Y mientras que Sánchez, máximo representante del Ejecutivo, terminó por abandonar la zona al ser duramente increpado por los valencianos, el jefe de Estado y la consorte permanecieron en el lugar. Eso sí, sin dejar de mostrar compungidos y desolados, con una Letizia que no pudo reprimir la angustia ni el enfado.
El enfado que la Reina no logró reprimir
Sin lugar a dudas, y sumada a las grabaciones e instantáneas de las vías urbanas totalmente inundadas, una de las fotografías que ha pasado ya a la historia de España es la de Letizia en Paiporta. Con los ojos brillosos por no haber sido capaz de contener la emoción mientras lidiaba con los afectados, e incluso el rostro manchado de barro. De todos modos, inamovible en su voluntad de escuchar a los paiportinos, con los que se ha expuesto más que nunca a los gritos y demandas de los súbditos de la Corona.
Un parecer que llamaba la atención, en vista de la determinación de la Reina por oír incluso los máximos reproches de aquellos que lo han perdido todo. Hasta el punto de alejarse de la comitiva real, cuando una furibunda masa de personas seguía arrojándoles objetos y fango, solo por abrazar a una mujer y entonar varias veces el "lo siento". También por intentar aclarar a los más dolientes que este terrible momento está valiendo para que se cree una situación de "intoxicación informativa", demostrando que no está del todo conforme con el devenir de los acontecimientos.
Prueba de ello quedaría en las imágenes disponibles de su reunión con el Centro de Coordinación Operativa Integrado (CECOPI) de la Comuinidad Valenciana, que tuvo lugar tras la revuelta y el anuncio de la cancelación del resto de visitas planificadas. De este modo, los Reyes no pasaron por Chiva como estaba previsto, pero sí aprovecharon la segunda coyuntura pública de la jornada para seguir exponiendo su máxima preocupación y apoyo. Con la particularidad de un Felipe visiblemente más calmado, pero con Letizia enfadada. Gesto impasible y muy seria, como procesando todo lo sucedido hacía cuestión de minutos.
El silencio más allá de sus lágrimas
No hay discusión sobre que ver la faceta más humana de la madre de la princesa Leonor, incapaz de mantener su característica compostura y rompiendo a llorar al verse increpada tan de cerca, resultó de lo más impactante. Ahora bien, las lágrimas de Letizia no son el único de los instantes que han dado la vuelta al circuito mediático y las redes sociales, porque también sus silencios han resultado claves para extraer un disgusto mayúsculo. Para muestra, el momento en el que los consternados vecinos se dirigían a ella y su marido exclamando que "tiene que irse este Gobierno".
Mientras que el Rey trataba de calmar los ánimos refiriendo a que "esto es una democracia", su esposa callaba. Primero mirando fijamente a su interlocutor, pero después bajando la cabeza. Un signo asociado en muchos contextos a cierta vergüenza o el propósito de desconectar de la conversación para no alzar la voz y contar lo que se piensa verdaderamente. "Las caras de Letizia", referían los internautas sobre una grabación que ya ha dado la vuelta a Internet y en la que, según apuntan muchos usuarios, la Reina pareciera estar 'mordiéndose la lengua'. Cabeza gacha y mirada triste. La vez que más disgustada y sobrepasada se ha dejado ver.