De vez en cuando, toca hacer breves repasos que nos sitúan, tanto en nuestra historia, como en los personajes que la pueblan. Conocer qué nombres célebres dieron lugar a algunas de las sagas familiares más destacadas es esencial para reconocernos y entender nuestra situación actual.
La Familia Real es una de ellas. La monarquía actual es muy joven, cincuenta años nada más. Antes de que Juan Carlos y Sofía asumieran la soberanía, el Estado español venía de atravesar una república, tras la cual se instauró, de manera militar, una oscura dictadura, de la que nos costó salir casi cuarenta años. La muerte de Francisco Franco trajo consigo la vuelta de los reyes y, además, lo más esperado de todo: la tan ansiada democracia.
Toca echar la vista atrás y empezar este árbol genealógico por dos troncos de dos orígenes diferentes, los Borbones y los griegos.
Juan de Borbón y María de las Mercedes de Borbón y Orleans
Un rey sin corona, tatuado, exiliado y que nunca le perdonó a Franco que le ‘saltara’ y escogiera a su hijo mayor, Juan Carlos, para desempeñar el cargo de la jefatura de Estado.
Fue el infante marino. Su pasión era el mar y de ahí procedían los numerosos tatuajes que recorrían su cuerpo. Juan de Borbón abandonó España cuando se instauró la Primera República; ocasión que él aprovechó para recorrer mundo. Además de infante, ostentó el título de conde de Barcelona, hasta su muerte en 1993.
Los condes de Barcelona, Juan de Borbón y María de las Mercedes
En 1935, en el exilio, se casa en Roma con María de las Mercedes. Ella era princesa por su lado Orleans; y, al igual que su marido, había tenido que marcharse de España en la década de los años 30. La condesa de Barcelona, pese a que era madrileña de nacimiento, siempre se sintió muy vinculada a Sevilla, ciudad por la que sentía una especial predilección. Cuando la infanta Elena se casó en la capital hispalense, se dijo que era en homenaje a su abuela.
Tuvo una vida de lo más nómada a raíz de su exilio. Vivió en Francia, Italia, Suiza y Portugal. Además, hizo frente a uno de los mayores dolores de una madre: enterrar a un hijo. El benjamín de la casa, Alfonso, murió con solo 14 años, víctima de un accidente con un arma de fuego que disparó su hermano Juan Carlos.
La imagen de sus últimos años de su vida, en silla de ruedas debido a dos fracturas consecutivas que vivió, de cadera y de fémur, perfectamente peinada y colmada de cariños por todos, marcan el imaginario colectivo de toda una generación. La condensa de Barcelona falleció a los 89 años en Lanzarote, a consecuencia de un infarto.
El matrimonio tuvo cuatro hijos, Juan Carlos, Pilar, Margarita y Alfonso.
Pablo I de Grecia y Federica de Hannover
Otros dos reyes en el exilio que tuvieron que hacer las maletas de sus respectivos países. Al griego le pasó factura la llegada de la república, y, también, el estallido de la Segunda Guerra Mundial. El pasado simpatizante con las fuerzas de Hitler de Federica les obligó, sí o sí, a emigrar fuera del país heleno.
Federica de Hannover, con su hijo Pablo y su nuera Ana
El matrimonio, acompañado por sus tres hijos, Sofía, Constantino e Irene, se estableció en Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, para, posteriormente, instalarse en El Cairo, Egipto. Los niños crecieron haciendo frente a importantes estrecheces económicas, mientras la mayor de los hermanos les cuidaba y alentaba a seguir adelante. Encontrarles un buen futuro a los tres era esencial para Federica.
Cuando Sofía estuvo casada, Federica se volcó para que su hijo Constantino también hiciera un buen matrimonio. Y lo consiguió en 1964, cuando dio el sí quiero a su prima Ana María de Dinamarca. Además, la matriarca del clan consiguió lo que siempre había soñado, que sus descendientes pudiesen reinar.
Irene jamás se casó, y fue la mejor compañera para Federica hasta el fin de sus días. Pablo pudo regresar a Grecia, pero, en 1964, un cáncer de estómago acabó con su vida. La muerte de Federica de Hannover tuvo lugar años más tarde, en 1981 y a consecuencia de una fatal cirugía estética de la que nunca despertó.
Juan Carlos y Sofía de Grecia
Su padre se exilió y él ha elegido autoexiliarse. Francisco Franco quiso que él fuera su sustituto, y quiso educarlo bajo su tutelaje. Un acuerdo que escoció al padre de Juan Carlos, pero que tuvo que asumir. El militar no quería a otra persona que no fuera aquel muchacho exiliado. Nació en Roma, en 1938, y se trasladó con toda su familia, primero a Lausana (Suiza) y, después, a Estoril (Portugal). Tras deambular por Europa, regresó a España para ser guiado por el dictador.
El tiempo apremiaba y había que encontrar una buena chica para Juan Carlos. En 1954 Federica de Hannover tiene una fantástica idea: fletar un barco, a modo de crucero, cuyos pasajeros sean únicamente la flor y nata de las diferentes monarquías europeas. ¿Las primeras en cruzar la pasarela? Sus dos hijas, Sofía e Irene. Los planes de esta otra reina en el exilio fueron todo un éxito, puesto que de esas vacaciones salió una de las bodas más importantes, la de su hija mayor y el aspirante al trono de España.
Juan Carlos y Sofía se casaron en 1962 en Roma. En una boda accidentada que, con los años, se dijo que no fue tan idílica como nos hicieron ver. El matrimonio se trasladó a vivir a La Zarzuela, el palacio que les cedió el Generalísimo, puesto que estaba muy cerca de la residencia de este en El Pardo.
En 1975, con sus tres hijos ya en el mundo, Elena, Cristina y Felipe, subieron al trono. Disfrutaron de 39 años de reinado hasta la abdicación de Juan Carlos, empujada por los constantes escándalos de la Corona.
Los hermanos de Juan Carlos: Pilar, Margarita y Alfonso
La historia de la muerte del infante Alfonso es uno de los grandes sucesos plagados de interrogantes que siempre han rodeado a la Familia Real española. Su trágico fallecimiento tuvo lugar mientras él y su hermano mayor, Juan Carlos, se encontraban jugando con un arma corta en la segunda planta de la casa que la familia poseía en Estoril (Portugal). El sonido del disparo alertó a los progenitores que, de inmediato, subieron a ver lo que había pasado. Se toparon con Alfonso en suelo y con un disparo en la cabeza. Se dieron varias versiones; la primera aseguraba que quien empuñaba el revólver era el propio adolescente y que, limpiándola o jugueteando con ella, se le había disparado de manera accidental. La siguiente versión señalaba a su hermano Juan Carlos, quien, no sabiendo que el arma estaba cargada, realizó el fatal disparo. Años más tarde, el propio Juan Carlos acabaría confirmando esta versión.
Las infantas Margarita y Pilar de Borbón
No fue el único drama al que tuvieron que hacer frente. La familia del rey también vivió un durísimo varapalo cuando nació la infanta Margarita. La bebé vino al mundo en Roma, como todos sus hermanos, donde sus padres vivían en el exilio. La pequeña nació sin retinas, una condición que descubrieron a los meses de vida, cuando, tal y como asegura Pilar Eyre, “la niñera pasaba las manos por delante de su rostro y la infantita no reaccionaba”. Ciega de nacimiento, lo compensó con un estupendo oído que le sirvió para desarrollar un talento sin igual para la música, así como para los idiomas. Se casó en 1972 con el médico Carlos Zurita y por él renunció a sus derechos dinásticos. Ella solo quería formar una familia y ser feliz al lado del hombre del que se había enamorado. Juntos tuvieron dos hijos, María y Alfonso, en honor de su hermano trágicamente fallecido.
Por su parte, la fallecida infanta Pilar, falleció en 2020 a consecuencia de un cáncer de colon, que padecía desde hacía años. La hermana mayor de Juan Carlos fue su gran consejera y casi una segunda madre para él. Ella, al igual que Margarita, también se casó por amor. Pese a que sus padres le insistían en que contrajera matrimonio con Balduino de Bélgica, ella dio el ‘sí, quiero’ a Luis Gómez-Acebo, de una de las familias de tradición aristócrata en España y junto al que tuvo cinco hijos, Simoneta, Juan, Bruno, Beltrán y Fernando, que falleció en 2024.
Los hermanos de Sofía de Grecia: Constantino e Irene
Además de Sofía, Pablo de Grecia y Federica de Hannover tuvieron dos hijos hijos más: Constantino e Irene.
El primero estaba llamado a convertirse en el heredero al trono, y, cuando lo consiguió, el resultado no fue el esperado. Fueron tres años de complicado reinado en el que se criticó severamente que el joven no estaba a la altura de lo que se requería de un monarca. Era inexperto y se dejaba guiar demasiado por su consejera en la sombra: su madre.
Sofía junto a sus hermanos, Irene y Constantino, y la mujer de este Ana María
Tras años exiliado, Constantino II encontró un país revuelto, que dejó aún más revuelto cuando un golpe de estado militar acabó en 1967 con la monarquía en el país heleno. No fue el jefe de estado que necesitaban entonces los griegos, y su manera de tomar decisiones, sin tener en cuenta a estos, precipitaron la llegada de una nueva república.
De nuevo, aunque ya junto a su mujer, Ana María de Dinamarca, y toda su familia, tuvo que buscar refugio fuera de su adorado país, y lo encontraron en Londres. El matrimonio tuvo cinco hijos: Alexia, Pablo, Nicolás, Teodora y Felipe. Tras la muerte de Constantino en 2023, su hijo Pablo se convirtió en el nuevo aspirante a la corona de Grecia.
Por su parte Irene, la inseparable sombra de doña Sofía, ha llevado una vida de lo más particular. Célebre pianista y entregada a las causas solidarias, pudo haberse casado con Jesús Aguirre (que acabó convertido en el marido de la duquesa de Alba), pero su cuñado Juan Carlos le ahuyentó. Aún más discreta que su hermana, cuando vivió emigrada con su madre en la India conoció una realidad que le cautivó. Desde entonces, se sintió muy próxima a la cultura hindú, y no era raro verla vestir prendas tipo saris o accesorios XL típicos de esta región.
Cuando falleció su madre, se quedó a vivir en Zarzuela junto a su hermana. De la que no se ha despegado desde entonces. Sus sobrinos la llaman la ‘Tía Pecu’, por su peculiar personalidad.
Elena de Borbón
La primera hija de Juan Carlos y Sofía nació en 1963 y su nombre fue un pequeño guiño al país de origen de su madre. No sería la heredera, pero, para siempre, fue el ojito derecho de su padre. Una niña criada entre caballos, con una enorme predilección por su familia paterna. Heredó gustos y tradiciones de su abuela María de las Mercedes, a la que siempre estuvo muy unida.
Elena estudió Magisterio y se especializó en inglés. De hecho, llegó a impartir clases en el mismo colegio del que había sido alumna.
En 1994, en un viaje a París, conoce al que sería su marido, Jaime de Marichalar. Un año más tarde, la pareja se casa en una de las bodas más celebradas y multitudinarias, ya que fue la primera boda real que se celebraba en casi 90 años. Un ‘sí, quiero’ por todo lo alto en la catedral de Sevilla y tras el que los novios obtuvieron los títulos de duques de Lugo. De aquel enlace nacieron dos hijos, Felipe Juan Froilán y Victoria Federica.
En 2007, Casa Real emite un comunicado en el que se anuncia “el cese temporal de la convivencia” entre la infanta y su marido. La temporalidad dura hasta el día de hoy.
Cristina de Borbón
La hija mediana de los reyes Juan Carlos I y Sofía nace en 1965 y, quizás por ser la mediana de los tres hermanos, siempre ha sido la más discreta. Mientras que el rey se desvivía con su mayor, Cristina fue arropada por su madre y por su tía Irene, por la que siempre ha sentido gran simpatía; de hecho, en su honor, llamó Irene a su única hija.
Cristina tuvo claro que debía formarse y profesionalizarse. Las posibilidades de acabar heredando el trono eran mínimas, así que se esforzó para tener un buen currículum. Se licenció en Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid, y se especializó con máster en Relaciones Internacionales.
Su afición por el deporte la llevó a conectar con un deportista profesional. En 1997, en una espectacular boda en Barcelona, se casó con el jugador de balonmano Iñaki Urdangarin, con quien formó una familia. Juan Carlos les otorgó el título de duques de Palma.
Juan, Pablo, Miguel e Irene, los cuatro hijos de la pareja, crecieron en la capital condal, pero, cuando los escándalos de su padre les convirtieron en el centro de todas las miradas, cambiaron de residencia, primero a Washington, y, después, a Ginebra.
Cristina ha sido la primera infanta en sentarse en el banquillo de los acusados por delitos fiscales. Finalmente, fue absuelta. En cambio, Iñaki fue condenado a 5 años de prisión.
En 2015, el actual rey, Felipe VI, despojó a su hermana y a su cuñado del título nobiliario que habían obtenido cuando se casaron. En 2023, el matrimonio anunció su divorcio.
Felipe VI
El actual Rey nació en 1968. Un niño ansiado y convertido en la gran ilusión de sus padres. Felipe era el príncipe llamado a continuar el camino marcado por su predecesor; pero que, con los años, se ha mostrado como una voz disruptora de la senda que parecía fijada.
Felipe fue la debilidad de todas las mujeres de la casa. Cuidado por sus hermanas mayores y mimado por su madre. El niño de los ojos azules podía salirse con la suya porque en casa todos le adoraban. Dulce, centrado, estudioso… sabía perfectamente qué pasos estaban marcados a fuego en su preparación como monarca. Tuvo formación militar y, después, se marchó a estudiar Derecho y Económicas.
Con su salida fuera del cascarón llegaron los problemas. Sus novias no gozaban de la misma simpatía que aquellas pretendientas que le buscaba su madre. No había acuerdo, hasta que lo hubo. En 2002, durante una cena organizada adrede por el periodista Pedro Erquicia para que ambos se conocieran, Felipe y Letizia inician un romance. Él la conoce de la televisión, es presentadora de informativos y ella… ella también le conoce a él.
Se gustan y se enamoran. En 2004 protagonizan la gran boda real del siglo. Tan solo un año más tarde se convertían en padres, y en el 2007 repetían experiencia. Todos los empeños de la pareja han girado en torno a que Leonor y Sofía sean miembros de la realeza extremadamente bien preparados y con los pies en el suelo.
En 2014 se produjo la abdicación de Juan Carlos I y Felipe VI se convirtió en el nuevo rey, prometiendo una nueva Corona alejada de escándalos, transparente y al servicio de los españoles. Un mensaje que la heredera hizo suyo cuando pronunció su discurso en las Cortes al cumplir los 18 años.