La infanta Cristina ha cambiado. Es algo cada vez más evidente de un tiempo a esta parte, aunque todavía más claro desde que su separación de Iñaki Urdangarin se hizo por fin efectiva. El pasado diciembre de 2023, y tras casi dos años desde que se 'interrumpió' su convivencia y la relación matrimonial con el padre de sus cuatro hijos, la hermana del rey Felipe por fin cerró un capítulo. El divorcio del vasco ya estaba firmado y, por fin, podía comenzar su nueva vida.
Una nueva vida que la mediana de los Borbón y Grecia está degustando poco a coco, con todas las metamorfosis que un salto de estas características comprende. Es por eso que en los últimos tiempos ha habido cambios en muchas de sus dinámicas, que comprenden desde su acercamiento a la Familia Real tras la distancia hasta la compra de una propiedad en Barcelona después de años afincada en Ginebra, Suiza. Una serie de variaciones a las que, según se ha hecho público, ahora se suma una que afecta a su alimentación.
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El pescetarianismo, la dieta que sigue Cristina de borbón
"La infanta sigue una dieta pescetariana", ha expuesto la revista '¡Hola!'. Un dato que, más que solamente a la dieta, remite también al compendio total de su estilo de vida. Y es que, tal y como señala el citado medio, esta dieta es en realidad una forma de proceder que apunta a la búsqueda de "un mundo más sostenible". ¿Cómo? Comenzando por algo tan significativo como dejar de comer carne, aunque salvando las distancias con la idea del vegetarianismo más extendida en la que no se contempla la inclusión de ninguna proteína animal.
Porque en la alimentación de Cristina, "rica en antioxidantes y vitaminas", sí hay cabida para la proteína animal. Concretamente, para el pescado, de modo que las opciones a la hora de cocinar el menú son un poco más amplias. Algo que quizás no sea lo más importante para la infanta, pues como bien recoge la mencionada revista, "no es una apasionada de los fogones". No obstante, sí es cierto que "le gusta hacer la compra" y "cuida muchísimo la alimentación". De ahí que en su dieta no puedan faltar nunca "verduras, frutas, legumbres, huevos, lácteos, marisco y pescado".
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En lo que a sus platos favoritos -afortunadamente compatibles con las 'restricciones' que el pescetarianismo implica- se refiere, es imposible no contemplar "el sushi, al igual que a sus hijos" o "la cocina española". Un buen arroz, una tortilla jugosa o un fresco gazpacho son algunos de sus imprescindibles. Ahora bien, cabe destacar algunas consideraciones específicas, como que "a partir del almuerzo, los carbohidratos están prohibidos", así como que a la hora de la cena suele recurrir en la mayoría de ocasiones a un ligero puré de verduras.
La misma forma de vida de su madre, pero no de la infanta Elena
Es imposible no pensar en su madre, la reina Sofía, al ver la luz esta información. Por algo tan sencillo como que la emérita también aboga por no comer carne. No lo hace desde que falleció su padre, el rey Pablo I de Grecia, en una convicción que en su caso entronca directamente consu rechazo total al maltrato animal. Unos valores que la esposa de Juan Carlos I ha puesto siempre sobre la mesa, y que sus hijas terminaron por adoptar.
Sí, sus dos hijas, en plural. Porque también hubo un tiempo en el que la infanta Elena, la primogénita del exmonarca, se animó como su madre y su hermana menor a seguir estos mismos hábitos cuando era joven. Incluso se sumó a la ecuación en su día la princesa Alexia, sobrina de Sofía y prima de las infantas. Sea como fuere, solamente la ex de Urdangarin ha sido capaz de mantenerse firme en su promesa. Para cuidar la línea, pero sobre todo para no fallar al compromiso con el medio ambiente.
"Doña Elena cambió enseguida de opinión, porque es carnívora, y Alexia también terminó comiendo de todo", rememoran. La evidencia de que hacer este cambio no es fácil. Más todavía si está uno acostumbrado a ingerir todo tipo de alimentos y restringe de forma radical sus opciones de la noche a la mañana. En cualquier caso, Cristina ha logrado cumplir. Y demostrar que los cambios que empiezan desde dentro, también pueden renovarte por fuera. El vivo reflejo de una nueva etapa, soltera y radiante.