Aunque no forme parte directamente del núcleo duro de la Corona, siempre ha estado allí. Irene de Grecia, la menor de los hermanos de doña Sofía, lleva toda la vida siendo la más fiel e inseparable compañía de la esposa de Juan Carlos I. Hasta el punto de que ya son muchos los años que lleva instalada en las dependencias de la emérita en Zarzuela, así como también acude junto a ella a algunos eventos o a las vacaciones familiares en el Palacio de Marivent año tras año.
Son estas y otras tantas las dinámicas que llevan instauradas en el seno de la Casa Real desde hace muchos años. De este modo la tía de Felipe VI y las infantas Elena y Cristina nunca ha sido alguien lejano para el resto de Borbones. Todos la sienten próxima porque han crecido junto a ella y la tienen presente. Basta con revisar la imagen de su 'sobrina nieta' Sofía llevando su silla de ruedas este verano durante los días de la Familia Real en Mallorca para dar fe de esa cercanía.
Una cercanía que se ha materializado en incontables anécdotas familiares y en un revelador mote. Porque no, ni sus sobrinos ni los hijos de estos se han dirigido nunca a ella por su nombre de pila. Siempre se han valido del apelativo 'tía Pecu', un sobrenombre extendido entre los miembros de la dinastía que de un tiempo a esta parte también usa la crónica real para referirse a ella. Ahora bien, ¿qué significa realmente este apodo?
Qué significado esconde el socorrido mote de 'tía Pecu'
Nada mejor para descubrir el significado de algo tan personal que conocerlo por boca de la misma persona. Es por eso que, descubrir de dónde viene eso de ser la 'Pecu' nos remite al libro 'Irene de Grecia, la princesa rebelde'. Una biografía escrita por Eva Celada y publicada por Plaza & Janés, en la que además de referirse a todas sus aventuras y desventuras, se pone sobre la mesa el porqué del apodo. Y es que, tal y como reconoció la propia Irene a su biógrafa, "me llaman así porque soy la excéntrica de la familia, la peculiar".
Una forma de definirla que no es más que el resumen de una vida verdaderamente alejada de lo que se esperaría de una mujer de la realeza. Desde su nacimiento en Ciudad del Cabo, Sudáfrica -donde sus padres vivían en el exilio en 1942- y partiendo de algo tan palmario como que, a sus 82 años, nunca se ha casado. En ningún caso un símil de que en su vida no haya habido amor u opciones, pues se refiere a que de joven se enamoró de su primo Mauricio de Hesse -hijo de Felipe de Hesse-Kassel y la princesa Mafalda de Saboya- y que incluso mantuvo una relación con Miguel de Orleans.
Sea como fuere, en ningún caso es solo por cuestión de no haber pasado por el altar que es leída como 'peculiar'. Hay mucho más. Por ejemplo, su gran pasión más allá de la ayuda humanitaria, presidiendo la ONG Mundo en armonía, era la música e incluso es una excelente pianista. O todo el tiempo que pasó viviendo en la India con Federica de Hannover, su madre, donde ambas se interesaron mucho por la filosofía hindú.
Tanto como para que en 1985, la noticia de que la Unión Europea se plantease matar a cuatro millones de vacas para limitar la producción de leche la removió de más. ¿El motivo? La vaca es un animal sagrado en el hinduismo, de modo que ella, ni corta ni perezosa -y habiéndose formado para conocer la realidad de los excedentes y el porqué de estas prácticas en Europa-, tomó la decisión de enviar en avión a tantas vacas como pudiese hasta la India para lograr salvarlas. Y ella viajó en el mismo avión que los animales durante catorce horas, en el que según contó a su biógrafa que "cabían cien, más hubieran sido demasiadas". Una historia de máxima solidaridad y animalismo que, en cualquier supuesto, inevitablemente resulta de lo más peculiar considerando su linaje real.
El delicado estado de salud de Irene en la actualidad
A fecha de 2024, esa inquebrantable unión entre Irene y la reina Sofía persiste. Ahora bien, cabe destacar que las últimas veces que la hermana de la emérita ha aparecido en público han derivado en una gran preocupación por su salud. Y es que la tía del rey Felipe está viviendo un proceso de deterioro progresivo, fruto del 'mal del olvido' que padece y con el que su entorno lidia día tras día.
Con el pesar de cuidar de un ser querido mientras ves cómo se degrada, que es una de las grandes penas que afronta la mujer de Juan Carlos I. Algo de lo que los súbditos de la Corona han sido partícipes tras verla acudir a eventos como la boda de su sobrina Teodora de Grecia, o los premios BMW, que se celebraron en el Teatro Real este 18 de noviembre. Allí se sentaron juntas, en el palco junto a Manuel Terroba, CEO de BMW.
Tan inseparables como siempre, pero con una Sofía más pendiente que nunca de una Irene de mirada perdida y espíritu decaído, pese al inmarchitable apoyo de su hermana mayor.