Es la más pequeña de los cuatro hijos de la infanta Cristina, pero de un tiempo a esta parte se ha convertido en la que más interés suscita entre la crónica real. Por algo tan sencillo que, como en el caso de sus primas Leonor y Sofía, así como también pasa con Victoria Federica de Marichalar, lo que acontece en la vida de Irene Urdangarin es noticia. Ellas son las mujeres de la nueva generación de Borbones, y a la joven, de ahora diecinueve años, no paran de sucederle cosas. Aunque sea fuera de España.

Y es que a pesar de que ella se siente muy unida a su familia materna, con la que demuestra tener muy buena sintonía en actos públicos como la reciente boda de Teodora de Grecia en Atenas, en los últimos meses no ha estado viviendo en su tierra natal. De hecho, su presencia en Madrid o Barcelona ha sido más bien intermitente en este 2024, comenzando por el voluntariado del que participó en Camboya y terminando por el Reino Unido, donde se instaló el pasado septiembre para comenzar su formación universitaria.

Lo hacía después de un año sabático en el que tuvo ocasión de ayudar en proyectos humanitarios, pero también tiempo para aclarar sus ideas y decidir qué quería estudiar finalmente. ¿La elección final? La carrera de Hospitality, en una de las universidades de Oxford. Es eso a lo que dedica más tiempo desde que vive en tierras británicas, pese a que tampoco olvida nunca a los suyos. A su familia, a sus amigos y, por supuesto, a su novio. Ellos han sido el eje de sus planes durante estas vacaciones de otoño.

De vuelta a Barcelona para una cita familiar especial

Porque por sorprendente que pueda resultar a aquellos que siempre han convivido con el calendario académico español, en Inglaterra existe un pequeño 'break' en otoño que permite a sus estudiantes tomarse un descanso. En el caso de Irene y tal y como apuntó Silvia Taulés en el digital 'Vanitatis', los tiempos de la universidad donde se está formando le ha permitido pasar ocho días de visita en España. Del jueves 14 al jueves 21 de noviembre, que por poco que puedan parecer, a la sobrina de Felipe VI le han dado para mucho.

Para muestra, el plan más inesperado junto a algunos miembros de su familia. E inesperado no precisamente porque sea la primera vez que la vemos en una situación como esta, sino porque hacía mucho tiempo que ella no formaba parte de esta imagen. ¿Cuál? La de los familiares de Pablo Urdangarin que se desplazan a Granollers, para verlo jugar al balonmano desde la grada. De este modo, a la estampa frecuente que suele incluir a la infanta Cristina y a Johanna Zott, novia de su hermano.

Irene Urdangarin y Johanna Zott
Gtres

Además de muy cómplice con su cuñada, Irene apareció acompañada también por una de las hermanas de Zott. Vestida de calle, con un jersey azul sobre una camisa blanca y suelta y unos vaqueros, la nieta del emérito Juan Carlos disfrutó del partido del BM Granollers contra el Gornik Zabre del pasado martes 19 sin perder la sonrisa e incluso chocando la mano a su hermano cuando se acercaba a saludarlas.

Al terminar y con el buen sabor de boca de que el equipo de Pablo había sido el vencedor, los hermanos salieron del palacio de los Deportes de Granollers y se dirigieron al coche  El cierre a una forma ideal de regresar por un rato a la capital catalana, ahora que suele pasar más tiempo en Madrid que en Barcelona.

La capital, el escenario del reencuentro con su abuela y con su novio

Y precisamente en Madrid es donde, según se ha hecho saber desde el citado medio, Irene pasó el fin de semana anterior. El lugar donde previsiblemente tuvo ocasión de reencontrarse con su abuela, la emérita Sofía, con la que tiene una relación muy estrecha. Asimismo, es evidente que no debió ser ella la única a la que vio durante su estancia en la capital.

Irene Urdangarin y doña Sofía
Gtres

Porque, ¿quién más reside en Madrid? Nada más y nada menos que Juan Urquijo, su pareja. Precisamente es por él, el hermano de Teresa Urquijo y cuñado del alcalde José Luis Martínez-Almeida, que su nombre ha estado en boca de todos durante estos últimos meses. Una relación que comenzó a distancia durante los meses de Irene en Asia por el voluntariado y que así persiste ahora que vive en Inglaterra. Eso sí, aprovechando periodos de descanso como