A ambos les sonríe el éxito profesional y verlos en acción es sinónimo de química asegurada. Nos referimos a Nuria Roca y Juan del Val, tándem televisivo de renombre y excelencia, tanto si se dejan ver juntos como si apuestan por emprender proyectos por separado. Un periplo en pareja por los platós que comenzó hace no tanto —aunque cada vez hace más— con el precedente de una trayectoria individual envidiable en lo profesional.

También en lo personal, puesto que su amor no ha sido cosa de dos días. 20 años son los que llevan juntos y quizás es por eso que no sienten reparo alguno en lo que respecta a hablar abiertamente de su relación. El último de los detalles de los que han hecho partícipes a la audiencia no ha dejado indiferente. Nada más y nada menos que cómo fue su pedida de mano.

Así fue la pedida de mano de Juan del Val a Nuria Roca

Los espectadores podrían llegar a plantearse que, precisamente, no se trata de un tema de conversación recurrente. No obstante, en realidad las pedidas de mano sí han vuelto a estar de actualidad después de la fiesta de compromiso de José Luis Martínez-Almeida. El inminente enlace del alcalde de Madrid, que se casará con Teresa Urquijo el próximo 6 de abril de 2024, ha sido lo que ha puesto la cuestión de nuevo sobre la mesa de debate en tertulias como la de 'La Roca', el magacín que Nuria presenta en La Sexta cada domingo.

Mientras que la conductora comprende este tipo de fiestas como una "celebración" leída extensión de todo lo que comprende un enlace, su marido discrepa y sentencia que se trata de una tradición "machista, con perdón, y muy retrógrada". Entre risas, el escritor remite a cuan incómoda puede ser la gestión de 'pedir permiso' al padre de la novia para casarse poder con ella. "De repente, el novio, que es un idiota, en este caso, yo. ¡No, no! No hablo de Almeida, hablo de mi pedida de mano. ¿Puede haber cosa más chusca?", rememoraba sobre su experiencia. Todo sin coincidir en parecer con la que es su esposa desde el 2000, que considera el gesto como algo "gracioso" y no le daba tanta importancia al asunto.

El regalo de compromiso de Nuria Roca a Juan del Val en su pedida de mano

Cabe decir que incluso el colaborador de 'El Hormiguero' admite que no todo fueron 'disgustos' en aquel día tan señalado. ¿Por qué? Por el regalo que recibió. "Es verdad que me regaló Nuria un reloj precioso", comenzaba, para después sembrar el misterio con ironía, asegurando que "un día hablaremos del reloj que me regaló Nuria". Ella no se cortaba y respondía tajante: "Jamás he regalado un regalo más feo en mi vida". Y eso que, fuera más o menos 'envenenado' el obsequio, no podía quejarse, porque la de Moncada no fue agasajada con nada de nada. Pero que nadie se alarme, porque no fue esto ninguna muestra de interés, sino que todo ya se había hecho efectivo en la previa a la celebración del compromiso. "A mí ya me lo dio. Es verdad que yo esperaba otro anillo para ese momento y no hubo", relataba.

Nuria Roca y Juan del Val en 2002
GTRES

Más allá de esta indirecta tan directa, el tema del 'reloj feo' parecía no quedar zanjado del todo. Tal era el interés que Roca terminaba por desvelar que, pese a no ser de su agrado, lo había llegado a vestir durante una de sus colaboraciones en 'El Hormiguero' de Antena 3 como si de un artículo suyo se tratase. Por aquello de que a las cosas, gusten menos o más, algún uso hay que darles. Al fin y al cabo, una anécdota más que se suma a la larga lista de momentos divertidos de la pareja que ya han quedado para la posteridad.

Nuria Roca y Juan del Val, una pareja de padres orgullosos

Regalos desacertados aparte, no hay duda de que lo suyo es un matrimonio sólido como pocos quedan en la escena pública. Tal es el amor que se profesan que tampoco dudan en compartir los planes que hacen a través de las redes sociales. Sean cosa de enamorados, o sean aventuras en familia junto a Juan, Pau y Olivia, sus tres hijos.

El último de ellos: vacaciones en Florencia. Allí los cinco se dejaron ver por lugares tan majestuosos como la iglesia de la Santa Croce, además de participar en actividades tan originales —y propias de la gastronomía local como— un taller de pasta.