Más de dos décadas han pasado desde que Letizia aterrizó en la realeza. Veinte años, que se dice pronto y han dado para muchísimo. Basta con revisar todo lo vivido en este tiempo para ver que la suya no ha sido una trayectoria cualquiera en la institución, y eso que ya arrastraba la suya propia. En el terreno profesional y en el personal, claro está. A fin de cuentas, cuando la que fuera presentadora del 'Telediario' de La 1 entonó el 'sí, quiero' con el entonces príncipe Felipe ya tenía 31 años. Y le habían pasado muchas cosas.
Para muestra, su paso por incontables medios de comunicación en los que hizo carrera como comunicadora hasta el día inmediatamente anterior al anuncio de su compromiso. Antes de llegar al la pública, en su curriculum vitae ya figuraban las redacciones de 'ABC' o la Agencia EFE y cadenas de televisión como la estadounidense Bloomberg TV y CNN+. Muchos años siendo una más en la profesión, en los que hizo amistad con algunos nombres reconocidos que, años después, terminaron por compartir las anécdotas de su tiempo con ella.
Tan sencillo como que, en el momento en el que la Casa Real hizo público el anuncio de que Felipe, heredero al trono, se había comprometido con la periodista, cualquier asunto sobre la vida anterior de la nuera de don Juan Carlos I servía para llenar horas de pantalla y páginas del papel 'couché' patrio. Su familia, su trabajo, su forma de ser cuando no estaba frente a las cámaras de televisión o, sin ir más lejos, la intrahistoria del inicio de su noviazgo con el príncipe. Etapa de secretos, hermetismo e incluso un gravísimo accidente que podría haber terminado de la peor manera para la consorte.
El accidente de Letizia antes de anunciar su compromiso
Son muchas las teorías sobre aquellos meses previos a oficializar su relación con el Príncipe de Asturias. Un tiempo en el que ambos hicieron todo lo posible para llevar su amor de la forma más discreta, con el propósito de consolidarlo sin presión mediática. Tanto como para que muy pocos en el entorno de Letizia, por próximos que fuesen a ella, estuvieran al corriente. Ni siquiera aquellos con los que se veía cada día, como el periodista Alfredo Urdaci. Por aquel entonces, más que un amigo de la madre de Leonor y Sofía, pues también era su jefe en Radiotelevisión Española.
Una de las personas que más ratos compartió cuando sus encuentros con Felipe a espaldas del mundo ya habían comenzado. También una época marcada por un accidente automovilístico del que no se conocieron detalles hasta que el propio Urdaci concedió una entrevista a 'Vanity Fair' el pasado 2015. Declaraciones que no pasaron inadvertidas, por asegurar aquello de que a Letizia le "gustaba correr" con el coche. Tanto que, según hizo saber el comunicador, podría haber sido letal para ella en aquel octubre de 2003, a escasos días de conocerse su compromiso.
Y si Alfredo sabe lo que sucedió es porque el disgusto lo vivió la Reina cuando se desplazaba desde su piso de soltera, en el barrio madrileño de Valdebernardo, hasta los estudios de RTVE para presentar el informativo. De acuerdo con el testimonio del periodista, Letizia conducía por el túnel que enlaza la M-30 con la calle O'Donnell y "a gran velocidad" cuando una tromba de agua la sorprendió. El temporal provocó que los vehículos se agolpasen en la calzada, y aunque ella procuró frenar, no pudo evitar provocar una "colisión múltiple" tras sufrir lo que se conoce como 'aquaplaning'.
La Reina, "viva de milagro" tras el incidente
No sería la primera vez que un accidente causado por este efecto, que supone la pérdida de tracción y control del vehículo al atravesar una superficie cubierta de agua, se cobra una víctima normal. Afortunadamente, todo quedó en un susto, aunque el propio Urdaci recordó cómo el SAMUR le hizo saber a la esposa del Rey que estaba "viva de milagro" y "se podría haber matado". Lo anterior, y que antes de avisar a los sanitarios, Letizia habría hecho una primera llamada a Felipe.
Habría sido él, el hombre que sigue a su lado dos décadas después, quien se ocupó de calmarla porque estaba "muy nerviosa". También de conseguir que dos agentes de la Guardia Civil se desplazasen hasta la zona para asistirla y llevarla en moto hasta las instalaciones de Torrespaña, donde pudo trabajar como de costumbre. Porque aunque "aquello le podía haber costado un disgusto" y llegó alterada, Urdaci recuerda cómo siguió trabajando toda la tarde como si nada hubiese sucedido.