Segunda quincena de octubre de 2023 y los titulares de la crónica rosa no hablan de otra cosa. Fernando Fernández Tapias ha fallecido. A los 84 años, moría uno de los empresarios más mediáticos del país. No sin polémicas a su espalda y dejando en vida a un apenado círculo de allegados. Sin lugar a dudas, una de las más afectadas por la noticia fue su esposa. Nuria González lloraba la pérdida. El adiós a un romance que vendría a demostrar la certeza de aquello que dice que a la tercera va la vencida.
No es de extrañar que tantos medios se hicieran eco del deceso. Al fin y al cabo, el hombre al que acuñaban Fefé había estado presente en demasiados círculos de la alta sociedad. Su posición en el mundo de los negocios lo había convertido en alguien al que tener en cuenta en incontables ámbitos. Uno de los más destacados en la trayectoria del vigués había sido su relación con el Real Madrid, el club del que fue vicepresidente primero durante las presidencias de Florentino Pérez. Fundador de compañías navieras y presidente de la Confederación Empresarial de Madrid entre 1985 y 2002, su currículum laboral era bien completo. Y su currículum amoroso no iba a ser menos.
Nuria González recupera la sonrisa tras una época complicada
De entre todas las relaciones que en el pasado coparon páginas y páginas del papel 'couché', su amor por Nuria González le sirvió para poner fin a las idas y venidas. Terminaron por consolidarse como una de las parejas más sólidas de la jet set socioeconómica, en más de dos décadas de romance que tampoco pasaron inadvertidas. El caso es que si es una obviedad que nunca es fácil hacer frente al trance de perder a un ser querido, más complejo es el asunto cuando la información está en boca de todos.
Todo lo anterior se acentúa al tratarse de despedirse de tu pareja sentimental. El 25 de octubre de 2023, Nuria, que era 32 años más joven que el hombre de negocios, afrontaba rota este final inesperado. Con los objetivos de la prensa apuntando hacia ella, acompañada de los dos hijos que tuvieron en común, no fue capaz de reprimir las lágrimas. La angustia perduró en los días posteriores, en los que González se vio en la necesidad de hacer un comunicado.
A través de sus asesores jurídicos, anunció "el inicio inminente de cuantas acciones judiciales la asisten en defensa de los derechos fundamentales vulnerados" con relación a la publicación de "aspectos pertenecientes a la más estricta intimidad del matrimonio". Sea como fuere, parece que esos días oscuros quedan atrás. Para muestra, las últimas imágenes de la exmodelo que han visto la luz.
Nuria sonríe. Está acompañada por el matrimonio formado por Nuria Roca y Juan del Val, dos de sus íntimos. En la madrileña plaza de toros de Las Ventas para ver la faena del diestro Juan Ortega, muestra que el paso del tiempo ha conseguido animarla y que recupere la alegría a pesar de la tragedia. Nada mejor que buenos amigos y planes para lidiar con la nueva vida que afronta.
La compleja historia del tercer amor oficial de Fernando Fernández Tapias
Aunque ahora hay que remontarse al final de la década de los 90, cabe destacar que los inicios no fueron fáciles para la pareja. Rumores y más rumores ponían en duda la solidez de su amor. Tan sencillo como que no era la primera vez que Fernández Tapias presumía de chica. Ni la segunda. El magnate había estado caso en dos ocasiones y ya tenía seis hijos. Cuatro de su primer matrimonio, con Victoria Riva de Luna, y dos del segundo, con Juana García-Courel Mendoza.
Entre sus nupcias fallidas, y la abismal diferencia de edad, de más de tres décadas, entre él y ella, el escenario era más que propicio para la crítica popular. Lo más curioso es que fue Mar Flores, amiguísima de Nuria y ex de Tapias, quien los presentó. Fue también en una corrida de toros durante las fiestas de San Isidro donde se gestó, además de su gran amor, el salto de Nuria a los círculos más exclusivos. Así comenzó a codearse con célebres personalidades como Terelu Campos o Isabel Preysler, aunque siempre cerca de su adorado marido.
En 2002, el millonario y ella se casaron en la finca jerezana de La Peñuela. 21 años de casados después, atrás quedan los días en los que la tachaban de cazafortunas. Queda el recuerdo de esa pareja que pareciera perfecta. Sin otro remedio que seguir caminando hacia adelante en esta nueva etapa, por siempre acompañada de sus hijos. La pequeña Alma y el mayor, Iván, que estudia en el elitista Colegio Universitario de Estudios Financieros de Madrid. Incontestable sucesor de su padre en el ámbito de los negocios, aunque Nuria también sea apodera de nueve sociedades desde el 2017. Todo queda en familia.