Aunque el clima venía anticipándolo desde hace semanas, por fin se puede decir bien alto: ha llegado el verano. Ese momento del año en el que los rayos de sol traen consigo calor y unas inevitables ganas de vacaciones. El momento de frenar y hacer balance. Pausar el curso estacional que nos ocupa desde septiembre hasta este mismo mes de junio, con el objetivo de disfrutar del ocio y el tiempo libre. Un supuesto que afecta también a los Reyes, que a pesar de seguir teniendo sus agendas llenas de compromisos, ven cada vez más cerca el momento de tomarse un descanso. 

Ninguno lo es, pero no está de más reconocer que no ha sido un año sencillo para el matrimonio real. Tanto Felipe VI y Letizia han tenido infinidad de responsabilidades que atender. Fueran juntos o por separado, monarca y consorte no han dejado de cumplir con sus tareas. Desde presidir actos oficiales hasta visitas de Estado como la que hace unos meses hicieron a los Países Bajos, pasando por el reciente viaje de cooperación a Guatemala de la Reina. Han sido meses de no parar, con el alegre pesar de ver cómo sus pequeñas comienzan su vida independiente y hasta lidiando con achaques de salud como una fractura del dedo del pie. Está claro que a ellos tampoco les faltan las ganas de vacaciones. En lo público, como cada año en Mallorca, pero también en lo privado.

Los destinos favoritos de la reina para 'esconderse' en verano

Todos los observadores de la Corona saben de buena tinta que los Reyes, desde antes incluso de que Felipe llegase al trono, tienen un destino definido para sus periodos vacacionales. Desde que se casaron, la isla de Mallorca es un 'must' en su hoja de ruta veraniega, y la tradición se ha mantenido hasta el día de hoy. De este modo, la estancia del núcleo duro de la Casa Real en el Palacio de Marivent, en Palma, es requisito impepinable cada mes de agosto, en las que se leen como las vacaciones públicas de los monarcas, la princesa Leonor y la infanta Sofía. Públicas, porque en ningún caso desaparecen del foco público. De hecho, el relajo ciudadano invita más todavía -si cabe- a seguir la actualidad del soberano y su esposa durante sus días fuera de Zarzuela. Quizás es por esa presión que siempre apuesten por hacer otro viaje 'secreto' en familia.

Son esas sus vacaciones privadas, que les permiten desconectar al máximo y volver con las pilas recargadas para la vuelta a la rutina. Periodos y estancias cuyos detalles permanecen ocultos de cara a la galería porque así se vela desde la institución. Con un hermetismo total, tanto el jefe de Estado como Letizia intentan por todos los medios que no se desvele el lugar elegido para desaparecer y 'esconderse' de los teleobjetivos. Cuidarse de que la prensa no los encuentre no es tarea fácil, y aunque acostumbran a conseguirlo, es difícil que no acaben trascendiendo a la prensa datos sobre su paradero.

Letizia y Felipe en Mallorca
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Un paradero que no siempre es el mismo, aunque haya algunos lugares que sí han tenido el honor de acogerles en más de una ocasión. Cabe destacar que, si bien todos los enclaves que se han conocido destacan por ser maravillas naturales, se trata de paraísos de proximidad. Ejemplo de ello queda si nos remitimos al año 2010, cuando se supo que Felipe -todavía Príncipe de Asturias-, Letizia y sus hijas habían viajado hasta el Algarve portugués. Allí se instalaron en el castillo Sao Joao de Arade, propiedad del empresario Vasco Pereira Coutinho. Tanto les gustó que, de acuerdo con la información publicada, dos años después repitieron la experiencia, llevándose con ellas a Paloma Rocasolano.

El caso es que sí parece ser la tónica general elegir los destinos de costa. Da igual el Atlántico que el Mediterráneo, porque en el 2011 fue un turista quien captó a los Reyes disfrutando de unos días de descanso en las islas griegas. El archipiélago heleno, que también parece ser uno de sus favoritos, porque también repitieron en el 2018, y de nuevo un turista los vio paseando por la isla de Mykonos junto a sus dos hijas. Sin perder de vista la playa, en el 2016 se hizo saber que el destino elegido había sido Croacia e incluso se dejaron ver navegado a bordo de una goleta por el Adriático. La previa a su viaje truncado a la Costa Azul en el 2017, que según se publicó en 'El País' tuvieron que interrumpir por los atentados de Barcelona.

Las vacaciones más especiales de la Reina en el 2024

Lo cierto es que, para alegría de la consorte y para desgracia de los más curiosos, no siempre se ha filtrado a dónde se dirigieron. El caso es que en este 2024, las vacaciones de la pareja junto a las pequeñas de la dinastía vuelven a estar en el foco de todas las miradas. No es de extrañar, porque el reencuentro de Letizia y sus hijas, así como el hecho de poder pasar unos días juntas, cobra un peso especial en esta ocasión. Sin ir más lejos, basta con recordar que este mes de agosto se cumple un año desde que Leonor comenzó su formación militar en la Academia Militar de Zaragoza. Un nuevo paso en su preparación para ser la próxima Reina, después de graduarse del Bachillerato Internacional en el UWC Atlantic College de Gales, que la ha vuelto a mantener lejos de casa.

Letizia, Leonor y Sofía
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Y así seguirá siendo el próximo curso, con la experiencia de haber cumplido ya con la primera de las tres etapas de este periodo de educación castrense. Este mismo agosto será cuando la heredera cambie la capital aragonesa por Pontevedra y la Escuela Naval Militar de Marín, donde permanecerá durante todo el curso escolar. Por otro lado, es ahora su hermana pequeña, la infanta Sofía, quien reside interna en el Reino Unido por motivos académicos. La primera vez que los Reyes han visto el 'nido vacío' por completo y con un tiempo limitado para coincidir.

Lo harán en Marivent ante los medios, y se espera que también lo hagan en ese protocolario viaje privado que, de llevarse a cabo, se prevé tan misterioso como de costumbre. Todo en un año excepcional en el que, sin duda, el peso de las responsabilidades reales se nota más que nunca en los cuatro miembros de la Casa Real. Esas responsabilidades que cada vez serán más, y quedará la alegría por poder verse las caras. Cada agosto, cuando el calor vuelva escena. Es esa su nueva cita.