A veces las aventuras se presentan cuando menos te lo esperas. Si no, que se lo digan a la princesa Leonor que en pocos meses se enfrentará a un nuevo reto que la va a llevar por medio mundo junto a sus compañeros y compañeras de la Academia Naval de Marín de Pontevedra.
Cuando ya parecía que la heredera se había enfrentado a grandes aventuras durante su formación militar en Zaragoza, su nueva etapa en la marina la va a llevar a realizar una ruta muy especial surcando los mares, como ya hizo su padre hace décadas. Este evento marcará un antes y un después tanto en su carrera como en su propia vida, puesto que le va a permitir conocer lugares únicos y vivir emocionantes experiencias.
Una de la parte más importantes en la formación militar de Leonor, que cuando acceda al trono tras su padre se convertirá en el cargo mayor de todos los ejércitos del país, es, además de conocer cada uno de los destacamentos, ser capaz de comprender lo que conlleva el trabajo, la implicación, riesgos y alegrías de cada uno de ellos.
La ruta marítima de Leonor
Una de las partes más interesantes de la formación militar de Leonor, y que más titulares ha acaparado, son sus prácticas y maniobras en plena naturaleza, donde hemos visto cómo la heredera se orientaba, disparaba o hacía diversas pruebas de fuerza y resistencia mientras se encontraba en Zaragoza.
En esta nueva etapa, en la academia naval de Marín en Pontevedra, las prácticas y formaciones se realizan, indiscutiblemente, vinculadas al mar. Y por eso la joven va a realizar dentro de aproximadamente dos meses una ruta marítima espectacular. Será mientras se hospeda en el buque Juan Sebastián Elcano y, al igual que el explorador que da nombre a este mítico barco español, la heredera también dará, casi, la vuelta al mundo.
Un año lleno de aventura
El viaje de Leonor comenzará una vez estrenado el año 2025. Será el 11 de enero cuando la joven y sus más de 70 compañeros y compañeras de la academia se embarquen desde Cádiz en una ruta que les llevará por medio mundo durante varios meses, puesto que no se prevé que vuelva a nuestro país hasta junio del mismo año.
Desde la tacita de plata, el barco pondrá rumbo hasta Canarias, donde parará en Santa Cruz de Tenerife (del 17 al 20 de enero) y también en Las Palmas (del 21 al 23 de enero). Después cruzarán el atlántico para llegar hasta la ciudad brasileña Salvador de Bahía (del 14 al 19 de febrero. Después viajarán hasta Montevideo (del 5 al 9 de marzo) y seguirán recorriendo Latinoamérica con su estancia en la chilena Punta Arenas (del 20 al 23 de marzo), Valparaíso en Chile (del 4 al 8 de abril) y después a El Callao, en Perú (del 17 al 22 de abril) y a Panamá (del 3 al 6 de mayo).
El buque tendrá que cruzar el canal de Panamá, una experiencia única para los cadetes y continúa su visita por las ciudades Cartagena de Indias y Santa Marta en Colombia (del 9 al 14 de mayo); Santo Domingo en la República Dominicana (del 19 al 24 de mayo) para acabar en Nueva York (del 5 al 10 de junio). Después volverán de regreso a Gijón, donde llevarán el 3 de julio para pasar por Ferrol y acabar en Marín, donde se encuentra la academia, el día 12 de julio.
“Eso sí, la heredera al trono español no llegará junto a sus compañeros a nuestras tierras tras permanecer casi un mes embarcada en la fragata porque cuando llegue a Nueva York cogerá un avión a España”, explica Adrián López en la revista Lecturas, concretando que volverá a acompañar a sus compañeros directamente en Gijón.
Una “casa flotante” siguiendo los pasos de su padre
Como hemos dicho, este recorrido lo realizará embarcada en el buque Juan Sebastián Elcano, que se utiliza principalmente para la formación de cadetes. Y no solo uno de los emblemas de la marina española, sino también un barco cargado de emociones para la propia familia real.
Este histórico bergantín-goleta, que lleva en activo desde el año 1928, ha acogido a lo largo de los años a miles de militares, pero hay uno un poco más especial. El actual rey Felipe VI, cuando aún era príncipe, realizó en este mismo buque su formación como guardiamarina en el año 1987. Ahora, 36 años después, la heredera sigue los pasos de su padre como un símbolo de continuidad, de la corona y de apego a las tradiciones familiares y militares que el jefe de Estado quiere destacar.
Forja de carácter
Hemos conocido esta viaje del buque, puesto que hace unos días la ministra de Defensa, Margarita Robles, acompañada por el almirante jefe del Estado Mayor de la Armada, Antonio Piñeiro, presentó este viaje y su recorrido en el Museo Naval de Madrid. “Una experiencia en la que el mar enseñará a ser humildes y a forjar su carácter”, explicó el almirante, a lo que la ministra añadió que en este viaje se dan cita “valores de sacrificio, de compañerismo, de preparación, de formación”.
La presencia de la ‘royal’ en esta expedición no pasado desapercibida y así lo explicaban los propios responsables “este va a ser un año muy especial porque la princesa de Asturias se va a incorporar como guardiamarina”, comenzaba Robles, y seguía el almirante indicando que “su presencia a bordo supone un motivo de gran honra y orgullo”.