Más de dos meses han pasado desde que el buque-escuela Juan Sebastián de Elcano izó anclas y zarpó desde Cádiz. Fue el 11 de enero de 2025, una fecha que ninguno de los guardiamarinas a bordo del navío nunca olvidará. Entre ellos, la princesa Leonor. La heredera al trono es la indiscutible gran protagonista de esta travesía, en la que participa como parte de la formación militar en la que está inmersa desde el pasado agosto de 2023. Ese proceso obligatorio que ahora ha hecho de una embarcación en medio del mar su nuevo hogar.
Un hogar que lo será hasta que el próximo junio lleguen a puerto en Nueva York, no sin antes pasar por otros tantos lugares. El primero de los destinos de este trayecto ha sido Brasil. Concretamente, la ciudad de Salvador de Bahía, donde el buque atracó el pasado 14 de febrero, tras más de veinte días sin aproximarse a tierra en los que todos sus tripulantes tuvieron que acostumbrarse a esta inusual forma de vivir. Forma de vivir que, por supuesto, trae consigo consecuencias, y para muestras las alarmantes imágenes de la Princesa de Asturias que vieron la luz.
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Las preocupantes imágenes de la princesa al llegar a Brasil
Imágenes de magulladuras. De moratones, para precisar. Sí, moratones como los que ya se pudieron ver a Leonor en el brazo a su paso por Gran Canaria, el último de los enclaves en el que ella y el resto de sus compañeros estuvieron antes de abandonar España. Ya por entonces se alarmaron muchos observadores de la realeza, aunque en ningún caso resultó extraño que los tuviese. Bastaría con echar un vistazo a las otras instantáneas, en las que aparece participando en las durísimas actividades del crucero de instrucción, como escalar sus altísimos mástiles.
La cuestión es que de forma todavía más poderosa llamaron la atención estos moratones en su llegada a Brasil. Al menos tres, de nuevo en el brazo, visibles en el momento de saludar a la multitud, que demostrarían de nuevo su implicación y esfuerzo, así como que no existe un trato de excepción alguno. No obstante estos, el periodista Alejandro Entrambasaguas señaló durante su participación en el programa 'Fiesta' de Telecinco que se deberían a un percance. A un accidente en cubierta, en el que la hija de Felipe VI se habría resbalado en la cubierta debido al movimiento del barco.
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Una forma de quitar hierro al asunto que, de todos modos, no despeja las dudas acerca de cómo se está sintiendo la propia Leonor a lo largo de esta aventura. Más todavía ahora que el tramo más largo del itinerario sin pisar tierra firme ha pasado, así como después de hacerse saber que la hermana de la infanta Sofía habría sufrido de cinetosis en su periodo adaptativo. Sea como fuere, nada mejor que saber por boca de la propia protagonista, en qué punto está ahora mismo.
Lo que la propia Leonor ha revelado sobre su trayecto en Elcano
Ha sido el portal 'Monarquía Confidencial' el que ha desvelado estas 'declaraciones' de la nieta de Juan Carlos I, que en realidad se extraerían de una conversación con sus padres. La interacción, por fin por llamada y sin obligatoriedad de recurrir a los mensajes de texto como sucede cuando están navegando, en la que Leonor señaló que "no ha estado mal". Lo anterior, además de referir las mismas fuentes cercanas a Zarzuela que, por sorprendente que parezca, la suma de los veintidós días sin salir de la nave "no se me ha hecho muy pesada".
Un parecer que, inexorablemente, contrasta con todas esas informaciones que apuntaban a que estaba padeciendo claustrofobia o estrés por no disponer de suficiente intimidad. En cualquier caso, si algo señala el medio antes citado, es que la preocupación de los Reyes por su primogénita va más allá de la confianza´. Sobre todo para doña Letizia, que "no se nos olvide que es una madre y está más pendiente de lo que hace su hija".
Sin embargo, y a pesar de los traspiés y todo lo que conlleva la distancia, la ruta continua. Y no solo por Montevideo, que es la próxima parada. Antes de alcanzar por fin la Gran Manzana vendrán Punta Arenas y Valparaíso, en Chile; El Callao, en Perú; Panamá, Cartagena de Indias y Santa Marta, en Colombia y Santo Domingo, en la República Dominicana.