No han sido tiempos fáciles para la Corona británica. Tampoco han faltado los motivos, aunque hace tan solo algunas semanas pudiera parecer que no los hubiera. Misterio tras misterio, hasta que el Palacio de Kensington apostó por hacer un ejercicio de honestidad. Había una justificación para que se diese la incomprensible dicotomía entre publicar que Carlos III padece cáncer y ocultar que Kate Middleton sufre la misma enfermedad. Cuestión de pudor, pero también de querer preservar la intimidad de la princesa. Esa pretensión de 'anonimato' que ha terminado por poner, de nuevo, a todo el clan en el punto de mira.

A pesar de que ya han cesado las teorías de la conspiración y el mensaje de la princesa de Gales fue más que suficiente para despejar cualquier incógnita, la actualidad de los Windsor sigue interesando entre los súbditos de palacio. Y no solo en lo que a la duquesa de Cambridge se refiere, puesto que este nuevo escenario ha hecho que otros 'personajes' de la historia pasen a un primer plano. Es significativo el caso de la reina Camila, obligada a tomar los mandos de la institución, aun con los intentos del Rey de aparentar normalidad. La mujer que hace algunos años fue repudiada por el pueblo y que, ahora ha sido la encargada de 'salvar' la Corona.

Laura Parker Bowles, la hija más discreta de la reina Camilla

Aunque se haya publicado información infinita sobre la actual esposa del soberano del Reino Unido, lo cierto es que hay muchas cuestiones sobre la vida de la Reina que siguen siendo un misterio. Al fin y al cabo, y aunque han pasado casi dos décadas, la exmujer del oficial retirado Andrew Parker Bowles llegó más tarde a su cita con la realeza. Es por eso que antes de contraer matrimonio con Carlos III ya traía consigo una historia anterior. Un relato pasado con sus luces, sus sombras y sus hijos. Como su actual marido, también tuvo dos. Tom, a quien es más habitual ver ante las cámaras, y la discreta Laura Lopes, que ha adoptado el apellido de su marido, el exmodelo Harry Lopes.

Una mujer desconocida y a la que pocas veces hemos visto aparecer en escena, aún y ser hija de la Reina presumiblemente más famosa del planeta. Poco o nada más se sabe sobre ella, más allá de que nació el 1 de enero de 1978 y se crio en el condado rural de Wiltshire junto al resto de su familia. En lo académico, y después de vivir en el internado para niñas St. Mary's Shaftesbury y estudiar en la Escuela Preparatoria Heywood como su hermano, se aventuró a dar el gran salto a la universidad. En Oxford Brookes, la pequeña de los Parker Bowles se formó en marketing e historia del arte. Así comenzó una andadura profesional que con el tiempo, y a pesar de algún interés puntual por el periodismo para revistas como Tatler, centró en el mundo del arte.

Laura Lopes con Tom y Camila
GTRES

Una 'artista' en potencia, aunque no como tal, puesto que Lopes se mantiene en la esfera de los galeristas. En 2005 fue cuando cofundó la suya propia, la Eleven Gallery, donde ejerció de directora durante una década. Consagrada como conservadora de piezas de artistas de todo el mundo, a Laura también le ha sonreído la vida en el terreno personal. El matrimonio que en el 2006 contrajo con Harry, que también pertenece a la aristocracia y es segundo barón de Roborough, supuso para ella la llegada al mundo de lo que más quiere en el mundo: sus hijos. Primero Eliza, y después los gemelos Gus y Louis. Juntos disfrutan de un ritmo tranquilo y apartado de la vorágine 'royal', aunque no han faltado mutuamente a citas tan destacadas como las bodas de los Windsor. Y es recíproco. Guillermo y Kate estuvieron en la de Laura y viceversa. También Harry, que no dudó en invitarlos a ella y su marido a su enlace con Meghan Markle en el 2018. Eso y la coronación de su madre, en la que tampoco causaron baja.

La histórica 'mala relación' de Laura con la dinastía Windsor

Cabe decir que el vínculo entre los Parker Bowles y los Windsor no fue siempre tan bueno como sus últimas apariciones haría entender. De hecho, hubo una temporada en la que medios como el 'Daily Mail' hicieron público que Laura había llevado muy mal el divorcio de sus padres e incluso se ha llegado a afirmar que no tendría tan buena relación con Guillermo. Katie Nicholl, la corresponsal de 'Vanity Fair' en cuestiones de realeza británica, asegura que entre ellos "solían discutir sobre quién era el responsable de la ruptura de su familia". Declaraciones tan duras como que Carlos había arruinado su vida, habría hecho Laura. Sea como fuere, parece que ya hace tiempo que han enterrado el hacha de guerra y prefieren mantener la cordialidad. Ahora más que nunca, justo cuando los achaques de salud han tomado el protagonismo.