Cuando ya ha pasado más de un año desde que el divorcio de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin se oficializó sobre el papel, los exduques de Palma siguen copando titulares de la crónica real. La hermana de Felipe, por su cercanía con sus hijos y su reciente regreso a la ciudad condal. Su exmarido, por contra, continua en el ojo del huracán por asuntos menos afables. Véanse los que refieren a su guerra fría con la hija de Juan Carlos I por conseguir más dinero en su pensión, o las imágenes más recientes de sus Navidades junto a Ainhoa Armentia, su nueva pareja.

Unas Navidades que se han servido, además, como la oportunidad ideal para que los cuatro vástagos nacidos de su matrimonio con Cristina pudieran conocer más a fondo a la abogada con la que ahora comparte su vida. Y es que si bien era de dominio público que Juan, Pablo, Miguel e Irene ya conocían a Ainhoa, no ha sido hasta ahora que la prensa ha conseguido la imagen más buscada. La de los niños -ya no tan niños- Urdangarin y Borbón haciendo planes 'en familia' con su madrastra.

Ainhoa Armentia
Gtres

Fue la revista 'Lecturas' la que el pasado 8 de enero abría su portada con las fotografías que Cristina habría intentado evitar a toda costa. Unas instantáneas en las que, más allá de coexistir en un mismo espacio, pareciera que nada más que la ubicación era lo que compartían Armentia y los hijos del jugador de balonmano. De ahí que las teorías sobre cómo podría afectar esta 'desconexión' o mala sintonía a su relación con Urdangarin estén en boca de todos. Para descubrirlo, desde CLARA nos hemos puesto en contacto con Lara Ferreiro, terapeuta de parejas.

La relación con sus hijos, su gran asignatura pendiente

Nuestra psicóloga se basta de las imágenes disponibles para advertir de que "la comunicación no verbal lo dice absolutamente todo" y "no hay ningún tipo de química ni afinidad" entre los sobrinos de Felipe VI y Armentia. "Miran hacia abajo, intentan esquivarla", apunta Lara, para después remitir a que esto no es más que un efecto de que "a los hijos le ha afectado el divorcio". Sobre todo en lo que a Cristina respecta, pues "al entrar -Iñaki- a la cárcel, su madre ha sido humillada" y la han visto "llorar muchísimas veces" por Urdangarin.

Infanta Cristina
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Un punto de partida que explica esa relación "compleja" y el porqué de que los hijos del extinto matrimonio "no sabían dónde meterse" y el todo de la estampa estaba "un poco forzado". "Están marcados por esa sombra, esta huella de su madre, porque ha sido muy doloroso y la quieren mucho (...). Al final, la madrastra siempre es la mala del cuento", desgrana Ferreiro para arrojar luz a la que, a pesar de todo, sigue siendo el gran problema de Iñaki y Ainhoa. Su asignatura pendiente: conseguir la anhelada harmonía entre los dos clanes, con la dificultad añadida de que no se puede obviar que "esa relación ha surgido a raíz de una infidelidad". Algo que, sin lugar a dudas, "puede ser muy traumático y difícil de aceptar para los niños".

La cuestión es que, de acuerdo con las declaraciones de la terapeuta, autora del libro superventas 'Adicta a un gilipollas', no es esto algo que debieran pasar por alto si les importa el vínculo que han construido. "Les puede afectar bastante mal. De hecho, hay veces que hay crisis porque al final te duele que con tus hijos no haya sintonía (...)". Hasta el punto de que, en uno de los escenarios posibles, pudiera Urdangarin plantearse "romper con Ainhoa para no crear conflicto con sus hijos porque ya se le ha pasado la efervescencia del enamoramiento que dura dos años".

Los otros grandes problemas que afrontan Iñaki y Ainhoa

Según nos cuenta Lara, y aunque el de los hijos sea a fecha de hoy sea el asunto más peliagudo que concierne al vasco y su nueva pareja, son reseñables otras cuestiones. Véase la diferencia de edad que existe entre ellos, ya que "Iñaki tiene 56 y Ainhoa tiene 43". "Dicen que los que se sacan más de diez años tienen un 50% de posibilidades de romper (...)", advierte la terapeuta, con el añadido de que "las familias ensambladas, cuando se juntan hijos de un matrimonio anterior se juntan con la nueva pareja, suelen salir bastante mal porque tienes conflictos de lealtades". 

A lo anterior se suman también las diferencias en la crianza, pues nunca está de más recordar que "los hijos de Iñaki se han criado en la familia del Rey, y los de Ainhoa son 'niños normales'". Un dato que no es baladí, dado que eso también afecta a la forma de relacionarse con los demás, con un bagaje muy distinto en lo que respecta a los vínculos dentro de la familia que lo vuelven todo aún más complicado pese a la naturalidad pretendida. Sin olvidar, claro está, el pretexto de una "imagen para humillar a la infanta Cristina" que, tal y como señala Ferreiro, "no ayuda".