Ya van más de veinte años desde que Letizia forma parte de la Casa Real. Dos décadas, que se dice pronto, en las que la actual Reina consorte ha tenido que lidiar con todo tipo de rumores y habladurías. También con sentencias públicas de los opinadores acerca de su personalidad, tachándola en muchas ocasiones de fría o hierática. Casi hermética e inaccesible. Una pátina de seriedad que, con el paso de los años, ha terminado por desmontarse por completo.

Sea porque ya tiene mucho rodaje en la institución o porque este mismo 2024 se han cumplido diez años desde que Felipe VI se convirtió en Rey, lo cierto es que los últimos tiempos demuestran una faceta mucho más humana de doña Letizia. Esa que pareciera haberse quedado en los chascarrillos del anuncio de su compromiso con el Príncipe de Asturias allá por el noviembre de 2003, y que ahora no es más que su forma de aproximarse al resto.

A la ciudadanía e incluso a las personas con las que comparte espacio en actos públicos. Siempre con el protocolo presente y por delante, pero siendo capaz de demostrar sus sentimientos cuando la embriaga la emoción o cuando, simplemente, se enfrenta a una situación meramente mundana. Para muestra, todo lo que aconteció en una de las jornadas más emocionantes que los Reyes han presidido recientemente: las Medallas de Oro al Mérito en las Bellas Artes 2023.

Dos emocionantes abrazos a los que no pudo resistirse

La fecha fue el pasado 27 de noviembre. El lugar elegido: Sevilla. Un enclave con un 'color especial' para un día también de lo más especial, en el que la entrega de las medallas concedidas por el Ministerio de Cultura a 37 personas y entidades se hizo efectiva. Todas ellas, figuras u organizaciones con una trayectoria destacada en el campo de la creación artística y cultural, y cuyos servicios han fomentado la difusión y desarrollo del arte, la cultura, y la preservación del patrimonio artístico.

Sin lugar a dudas, una fecha clave en el calendario de los galardonados, pero también en el de Sus Majestades, que de nuevo presidieron la ceremonia y acapararon muchas miradas. Sobre todo la Reina, y más todavía en momentos tan especiales como la entrega de la medalla a Gemma Cuervo. La icónica y veterana actriz recogía la condecoración a los 90 años, en un instante entrañable que ha terminado en abrazo. Entre ella y Letizia, ambas emocionadas ante la ovación despertada, y después de que la Reina le dedicase un "enhorabuena, qué guapa".

Letizia y Gemma Cuervo
Gtres

Es ese uno de los gestos clave que ponen sobre la mesa la cara más tierna de la madre de Leonor y Sofía, pero no el único. Basta con revisar otra de las entregas de los galardones. Concretamente, la que a título póstumo recogió Lucía Rivadulla, madre de Itziar Castro. La actriz catalana, fallecida el pasado 8 de diciembre de 2023, ha sido reconocida por las autoridades cuando se cumple casi un año de su deceso.

Letizia y madre Itziar Castro
Gtres

No es de extrañar que, de nuevo, la emoción en el ambiente fuese máxima. Algo que ha llevado a Letizia a romper de nuevo con ese cordón de seguridad, y abrazarla del mismo modo que a Gemma Cuervo, al ver a esa madre orgullosa de su hija. Todo tras afrontar un complicado año de duelo,  con el pesar de no poder celebrar el premio juntas, pero honrando su memoria con todo el afecto posible.

Coronada como la nueva reina de los 'selfies'

Dejando de lado las estampas más lacrimógenas en las que a la Reina se le ablandó el corazón, no es solamente cuando se muestra accesible ante las situaciones más delicadas cuando hace alarde de esa cara más humana. Porque como cualquier otra persona, también hay cabida para pasarlo bien entre tantas normas y corsés. Y para tomarse algún que otro 'selfie', claro está.

En ningún caso es esta la primera vez que Letizia o Felipe se toman una autofoto. Ya en eventos tan señalados como la graduación de su hija Leonor en Gales o su paso por los Juegos Olímpicos de París este mismo verano lo han hecho. Sea como fuere, no deja de resultar ciertamente cómico verlos posar junto a un dúo musical como el que forman los Estopa. Con una sonrisa de oreja a oreja, y reconociendo su admiración por la formación musical aunque su estilo se aleje radicalmente del rigor propio de palacio.