El próximo martes 11 de marzo se cumplirán dos meses desde que el Juan Sebastián de Elcano dejó Cádiz atrás para comenzar su travesía por el Atlántico. Un reto enormísimo que ocupa a Leonor, inmersa en esta aventura como parte de su segundo año de formación militar, que la ha puesto al límite como nunca antes. Y es que por mucho que ya conociese la heredera cómo es vivir lejos de su familia -lo hizo en Gales, en Zaragoza y en Marín-, residir en una 'casa flotante' requiere de una pericia particular.

Pericia que, por supuesto, ha tenido que trabajar para poder convivir en las condiciones que ofrece el buque de la Armada. Austeridad que la ocupa, a ella y al resto de los 75 guardiamarinas que siguen el viaje hasta Nueva York, que no solo remite a los espacios del navío. La cosa va más allá de los angostos camarotes o de los pocos huecos que los alumnos tienen para guardar los artículos de su propiedad. Pues la mar es mucha mar, así como no pisar tierra firme conlleva consecuencias. Esas que la propia Leonor ya ha experimentado en sus propias carnes.

Leonor en Uruguay
Gtres

Nuevas informaciones sobre los 'problemas' de la princesa

Que las cosas no iban a ser fáciles para la hija de los Reyes durante este larguísimo trayecto hasta los Estados Unidos quedó evidenciado desde primera hora. Solamente hace falta echar un vistazo a las fotografías de las únicas paradas que el barco hizo en España, siendo Gran Canaria el último lugar donde la Princesa de Asturias se dejó ver en nuestro país. Ella y sus moratones, claro está. Porque tan solo unos días después de haber partido desde la capital gaditana ya se apreciaban algunas marcas en sus brazos fruto de las actividades físicamente demandantes que la instrucción comprende.

La cuestión es que a medida que han pasado las semanas se han ido descubriendo más detalles acerca de cómo se ha visto Leonor afectada a lo largo del viaje. Algo en lo que se ha vuelto a incidir ahora que la embarcación ha llegado a puerto en el segundo destino de su periplo por las Américas. Después deSalvador de Bahía, en Brasil, ha sido la ciudad uruguaya de Montevideo donde Elcano ha atracado. Y precisamente un trabajador de la Armada Nacional de Uruguay ha sido el que ha revelado más datos acerca de su estado actual y cómo se ha ido encontrando la princesa recientemente.

Leonor en Brasil
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Alejandro Pérez, jefe de Relaciones Públicas de la marina de guerra del país donde se encuentra la nieta de Juan Carlos I, confirmó a un grupo de periodistas que "la princesa ha experimentado problemas de adaptación al entorno marítimo". A sí lo recogía 'El cierre digital', en declaraciones en las que el capitán de navío especificaba que esos "problemas con el tema del viaje" remiten a los moratones ya mencionados, también visibles a su paso por Brasil, pero también a los "mareos que está experimentando".

Las consecuencias de la cinetosis, el trastorno que afectaría a Leonor

Aunque pareciera ser ya vox populi que la hermana de la infanta Sofía no está teniendo la más agradable de las experiencias, la Casa Real ni confirma ni desmiente. Cualquier asunto relacionado con su salud queda reservado. Sea como fuere, tampoco es esta la primera vez que se refiere desde la crónica real a esta dificultad que la futura Reina estaría atravesando. Ya a principios del mes de febrero se apuntó desde la prensa a esta cinetosis que padecería, que no es más que el nombre técnico para referirse a un trastorno de lo más usual entre los que pasan muchos días seguidos navegando.

Una dolencia que, según el portal especializado 'MedLine Plus', se manifiesta cuando "el cerebro siente el movimiento al recibir las señales provenientes del oído interno, los ojos, los músculos y las articulaciones". Es precisamente por eso que "puede surgir el mareo por movimiento", "sudores fríos" y otras derivaciones todavía más evidentes como "vértigo, náusea y vómitos". Sin lugar a dudas, todo un inconveniente para el que lo sufre, y más todavía si como Leonor no tiene más remedio que seguir surcando los mares.