Energía a raudales, emociones a flor de piel, celebraciones desenfrenadas o emotivas, gestiones de las derrotas, los Juegos Olímpicos son siempre momentos donde todos los que participan en ellos viven intensamente cada minuto. Si no, que se lo digan no solo a los y las deportistas que están ahora mismo en la Villa Olímpica, sino también a todos sus equipos y representantes de los diversos países que se han trasladado hasta París para vivir estos días desde cerca. Y sí, esto aplica también a los royals de los diferentes países que no dudan en apoyar desde cerca a sus jugadores nacionales. 

Si viéndolo desde casa somos capaces de sentir las emociones que los atletas están experimentando durante los días de la competición internacional, imaginad desde las propias pistas o gradas de los recintos donde se celebran. Es normal que todas estas emociones terminen generando grandes rivalidades, pero también grandes amistades, e incluso inesperados amores. Justo es esto lo que ha ocurrido a estas ‘royals’ que conocieron a sus maridos en los diferentes Juegos Olímpicos, y también son las historias por las que diferentes deportistas de élite, o sus equipos, se convirtieron en miembros de la realeza. Descubramos estas historias de cuento, o mejor dicho, de película romántica juvenil. 

 

El flechazo: La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin

Corría el año 1996 cuando la infanta Cristina, viajó hasta Estados Unidos para animar a los jugadores españoles en los Juegos Olímpicos de Atlanta. Allí, cuando asistió a poner las melladas del equipo de balonmano que habían conseguido el bronce, ya cruzó miradas con Iñaki Urdangarin, que formaba parte del equipo. Y de repente surgió el flechazo. Pero la cosa no quedó ahí, puesto que cuando llegaron a España, volvieron a coincidir de una forma más distendida. Dentro de los eventos organizados para animar y valorar a los deportistas por parte de la corona, la Fundación Barcelona Olímpica preparó un encuentro entre los deportistas y miembros de la Casa Real en Barcelona, que además de tener carácter deportivo, también tenía un enfoque benéfico. "¿Quién es ese rubio?", dicen los testigos que preguntó la infanta al llegar al evento, con claros signos de interés hacia el jugador.

En ese momento, Iñaki Urdangarin era un jugador de balonmano del FC Barcelona y miembro del equipo nacional español que había destacado enormemente por su calidad. La infanta Cristina, hija mediana de Juan Carlos I y doña Sofía, asistió al evento como parte de sus actividades oficiales, sin darse cuenta de que estaba a punto de conocer a uno de los amores de su vida, y también a uno de los hombres que más disgustos le ha dado. Y decimos que fue flechazo porque ella misma solicitó el teléfono del jugador, al que llamó un par de días después y al año, en 1997, decidieron pasar por el altar y formalizar su matrimonio. 

Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin
Gtres

Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000

De celebración: Federico y Mary de Dinamarca

Nos trasladamos hasta los Juegos Olímpicos de Sídney 2000, y, aunque esta relación no nació directamente en dicho evento, sí que está muy relacionada. Mary Donaldson, una australiana que trabajaba en publicidad y marketing, asistió a un pub llamado "Slip Inn” en Sídney, donde se celebraba una fiesta relacionada con los Juegos Olímpicos. Y sabemos que Federico X de Dinamarca, en aquel momento, era mucho de celebrar, así que acabo también en el mismo pub con algunos amigos, entre los que se encontraban otros royals, como su hermano, Nicolás de Grecia y Marta Luisa de Noruega.

Como si de una película se tratara, comenzaron a hablar sin que la australiana supiera quién era el apuesto danés y el flechazo fue inmediato, ya que no dejaron de conversar y bailar en toda la noche: “Yo no sabía quiénes eran ellos. Una media hora después, uno de mis compañeros viene a mí y me pregunta: ¿Sabes que esas personas son príncipes?”, explicó la propia Mary años después en una entrevista. Eso dio pie a una relación a distancia. A los pocos meses, Mary de Dinamarca se trasladó a Europa y en el año 2023 se formalizó su relación, acabando en boda en el año 2004. 

Federico y Mary de Dinamarca
Gtres

Federico y Mary de Dinamarca en los Juegos Olímpicos de Atenas 2024

La consolidación: Alberto y Charlene de Mónaco 

No sabemos por qué, pero parece que los y las ‘royals’ sienten atracción por los deportistas, o al menos se encuentran más receptivos al amor cuando se encuentran en los Juegos Olímpicos y nuestra infanta Cristina no ha sido la única en volver con una relación de uno de ellos. Lo mismo le ocurrió a Alberto de Mónaco, también en los Juegos Olímpicos de Sídney en el año 2000. Allí acudió el Grimaldi, además de como ‘royal, como miembro del Comité Olímpico Internacional, al que pertenece por haber sido él mismo olímpico en varias ocasiones (ya que ha competido hasta en 5 ediciones de los Juegos Olímpicos de Invierno).

Una joven Charlene Wittstock despuntaba en aquel momento en su disciplina, natación. Aunque se habían conocido unos meses antes en diversos encuentros deportivos realizados en Mónaco, este encuentro en las Olimpiadas fue definitivo para intensificar su relación, aunque tardarían unos años más en oficializarla, cosa que hicieron en los Juegos Olímpicos de Invierno de Turín en 2006.

Alberto y Charlene de Mónaco
Gtres

Alberto y Charlene de Mónaco en los Juegos Olímpicos de Invierno de Turín en 2006.

Los históricos: Carlos Gustavo y Silvia de Suecia

Pero muchos años antes de estas tres historias royals encontramos otra relación real que se forjó en la competición internacional. Se conocieron en el verano de 1972 durante los Juegos Olímpicos de Múnich, donde ambos coincidieron. Por su parte, Carlos Gustavo, que en aquel momento era príncipe heredero de Suecia, estaba allí representando a su país.

Silvia Sommerlath, que es alemana de nacimiento y traductora de formación, se encontraba trabajando en el comité de hospitalidad de los juegos ejerciendo como traductora, pero también ayudando a los deportistas extranjeros que se sintieran cómodos en la ciudad. Según explica Nuria Tiburcio en Vanitatis: “Silvia fue contrata en 1970 por el Comité Olímpico Nacional como asistente personal de su presidente. Desde ese puesto, fue designada una de las azafatas principales, con la responsabilidad de la planificación y preparación del personal en el periodo previo a los Juegos Olímpicos de 1972, además de la planificación operativa durante la propia cita”.

Gustavo y Silvia de Suecia
Gtres

Gustavo y Silvia de Suecia en los Juegos Olímpicos de Londres 2012

En una de la fiestas que se organizaban para potenciar la unión entre deportistas, fue donde se conocieron y comenzaron a charlar con una química instantánea y los día siguientes, allí mismo en la ciudad olímpica, no dejaban de buscar excusas para cruzarse, encontrarse y seguir conociéndose. Comenzaron, al volver cada uno a su casa, una relación a distancia hasta que su relación se confirmó en 1976, mismo año en el que contrajeron matrimonio.