El cese de su matrimonio se advirtió desde Zarzuela en el enero de 2022, pero hubo que esperar hasta el diciembre de 2023 para que Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin firmasen el divorcio. La que antaño fue pareja idílica dentro de la dinastía daba por finalizado su vínculo de una vez por todas, con cuatro hijos en común y unos tantos escándalos a la espalda. Esos que, a pesar de todo, siguen pesándoles en la actualidad.

Y eso que ambos han hecho todo lo posible para, como se dice popularmente en estos casos, 'rehacer su vida'. Una tediosa labor si la exposición es tanta y si, además, se acarrea algo la paternidad de tres hijos y una hija. Afortunadamente, los vástagos que nacieron del amor ya extinto entre la infanta y el exjugador de balonmano ya no son niños pequeños. Han crecido y cada uno ha emprendido su propio camino. Algo que, precisamente, acapara ahora todas las miradas.

Se acerca el final de 2024 y Cristina ha tomado la importante decisión de regresar a Barcelona, donde residió en el tiempo de formar su propia familia antes de marcharse a Ginebra para 'desaparecer' en medio de la vorágine. Mientras, el que ya es su exmarido a efectos oficiales sigue completamente enamorado de Ainhoa Armentia, la mujer que es ahora 'la madrastra' de Juan, Pablo, Miguel e Irene. La misma que ahora ha formado parte de uno de esos gestos llamativos de Urdangarin en su faceta de padre que, inevitablemente, vuelve a servirse como un desafío para la hija del Rey emérito.

La sorprendente reaparición de Iñaki y Ainhoa

De un tiempo a esta parte, no es precisamente habitual ver a Iñaki dejarse ver en público. A sabiendas de todo lo que supone la notoriedad y teniendo en consideración todo lo que ha tenido que vivir por la misma, prefiere el anonimato. Constancia de ello queda en la información que recoge Silvia Taulés en el digital 'Vanitatis', donde la periodista expone que incluso optó por declinar la invitación "a la fiesta del 125 aniversario" del FC Barcelona que se organizó el pasado 29 de noviembre en el Gran Teatre del Liceu, en la ciudad condal.

Un movimiento menos sorprendente que la excepción que sí ha hecho para demostrar su acercamiento con uno de sus hijos. Con el que probablemente siente más cercano, a pesar de que tiene mucho cariño a todos -y a los cuatros les ha presentado ya a su nueva pareja-, pues solo Pablo ha optado por seguir sus pasos dedicándose al deporte. Al mismo deporte, pues el segundo de los Urdangarin y Borbón es también jugador de balonmano. En su caso, en el BM Granollers, el club con el que disputa partidos con asiduidad. Allí suelen dejarse ver casi siempre su madre o su novia Johanna Zott. Incluso hace poco se pasó por allí su hermana Irene, que ahora está instalada en el Reino Unido por motivos académicos. Menos habitual es que Iñaki aparezca, pero el pasado domingo 1 de diciembre rompió con la dinámica de ausencias reiteradas.

Pablo e Iñaki Urdangarin
Gtres

Y si ya resulta suficientemente curioso ver a Urdangarin en esta tesitura, pues hacía meses que no tomaba la decisión de pasarse por el palacio de Deportes de León, más todavía es que lo haya hecho por primera vez junto a Ainhoa. La prueba definitiva de que, como ya se había hecho saber, Armentia ya no es ninguna extraña para los jóvenes. Todavía menos para Pablo, que fue el primero con el que se presentó, también tras un partido y fugazmente. También, una forma de demostrar que sigue cerca de los suyos por muchas tensiones que existan con Cristina.

Un movimiento clave en su guerra con Cristina

A pesar de que la lectura superficial de que Iñaki y Ainhoa hayan estado en la grada no es más que una muestra de cariño, no pareciera arbitrario que se haya dado justo ahora. Justo cuando los medios han comenzado a hacerse eco de que las rencillas entre exmujer y exmarido están más vivas que nunca, después de que se haya sabido que Urdangarin querría aumentar la asignación económica que percibe de la infanta. Y ella no está dispuesta a seguir transigiendo.

Además, el hecho de estar uno de sus hijos de por medio en esta última aparición pública aviva otro asunto, que es el hecho de que Cristina ha estado muy pendiente de los cuatro en los últimos tiempos. Acompañando a Irene hasta el Reino Unido para hacer su mudanza, incluso, o sin perderse ninguno de los partidos de su hijo Pablo. Ahora, Iñaki da un paso al frente y se erige como padre presente también en la primera línea del foco. Demostrando que él está ahí, e inexorablemente volviendo a poner a la hija de Juan Carlos I y doña Sofía contra las cuerdas