Aunque a veces pueda ser leída como la gran olvidada, la infanta Sofía no deja de ser una de las piezas fundamentales del núcleo duro de la Casa Real. Ese que desde que Felipe ascendió al trono hace ya una década quedó reducido a su esposa y sus hijas, aunque quizás la de la más pequeña de la casa sea la figura menos destacada. Al fin y al cabo, Letizia ejerce como Reina consorte, mientras que Leonor ostenta el título de Princesa de Asturias y es la primera en la línea de sucesión al trono. Cuestiones reseñables que, con lo bueno y con lo malo, a Sofía le han permitido mantener un perfil más bajo.
Ser menos protagonista, dar un paso atrás -de forma voluntaria o a marchas forzadas- cuando conviene para ceder el primer plano e incluso preservar sus secretos. No es de extrañar que el pueblo haya querido saber todo y más sobre la heredera. Sus gustos, aficiones, intereses y planes de futuro. Desde las personas con las que se rodea hasta la carrera que quiere estudiar cuando concluya la formación militar. Con cuentagotas, la institución dosifica esos datos para deleite del pueblo, mientras que mantiene el hermetismo en el caso de la hija menor de los Reyes. Ese misterio que se mantiene, aunque siempre haya espacio para formular hipótesis.
¿Se atreverá Sofía a seguir los pasos de su madre?
Lo cierto es que, a pesar de sus diferencias dentro del organigrama 'royal', tanto Felipe como Letizia siempre han querido que sus hijas tengan las mismas oportunidades. Especialmente, en un terreno tan importante como lo es el académico, de modo que se han preocupado de que se puedan formar en centros de renombre. Escuelas muy bien consideradas a las que, por supuesto, han asistido juntas -con la necesaria diferencia de dos cursos por su edad- desde que son pequeñas. Primero vino el colegio Santa María de los Rosales, en Madrid, y después el último gran paso de ambas antes de la formación universitaria: el UWC Atlantic College de Gales.
La cuestión es que en todos estos años, tanto en el caso de la princesa como en el de la infanta, no son demasiadas las informaciones que han trascendido sobre sus intenciones futuras. Sea como fuere, y aunque todavía tienen algún tiempo para decidir en qué rama del conocimiento se quieren seguir adentrando, es lógico que a su edad surjan los primeros pensamientos al respecto. Sobre todo en el caso de Sofía, que durante este último año estudiando el Bachillerato Internacional en el Reino Unido ha cumplido 17 años. Era el primero de dos cursos lectivos que finalizó el pasado 14 de junio, con esa ansiada vuelta a casa por vacaciones que le he permitido reaparecer en actos oficiales como el X aniversario de la proclamación de Felipe VI. Fue precisamente en ese día tan señalado cuando, al verla en acción, las alarmas de los más curiosos se encendieron rápidamente.
Alarmas sobre un futuro en la Universidad que la acercaría... ¿A doña Letizia? No son pocas las veces que se ha hecho alusión a que Sofía es más de mamá y Leonor es más de papá, pero nunca antes se había llegado a poner sobre la mesa la posibilidad de que la pequeña también quisiera dedicarse a la comunicación. Quepa no olvidar que la Reina, antes de aterrizar en la monarquía, trabaja a tiempo completo como periodista. Y no le iba nada mal. Si eso le apetece a su hija pequeña es un absoluto misterio, pero su intervención improvisada junto a Leonor durante el almuerzo de aquella jornada no ha pasado inadvertida.
Breve y concisa, aunque según apunta el portal 'MujerHoy', "suficiente para comprobar que la infanta tiene el don de la comunicación". Algo debe tener en el ADN, pues su abuelo Jesús Ortiz y su bisabuela Menchu Álvarez del Valle también fueron profesionales de la información. ¿Será también Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid su elección final? Para saber si esa idea está dentro de sus cábalas, o si preferirá algo totalmente fuera del historial de su estirpe, habrá que seguir esperando.
Tiempo para decidir su futuro, pero menos que Leonor
Concretamente, y aunque siempre exista la posibilidad de tomarse un año sabático para aclararse -como ha hecho su prima Irene Urdangarin-, todavía le quedan estas vacaciones y otro curso en Gales por delante para acabar de decidirse. Tiempo de sobra para macerar planteamientos y hacer tanta listas de pros y contras como convenga, aunque mucho menos del que está teniendo su hermana Leonor. Tan sencillo como que, después de su paso por el Atlantic College que ahora acoge a la infanta, la futura Reina de la nación se vio obligada a centrarse en su educación castrense. Un requisito ineludible derivado del rol de heredera que la mantiene, por lo menos, tres años alejada de cualquier aula magna.
Así es como, mientras que este próximo curso escolar será el último de Sofía antes de 'elegir su oficio', la Princesa de Asturias sigue teniendo algo más de margen. Sea como fuere, parece que en el caso de la mayor sí habría una hoja de ruta definida. Al menos, así se presuponía en primera instancia, dando por hecho que optaría por matricularse en Derecho en una universidad pública -como su padre hizo en la Universidad Autónoma de Madrid-, aunque datos más recientes hayan apuntado a que prefiere centrarse en una ingeniería. En cualquier caso, y en la línea de esas dotes para la comunicación oral, los pasos de papá también le servirían a Sofía. El Derecho, que también requiere de la labia. Con suerte, en menos de un año se habrán despejado todas las X de esta ecuación.