Entramos en Estancia Pilpilcurá, el exclusivo hotel de Máxima de Holanda en la Patagonia: 800 euros la noche y en plena naturaleza

Entre cenas de gala, desfiles de Santa Claus, recepciones reales, eventos solidarios y postales navideñas, nuestros royals también sacan ratos de ocio y desconexión en Navidad. Una de ellas es Máxima de Holanda que, huyendo del frío de los Países Bajos este invierno, ha viajado con su familia hasta la Patagonia Argentina, para empezar el 2025 rodeada de paz, de naturaleza y aire libre en un entorno idílico y rural, pero con todas las necesidades de una reina: Un pequeño hotel de lujo en el medio del campo, propiedad de su familia.

Y es que, si en ocasiones Mary de Dinamarca viaja a Australia para recordar sus raíces y visitar su tierra natal, ahora ha sido la royal más atrevida la que ha viajado a Argentina para pasar las Navidades junto a su familia. Tras cerrar su agenda navideña en Holanda, cumpliendo con todas sus obligaciones como reina. La Patagonia ha sido el lugar elegido de la reina para celebrar estas fiestas y allí se ha reunido con sus hermanos. Lo han hecho alejados de cualquier foco mediático, en un hotel de lujo que estos regentan: La Estancia Pilpilcurá.

Máxima de Holanda, el rey Guillermo, sus hijas y su perrito Mambo viajaban a Buenos Aires días antes de las Navidades y, poco antes de Nochebuena, llegaban al exclusivo hotel de la Patagonia, propiedad que comparte con sus hermanos Juan e Inés y que, desde 2009, administra su tía y madrina, Marcela Cerruti. Según los medios locales, Máxima de Holanda pasó la Nochevieja junto a su madre Carmen y pretende alargar su estancia en Argentina hasta el 15 de enero, cuando retomarán las actividades oficiales de su agenda real. Nos adentramos en la Estancia Pilpilcurá para contarte todos sus detalles.

ASÍ ES EL HOTEL DE LUJO DE ARGENTINA EN EL QUE MÁXIMA DE HOLANDA HA PASADO LAS NAVIDADES 

La revista 'Caras' de Argentina fue la encargada de mostrarnos a Máxima de Holanda disfrutando de una tarde de compras con amigas, enfundada en un look casual con parka verde, jeans y deportivas, y paseando tranquila, sin ningún miembro de su familia ni tampoco seguridad. Cuentan que la reina también entró a algunas tiendas de artículos de pesca, por lo que es posible que haya practicado esta actividad en las inmediaciones de su hotel. Cabe destacar que la pesca es una de las actividades más demandadas de la zona, que forma parte de una amplia oferta de naturaleza, junto con excursiones a caballo, trekking, visitas a cuevas con antiguas pinturas rupestres, avistamientos de cóndores... 

Ubicada a orillas del río Pichileufu, a 75 kilómetros de Bariloche, la Estancia Pilpilcurá se extiende a lo largo de unas 3.000 hectáreas de la meseta rionegrina, inscritas a nombre de Máxima de Holanda. El lujo y la austeridad conviven en un edifico de 1.000 m², que tan solo cuenta con cinco habitaciones que, a pesar de estar decoradas con un estilo minimalista, cuentan con todos los requerimientos necesarios para el turista VIP. Está pensado para un cliente de alto standing, ya que el precio por noche y persona, según explica el diario argentino 'Clarin', ronda los 800 €. No obstante, desde la regencia del hotel aclaran que "No hay un único precio, ya que varía con cada grupo que va".

Diseñado con un estilo rústico y clásico innegable, con inspiración en el mundo de la caza y con la madera y la piedra como protagonistas de su decoración, este pequeño hospedaje simula casa rural de lujo que cuenta con todas las comodidades para pasar una estancia de relax. Entre sus ofertas, la Estancia Pilpilcurá cuenta con una gran variedad de gastronomía gourmet, en su restaurante. En él, ofrece un menú a base de productos de kilómetro cero que oscilan desde los zumos naturales hasta la repostería artesanal, con una atención completamente personalizada. La calidez, el confort y las actividades al sol son otros de los atractivos de este hotel de la familia Zorreguieta en La Patagonia.

Un refugio de paz y tranquilidad al que Máxima de Holanda suele escaparse con su familia cada vez que tiene ocasión, para alejarse del foco mediático, de sus tocados más ostentosos y permanecer en el anonimato absoluto, disfrutando de unos días familiares en medio de la naturaleza.