"¡Inés!", exclamaba Pepe Rodríguez en el momento de anunciar a la ganadora de la novena edición de 'MasterChef Celebrity'. El momento más esperado tras una temporada en la que, de nuevo, rostros conocidos y famosos por todo tipo de disciplinas han probado suerte entre fogones. Una competición dura en la que la tensión se ha podido cortar con un cuchillo, pero en la que la pizca de humor la ha puesto casi siempre ella: Inés Hernand.
El de la madrileña es uno de esos perfiles que a bote pronto podía resultar más ajeno al público en general. Al menos en lo que a los que están más desconectados de lo que acontece entre las nuevas generaciones, porque en realidad es la amiguísima de Andrea Compton una de las voces más reconocidas entre los jóvenes. Jurista de formación e 'influencer' y presentadora de profesión, pocos hubieran auspiciado en la primera entrega que sería ella la flamante vencedora del formato de cocina esta vez.
Pero así ha sido. En un alarde de generosidad con el que, más allá de los cocinados, loados casi siempre por el jurado que forma el propio Pepe junto a Samantha Vallejo-Nágera y Jordi Cruz, Inés ha cautivado a la audiencia. No solo desde ese humor pícaro que tanto la caracteriza, sino también desde la entraña y el relato personal. Uno de los asuntos más llamativos en el devenir de los ratos más íntimos de su participación: la complicada relación con sus padres.
Una infancia sin ellos, pero siempre al lado de su abuela
Ha sido el hecho de que la comunicadora no tiene trato con sus progenitores, ambos abogados, una de las cuestiones que más ha terminado por ponerse sobre la mesa. El caso es que, aquellos que hayan seguido su trayectoria en el universo de Internet así como en la pequeña pantalla saben de buena tinta que no es novedad oírla hablar sobre el tema. No son pocas las veces que Inés ha referido en el pasado a esta delicada situación personal, siempre tratando de exponer que no hay nada malo en 'divorciarse' de la familia cuando compartir sangre no es nexo suficiente.
Pero para entender el presente, como siempre, debe darse la necesaria relación del pasado. En el caso de la conductora del 'Benidorm Fest' y 'Pasa sin llamar' -el nuevo programa que prepara La 1 para el 'prime time' de los viernes-, un pasado que antes de darse la separación definitiva remite a una infancia complicada. Años de niñez en los que no se sintió acompañada por su madre y su padre, y sobre los que se abrió en canal el pasado 2023 en el espacio 'Sin filtros' de David Andújar.
En su charla con el periodista, Hernand refería directamente a la soledad, aunque recientemente matizó en 'MasterChef' que nunca se ha sentido "sola en la vida". El suyo, un perfil de hija única que se desmarca de los estereotipos y entronca con una trayectoria que no comprende ni de guardería ni de preescolar porque no eran necesarios. Tampoco de vacaciones, pues "no me he pegado un verano con mis padres desde los seis años" ni de celebraciones, ya que "en las Navidades se iban ellos y me dejaban sola desde los catorce".
Afortunadamente, siempre contó con el respaldo de su cuidadora y de Rosita, su abuela fallecida a la que quiso dedicar uno de los platos que ahora le ha permitido coronarse como ganadora del 'talent' culinario: unas patatas a la importancia con brandada de bacalao.
Se marchó del hogar familiar con solo 18 años
Es en la narración del devenir de todos estos acontecimientos surge la gran pregunta: ¿cuándo tuvo lugar el fin de su vínculo? Su paso por las cocinas más famosas de la televisión la invitaba a explicarse, a lo que ella respondía elegante: "Si quisiera decir los motivos estaría todo más ordenado y se entendería mejor, pero prefiero, en un alarde de generosidad, no dar los motivos exactos". No obstante, en la citada conversación con Andújar un año atrás sí se animó a arrojar algo más de luz a la incógnita, hablando de "líos que han hecho que me parecen absolutamente inmorales y por los que no quiero tener ninguna relación con esas personas".
De hecho, y pese a que no fue ese el punto final definitivo, en múltiples ocasiones ha contado Inés que tomó la determinación de marcharse de casa cuando no era más que una adolescente. Con solo dieciocho años, y dispuesta a comenzar una vida independiente, dejó el nido y comenzó a trabajar. De camarera, de secretaria, de jardinera e incluso de guía turística. Todo para poder subsistir y pagar sus estudios de Derecho en la Universidad Complutense de Madrid.
En la actualidad, y en lo que respecta a la posibilidad de retomar el trato, no anticipa un acercamiento. "Si en algún momento el camino nos vuelve a cruzar será para lo estrictamente necesario", apuntó en el 2023. Y es que más allá del 'DJ' Guille, su pareja, la compañera de Mercedes Milá en 'No sé de qué me hablas' se congratula de haber "encontrado muchísima familia en mis amigas". La familia elegida, que se dice, y que no es más que un punto de apoyo cuando, como en su caso, procede podar el árbol genealógico para que las cosas sigan su curso.