Pasan las semanas y la Casa Real de Noruega sigue en el punto de mira. La dinastía Glücksburg, también reinante en Dinamarca, pero que en el país de la península escandinava ocupa un escenario bien distinto. No solo porque allí sigue reinando el mismo monarca que hace tres décadas, mientras que en la nación vecina acaba de ascender al trono Federico X, el hijo de Margarita II. A que Harald V continúa ocupando el primer escalafón de la institución a los 87 años se ha sumado la delicada situación que afronta su nuera, la princesa Mette-Marit.

A efectos prácticos, aquellos que hayan seguido de cerca los movimientos de la Corona noruega en los últimos tiempos sabrán que no es novedad que la esposa de Haakon acapare la atención mediática. Así lleva sucediéndole desde que aterrizó en el universo de la monarquía, con las inolvidables reticencias iniciales que la ponían en duda como futura esposa del príncipe heredero. Un pretexto complejo, pero que tanto ella como el único hijo varón del Rey y la reina Sonia consiguieron sortear. Encontrar la ansiada estabilidad, pero no por mucho tiempo.

De nuevo, su hijo Marius Borg, el único nacido fuera el matrimonio, ha vuelto a estar en boca de todos. Ya no por haber llegado al mundo fruto de una relación previa a su compromiso con el príncipe como sucedía en el inicio de los 2000, sino por algo verdaderamente grave. El joven fue detenido el pasado agosto tras un altercado con su pareja y puso a su madre entre la espada y la pared. Por si lo anterior no fuese suficiente, ahora Casa Real se hace eco del otro gran pesar de Mette-Marit: su enfermedad.

La Casa Real advierte de una baja hasta nuevo aviso

Totalmente 'in extremis' y todavía con la resaca del escándalo protagonizado por Marius, era la propia institución la que se hacía eco de la dura realidad que afronta la princesa heredera consorte. Una situación muy difícil que va más allá de estar salpicada por el caso abierto contra Marius y que remite a la fibrosis pulmonar crónica que padece. Esta enfermedad, que se le diagnosticó en el año 2018, ha vuelto a dejarla apartada de las responsabilidades oficiales.

Así lo hizo saber la Casa Real en un comunicado publicado hace unas semanas en el que se podía leer que "Su Alteza Real la Princesa Heredera Mette-Marit ha reiniciado el tratamiento para su enfermedad pulmonar crónica". Texto difundido que también apuntaba al modo en que "la experiencia anterior ha demostrado que los medicamentos pueden provocar efectos secundarios que pueden tener consecuencias para el programa oficial de la Princesa Heredera".

Mette-Marit
Gtres

De ahí que, como en ocasiones pasadas -y aunque algunos se atrevan a leerlo como una huida precipitada del foco tras lo sucedido con su hijo- haya desaparecido de escena. Así había sido hasta esta misma semana, pues Mette-Marit sorprendió reapareciendo en un viaje oficial a Berlín junto a Haakon con motivo del 25 aniversario de las embajadas nórdicas. Ocasión especial en la que el matrimonio tuvo oportunidad de coincidir con Federico y Mary de Dinamarca y que parecía servirse como una señal de mejoría.

Mette-Marit y Haakon
Gtres

Pero nada más lejos de la realidad, porque tan pronto como regresaron los príncipes a Noruega, Casa Real actualizó sobre el estado de Mette-Marit con un segundo comunicado. "Debido a los efectos secundarios de los medicamentos que la princesa heredera debe tomar para su enfermedad pulmonar crónica, se encuentra de baja por enfermedad, inicialmente por una semana", se ha avisado. De ahí que "los elementos del programa durante el periodo serán cancelados o pospuestos" hasta nuevo aviso.

El futuro de Mette-Marit en la Corona, en entredicho

De nuevo, esta variante "inusual" de la fibrosis pulmonar vuelve a poner el foco en el incierto futuro de la princesa en la Corona. Por algo tan sencillo como que los súbditos de la monarquía noruega se preguntan cómo lidiará con estas idas y venidas por motivos de salud una vez que su marido ascienda el trono. Sin ir más lejos, el pasado diciembre no apareció en el tradicional 'Christmas' familiar, debido a que sufría coronavirus y al ser paciente de riesgo era pertinente mantenerla aislada.

Una tesitura a la que la institución ha querido dar la máxima normalidad, pero que se ha topado con la enésima polémica relacionada con la princesa tras la detención de Marius Borg. Sobre este asunto, las declaraciones han sido muy limitadas. Mette-Marit, antes de su baja, solamente pidió respeto para todos los implicados. Eso y admitir que, como es lógico, no está siendo fácil tener que lidiar con todo esto en un momento tan delicado.