Que te inviten a un enlace real debe ser una mezcla de sensaciones muy fuerte: por un lado, la ilusión de poder vivir de cerca un evento histórico, pero, por otro lado, el tenso momento de qué ponerse para un momento tan especial que fue, es y será analizado con lupa durante siglos. Si no, que se lo pregunten a las invitadas a la boda de Felipe VI y Letizia que, hace ahora 20 años, decidieron ponerse sus mejores galas pensando en cómo las vería España, y el mundo entero.
Para conmemorar este veinte aniversario de boda de Felipe y Letizia hemos querido sacar el álbum de fotos y rememorar algunos de los estilismos que las invitadas, entre las que se encontraban royals, políticas, artistas e incluso familiares o amigos y amigas desconocidas para el gran público, llevaron a esta ceremonia en mayo del año 2024, ¿quién triunfó? ¿Quién falló estrepitosamente? ¿Cómo ha tratado el tiempo a todos estos looks?
La reina del estilo: Rania de Jordania
Quizá el estilismo que pasará a la historia, además del vestido de Letizia, por supuesto, es el que llevó Rania de Jordania. Sabemos que es una royal tremendamente estilosa, pero su apuesta por dos piezas compuesto por una camisa blanca de raso y una falda rosa con tiras de encaje superpuestas. Este diseño, firmado por Givenchy Alta Costura, consiguió crear un antes y un después en los estilismos de invitada durante estos 20 años. Rompió todos los moldes, además, al llevar el pelo suelto y sin tocado o pamela, como “marcaba” el protocolo.
Abonada a Chanel: Carolina de Mónaco
Es una de las principales embajadoras de esta marca de moda francesa y por eso Carolina de Mónaco recurrió a la marca faovorita de su armario: Chanel para un evento tan importante en su agenda. Escogió un diseño azul claro con un importante trabajo en el tejido de la chaqueta y la falda de tul, para dotar de volumen y textura a toda la chaqueta. A juego decidió añadir una pamela que recordaba a un canotier francés pero en blanco y con una flor del mismo tono. Demostró así cómo es una de las royals más elegantes. .
Clásica pero elegante: La reina doña Sofía
Como buena madrina, para la reina Doña Sofía también era un día muy importante. Guapísima y muy sonrientes, apostó por un diseño muy clásico en un tono beige o blanco roto, casi a punto de competir con Letizia. Estaba firmado por la diseñadora Margarita Nuez y consiguió que sobre su claro color destacara la mantilla negra que lució en la ceremonia. Es una de las imágenes más recordadas de la reina.
Estilo tradicional: Paloma Cuevas
Palomas Cuevas siempre ha tenido claro su estilo y lo demostró con un conjunto de dos piezas, vestido y abrigo de la diseñadora Belén Molinero. Con un vestido sencillo debajo y todo el abrigo, estilo guardapolvo por ser tremendamente fino, bordado sobre tul, reflejaba un diseño muy tradicional, pero actualizado y le sentaba genial.
Un calado artesanal: Infanta Cristina
Un abrigo calado. Esta idea por la que apostó Jesús del Pozo para vestir a la Infanta Cristina durante la boda de Felipe VI y Letizia podía haber salido muy mal, pero salió tremendamente bien, creando con estos diseños florales en guipur gris que dejaban entrever un vestido de raso amarillo un estilismo icónico y que gritaba “mucho trabajo artesanal” a leguas. Sin duda la apuesta por la modernidad que define a la Infanta Cristina consigue looks tan especiales como este.
Sin miedo a nada: Infanta Elena
Apostar por un diseño de Alta Costura de Christian Lacroix, significa no tenerle miedo a la moda. Y eso es lo que demostró la Infanta Elena, seguramente asesorada por Jaime de Marichalar, con este diseño salmón con encaje beige y una torera inspirada en el diseño goyesco en los mismos tonos anaranjados.
En su momento fue un revuelo, pero con el tiempo se ha valorado el trabajazo y diseño tan original que fue.
Todo al naranja: Paloma Rocasolano
La hasta entonces desconocida madre de Leonor, Paloma Rocasolano apostó por un color vitamina, ¡y gano! El diseño naranja propuesto por Felipe Varela le sentaba genial, daba mucha vitalidad y demostraba confianza incluso jugando en terreno desconocido por no ser una royal, demostrando que la elegancia no radica en el título.
Demasiado sosa: Máxima de Holanda
Aunque Máxima de Holanda es una de las royals con más apego al color y al atrevimiento en sus looks, para la boda del príncipe Felipe con Letizia eligió un vestido y abrigo en tonos beige, que quedó algo deslucido debido al mal tiempo que hizo durante aquel día. Eso sí, compensó con un poco con una gran pamela.
Sin arriesgar: Mette Marit de Noruega
Otra que no quiso arriesgar demasiado fue Mette Marit de Noruega, que escogió un diseño en rosa palo, con falda tableada y encima una chaqueta entallada en un rosa metalizado que refleja perfectamente cómo era la moda a principios de los 2000s.
Poco favorecedor: Victoria de Suecia
Al igual que la madre de Letizia, Victoria de Suecia también quiso apostar por el naranja, en su caso con tejido estampado por todo el cuerpo y con diseño hasta encima de la rodilla. Pero en su caso, el patrón escogido quedan algo raro en su forma de cuerpo, haciendo una silueta con los hombros muy marcados y bastante poco favorecedora, y encima añadiéndole años.
La incomprendida: Laura Pone
La prima de los novios y ex -modelo Laura Ponte decidió apostar por lo que mejor domina: la moda original. Por eso se puso este vestido de seda estampada con un patrón complicadísimo del diseño Miguel Palacio. Aunque era un alarde de vanguardia, la gente no comprendió cómo esta súpermodelo apostaba por esta tendencia llevada a un evento como una boda real, donde se espera otro código de vestimenta menos moderno.
Fiel a su estilo: Duquesa de Alba
La grande de España, Cayetana Fitz-James Stuart, recurrió a su peculiar estilo para este día de celebración. Por eso eligió un diseño en verde de largo midi y en estampado floral. Aunque iba guapa y la duquesa nos ha sorprendido con looks mucho peores, no fue un gran acierto por no ser más elegante. Lo que más sorprendió del conjunto fueron los zapatos a juego con flores incluidas, que ya sabemos que a lo largo de toda su vida a Cayetana le encanta cuidar tofos y cada uno de los detalles de sus originales estilismos.
Con mensaje "casi" secreto: Ágatha RuIz de la Prada.
Fue sin duda el estilismo más comentado de la boda de Felipe y Letizia hace 20 años, pero no por ser el mejor o más bonito, sino el más inesperado y qu descolocó a mucha gente. La diseñadora Ágatha RuIz de la Prada se enfundó en un diseño propio creado expresamente para la ocasión. Corto, en rojo y con un corazón gigante combinando los colores amarillo y rosa oscuro tirando a morado, los medios de la época vieron en esta combinación de colores un claro guiño a la bandera republicana que también tiene estos tres colores. Por si fuera poco, la diseñadora decidió ponerse una media de cada color: amarillo y rojo, para conseguir un total look no solo inolvidable, sino que pasará a la historia como uno de los estilismos más arriesgados en cualquier boda real del mundo.