El momento más vergonzoso de todos cuantos había vivido la Infanta Cristina tuvo lugar entre olor a dulce y pan. Un olor que se volvería completamente amargo como el recuerdo que le quedaría de por vida.
Después vinieron más sinsabores, como cuando tuvo que lidiar con la imagen de su todavía marido, Iñaki Urdangarín, besándose con otra que no era ella. Eso sí que la humilló. Pero quince años atrás vivió un momento que no le va a zaga, y lo vivió cuando más comprometida estaba con aquellos votos matrimoniales que le había hecho al exbalonmanocestista. Aquello de quererse en la riqueza y en la pobreza se les quedó tremendamente corto…
Cuenta Pilar Eyre, con su prodigiosa memoria, que un sábado por la mañana se vivió en una panadería cercana a Pedralbes, el hogar en el que tan feliz fue la familia Urdangarín Borbón, el mayor ‘tierra, trágame’ de la vida de Cristina. Lo que iba a ser una apacible jornada de deporte, se saldó con el sonrojo de la hija del por entonces rey. Un rubor que aún le duraría varios años más y que comprendería toda la condena en prisión de Iñaki.
El comentario malicioso sobre Iñaki Urdangarin que hundió a Cristina
“Hace 15 años se produjo un hecho horrible en la vida de la infanta Cristina. Aunque parezca un hecho insignificante les hizo darse cuenta en ese momento que su vida había cambiado para siempre”, dice Pilar Eye en uno de sus vídeos publicados en su canal de YouTube. “Era un sábado por la mañana, en Barcelona, e Iñaki y sus hijos habían salido a pasear en bicicleta”, fue a su regreso, tras la excursión mañanera cuando se produjo el incómodo momento.
Iñaki Urdangarin y dos de sus cuatro hijos pararon en una panadería cerca de casa. Necesitaban un par de barras y no iban a hacer nada diferente que no hubieran hecho otras veces. En el negocio les conocían de sobra y siempre habían recibido la amabilidad de todos. Pero ese día todo cambió.
Aparcaron las bicis en la puerta, guardaron cola como el resto de la clientela y, cuando les tocó su turno, pidieron como normalmente hacían. Fue entonces cuando se produjo el momento que más estupor ha ocasionado en la vida de esta familia. “Entonces surgió una voz entre los que estaban esperando diciendo: ‘uy, el marido de la infanta Cristina, ¡cuidado con los bolsos!’”.
La familia Urdangarin Borbón, señalada por los errores de Iñaki
Un comentario que fue todo un dardo. Un misil. Iñaki Urdangarin lo escudó perfectamente, sus hijos, entonces menores, tan solo unos niños, probablemente también.
Salieron de la panadería con las orejas encendidas y marcados por la vergüenza. Empezaba entonces un verdadero via crucis que les llevó a huir, prácticamente, del país.
Iñaki Urdangarin había sido señalado, pero, además, toda su familia. El clásico tocas a uno y nos tocas a todos. La infanta Cristina hizo suya esta crítica. Y quiso proteger a su bien más querido, su familia, de las miradas y comentarios impertinentes. Si se quedaban en Barcelona, esto se repetiría en todas partes. Había empezado en la panadería, pero tendría su eco en la calle, y lo que es peor, en el colegio de los niños. Tenía que evitarlo a toda costa. De ahí que tanto ella como su marido tomaran una decisión drástica, hacer las maletas y trasladarse con toda la prole a Suiza. A partir de septiembre de 2013, con el inicio del nuevo curso escolar, toda la familia se establecería en Ginebra; al amparo de la vida anónima.
El precio que tuvo que pagar cristina
Ella debía ser fiel a eso que había prometido años atrás. Siempre del lado de su marido, apoyándole, aunque eso implicara no solo tener que huir, orejas gachas, de su casa, y, además, acabar sentada en el banquillo de los acusados.
A pesar de haberse marchado a Ginebra, la pesadilla de Cristina no había acabado con la mudanza. Un año más tarde, ella también era imputada por delito fiscal. Y se produjeron las terribles imágenes de ella declarando ante el juez. Unas escenas que hirieron profundamente la imagen y reputación de la Casa Real y que precipitaron la abdicación de Juan Carlos I.