Leonor lo ha vuelto a hacer. En un día en el que foco estaba puesto en sus padres con motivo del aniversario de sus diez años al frente de la Corona, la heredera se convertía en la gran protagonista. Así viene sucediendo desde el pasado 2023, cuando la princesa dejó atrás su vida de adolescente y dio el pistoletazo de salida a una nueva etapa. Tiempo de cambios, con los estudios convencionales en pausa para enfocarse en su formación militar y prepararse para ser la futura Reina. Un escenario muy distinto que, ahora que ha finalizado su primer curso castrense, ha coincidido con una celebración muy importante para el núcleo duro de la Casa Real.
Un día tan importante para la dinastía, tanto desde la vertiente oficial como en el terreno personal. Y es que si algo quedó demostrado en la jornada del 19 de junio, justo cuando se cumplía una década desde que Felipe VI ascendió al trono, es que la 'renovación de la monarquía' se ha hecho efectiva. Nada de personalismos, porque el Rey puso en valor la figura de su esposa y de sus hijas en todo momento y tanto como suele suceder de costumbre. Tal fue la naturalidad, dentro de las posibilidades, que la primogénita de los Reyes y su hermana pequeña se atrevieron a dar un discurso sorpresa para agradecer el trabajo de sus padres. Eso y otros tantos gestos de la Princesa de Asturias que, de nuevo, sirvieron para entrever cómo es su verdadera relación con sus progenitores.
Los reveladores gestos de Leonor con su madre en el X aniversario
En especial, cómo es su trato con la reina Letizia en las distancias cortas. Al fin y al cabo, y aunque se le ha acabado atribuyendo una incontestable medalla de buena madre, no siempre se ha percibido a la consorte con buenos ojos. Casi tanto como sucedió durante los años posteriores aterrizaje en la Casa Real, la figura de la periodista como progenitora no siempre fue leída con la mejor de las miradas. Desde ser demasiado estricta y rígida, hasta imponerse en momentos como el inolvidable 'manotazo' a su suegra en la misa de la discordia por evitar una fotografía de la emérita con Leonor. El tiempo ha pasado y le ha acabado dando la razón en lo bien que ha podido hacer las cosas, porque a pesar de la presión, sus hijas han demostrado estar a la altura.
La mayor está totalmente centrada en su obligación de cumplir con tres cursos lectivos aprendiendo en el Ejército desde que se graduó en el UWC Atlantic College de Gales. Leonor demuestra ser responsable y cumplir -con honores- todo lo que su rol de heredera supone. Un camino lleno de retos y obligaciones que, inevitablemente, ha terminado por alejarla de su madre. De forma física, cabe destacar, porque si de algo ha servido su última aparición conjunta ha sido para demostrar que el afecto entre madre e hija sigue intacto. Para muestra, los reveladores gestos de la primera en la línea de sucesión al trono, siempre cariñosa con mamá.
Es innegable que, para ambas, fue un día feliz. Leonor, por fin mayor de edad y sin necesidad de intervenir en demasía, se personó con una sonrisa de oreja a oreja. Una felicidad imborrable desde primera hora de la mañana hasta el final de los actos de la tarde. Tan sólida como la 'protección' que ejerce sobre la Reina. En la mañana la veíamos agarrando a su madre por la cintura en la imposición de medallas del Orden del Mérito Civil, y entrada la noche, mientras veían el 'videomapping' proyectado en la fachada del Palacio Real, se apoyaba en su hombro.
Fue esa una de las imágenes del día, con la consorte agarrando con fuerza la mano de su hija, demostrando que ese apoyo es mutuo. Casi tan emotiva como la estampa en la que, de espaldas, los cuatro miembros más destacados de la familia real admiraban atentos la proyección. Una instantánea en el momento clave, con Letizia y Felipe mirándose a los ojos, y sus hijas a cada lado. La infanta Sofía, con agarrada del brazo de su padre, mientras que Leonor, de nuevo, se mantiene estoica sujeta del brazo de Letizia. Revirtiendo los papeles asumidos desde la opinión pública, que siempre leyó a la mayor como 'de papá' y a la menor como 'de mamá'. Todos para todos.
El significado de su cercanía, según una experta en comunicación no verbal
Para conocer los porqués e implicaciones de estos gestos, desde CLARA hemos querido ir un paso más allá. Descubrir todo lo que supone esa 'protección' ejercida desde la hija a la madre, que tampoco es novedad. Agarrar a Letizia para que la sienta cerca es una dinámica repetida, que ya se vio en su graduación en Gales en el pasado año y también durante el día de la jura de la Constitución por su 18 cumpleaños. Es por eso que contamos con la opinión de Vanessa Guerra, experta en comunicación no verbal y autora de 'El lenguaje corporal de las emociones' (RBA). En su libro, la especialista remite a la piel como "uno de los canales por los que se expresa la ternura".
"Cuando nos sentimos angustiados, nerviosos o incómodos, nos tocamos algunas partes del cuerpo con la mano (...). El mayor acto de intimidad entre dos personas sucede con el contacto físico, ya sea a través del roce o del acto de tocar", prosigue en su descripción de este mecanismo que la princesa lleva a cabo con la Reina de forma recurrente. Un modo de proceder que nos traslada a la infancia, porque "nuestra primera experiencia táctil satisfactoria sucede con nuestra madre durante la lactancia". Es esa la primera gran conexión de nuestra vida con otro ser humano, porque es la madre la que nos transmite seguridad "a través del tacto tranquilo cuando nos abraza, nos acaricia o nos coge en brazos si lloramos". Esa pretensión de calmar al otro, de demostrarle que está ahí, que con el tiempo se vuelve recíproca. Y Leonor lo demuestra como nadie con sus acciones.