No hay nada mejor que encontrar un lugar donde escaparse en algunos momentos mágicos del año. Un refugio donde disfrutar del calor del sol en verano o donde practicar deportes de invierno y disfrutar de la nieve en invierno. En verano conocemos perfectamente el famosísimo Palacio de Marivent, en Mallorca, donde cada año nuestros ‘royals’ disfrutan de las vacaciones estivales, pero, ¿sabías que antes la familia real también se escapaba en las vacaciones de Navidad a uno de los lugares más prestigiosos de España?
Sabemos que los integrantes de la familia real siempre han estado muy vinculados a diversos deportes, que disfrutan muchísimo, como la equitación de la infanta Elena, o las regatas y la vela, que el rey emérito disfruta siempre que puede. Pero hay un deporte de invierno que los une a todos, incluido Felipe VI, que de vez en cuando hace alguna escapada para disfrutar del esquí con sus amigos.
Por eso no es de extrañar que cuando la antigua Casa Real, con Juan Carlos I y Sofía al mando y sus tres hijos, Elena, Cristina y Felipe eran jóvenes, también buscaran un refugio de invierno donde poder disfrutar de este deporte. El lugar indicado para ello fue Baqueira Beret, uno de los lugares más privilegiados de España donde disfrutar de la nieve y donde la familia real posee un hogar invernal muy poco conocido.
La Pleta: el refugio invernal de la Familia Real
Desde los años 80, la urbanización de La Pleta, en Baqueira Beret, ha sido testigo de las escapadas invernales de la Familia Real española. La casa dentro de esta prestigiosa urbanización fue cedida al rey emérito Juan Carlos I en el año 1984 para facilitar el ocio invernal de los reyes en una de las estaciones de esquí más exclusivas de España, ubicada en el Valle de Arán. “Fue una gentileza para que pudieran disfrutar de un lugar acogedor donde se encontraran como en su propia casa”, explicó el propio director de la estación de esquí en su momento.
Este chalet rústico, con tres plantas y una extensión aproximada de 200 metros cuadrados, donde destaca su fachada de piedra tradicional y un interior de madera donde la decoración invernal es la gran protagonista, no solo representaba en su momento un lugar de descanso y desconexión para la otrora familia real, a donde se iban directamente tras celebrar la Navidad en Zarzuela. Allí pasaban las fiestas, con familiares y amigos, los días hasta Nochevieja y se convertía así en un rincón cargado de recuerdos familiares de una monarquía que hace años que no existe.
Una casa cargada de anécdotas
Aunque se buscaba que este refugio de montaña fuera un lugar donde la familia real pudiera “perderse” del ajetreo de la capital y sus compromisos de agenda, lo cierto es que a lo largo de los años, vivió grandes momentos que protagonizaron titulares y también llamaron la atención de muchos de los asistentes a la estación de esquí, que cada vez que los monarcas estaban allí veían sus grandes escotas e incluso algunos helicópteros para trasladarlos.
Otra de las cosas históricas que aconteció mientras los ‘royals’ estaban en esta residencia fue el accidente de esquí que él, por el entonces rey, Juan Carlos I, tuvo un curioso accidente de esquí. “El accidente no fue una imprudencia mía, sino mala pata del otro esquiador. Ni se dio cuenta de que era yo”, explicó el rey sobre su accidente el día 28 de diciembre del año 1992.
Casi “abandonada”
Mientras que a Marivent sí siguen acudiendo cada año, este lugar ahora está casi en el olvido. No solamente se conoce muy poco esta residencia real, sino que hace muchísimo que ningún miembro de la familia real ha sido visto por la zona. Aunque el chalet continúa siendo una propiedad simbólica de la Monarquía, los reyes Felipe VI, Letizia o sus hijas, jamás lo han pisado en familia(al menos públicamente). Únicamente fue el rey Felipe el pasado año con sus primos y unos amigos durante el invierno de 2019.
“La casa está cerrada ahora mismo y no nos consta ninguna visita, no podemos facilitar más información”, explicaban desde la estación de esquí recientemente. Y ahora funciona casi “como un hotel” puesto que, cuando avisan, limpian y adecentan todo, además de organizar todas las comodidades de la casa, pero si no va nadie permanece vacía. “La última vez que vimos a uno de los miembros de la familia real en La Pleta fue en 2021” con la presencia de la Infanta Cristina, explica Gloria Fernández en la revista Lecturas.
Un inesperado visitante
Pero sí ha habido actividad sorprendente en este lugar hace un tiempo, cuando, un ex miembro de la familia real la visitaba por sorpresa y con una curiosa acompañante y en que el pasado año fue Iñaki Urdangarin, acompañado por su actual pareja, Ainhoa Armentia, los que estuvieron en la casa tras pedir permiso a la Casa real de su uso para pasar un fin de semana de San Valentín muy especial.
Este episodio refleja el cambio en el uso de La Pleta, que ha pasado de ser un punto de reunión familiar que marcó una época, y también una forma de proceder de la Familia Real, a convertirse ahora en un refugio ocasional y casi abandona que ya se encuentra tremendamente alejado del nuevo concepto de Casa Real que ha querido instaurar Felipe VI.