El 2024 pareció llegar a la familia británica como si de un huracán de desventuras se tratase. Achaque tras achaque desde el primer mes del año. Y no solo en lo que concierne al Rey, aunque el cáncer de Carlos III haya sido uno de los temas que más ha preocupado a los súbditos de la Corona. Fue pocas semanas después de la entrada del año cuando la institución hizo pública la noticia de que el soberano padece la enfermedad. No obstante, antes de que la ciudadanía conociese esta dolencia, la intranquilidad ya era máxima entre los ingleses por otro asunto. Otro problema de salud, pero en este caso era Kate Middleton la gran protagonista de la preocupación popular.
Tres palabras bastaron para que el alarmismo alcanzase niveles exacerbados entre el populacho. Cirugía abdominal planificada. Tres y nada más, porque tampoco se ahondó en demasía en qué le sucedía a la princesa de Gales. Dos meses después, el Palacio de Kensington hizo el ejercicio de honestidad demandado. Kate, ante el objetivo de una cámara de televisión, se abría en canal para contar que padece un cáncer. Eso y que, para poder tratarse tranquilamente, se apartaría temporalmente de la vida pública. Un nuevo escenario en el que su rol ha quedado desierto. ¿Quién si no ella cumple con un perfil tan completo dentro de la dinastía?
Sofía de Edimburgo: ¿la 'sustituta' ideal de Kate Middleton?
Revisitando al entorno, no hay duda de que Sofía de Edimburgo cumple con muchos de los requisitos para ser la 'nueva Kate'. Entiéndase el simbolismo, pues en ningún caso habrá ninguna otra Kate. Igualarla es difícil, además. La cuestión es que, al revisar sus trayectorias y personalidades, la esposa del hijo menor de Isabel II es un acierto seguro. Sophie Helen Rhys-Jones, que en realidad es su nombre, está a punto de cumplir sus bodas de plata con el príncipe Eduardo. No obstante, la mayoría del tiempo ha apostado por mantenerse en un segundo plano.
Precisamente, ha sido este paradigma de complejidades y enfermedades lo que la ha situado en una de las posiciones más altas del listado de 'royals' favoritos de los ingleses. Tantas ausencias han acabado por potenciar su presencia en los espacios. Ponerse en el medio del foco para que no sean pocos los que se han dado cuenta de cuan afable es la cuñada del Rey. Una mujer entregada a su familia, a su marido, y a los demás. Sin ir más lejos, luchar contra la violencia sexual o abogar por la sostenibilidad son algunas de sus máximas. Cuestión de defender causas desde su posición, como también hace la duquesa de Cambridge.
En el caso de Sofía, ella es duquesa consorte de Edimburgo desde hace no tanto. Tan importante título se le otorgó en marzo de 2023, unos meses después de que Carlos III y Camila fueran coronados Reyes. Sea como fuere, y más allá de nomenclaturas nobiliarias, lo cierto es que es su carácter afectuoso lo que la ha acercado a los observadores de la Corona. Una mujer natural, como la duquesa de Cambridge, que no tiene reparo en ser cercana. Incluso agacharse a acariciar un perro ante los objetivos de la prensa, porque el protocolo no debe significar ser fría con un témpano de hielo. Eso y su cuidado estilo a la hora de vestir son algunas de las claves que la convierten en la triunfadora silenciosa de la estirpe. La que nadie vio venir y ahora acapara todas las miradas.
El punto débil de la duquesa para ser una digna 'sucesora'
Sin duda, otra de las cuestiones en las que se da un paralelismo entre Kate y Sofía es en lo que a la familia se refiere. No solo porque ambas acabaron dentro de la dinastía por su amor a uno de los miembros, si no por la forma en la que han llevado su relación. No por nada se dice que era la nuera favorita de la difunta Isabel II, pero con matices en las similitudes. El caso es que la actual duquesa de Edimburgo no conoció al príncipe Eduardo en la Universidad como Guillermo a su mujer, porque la chispa surgió durante un torneo de tenis. Era 1993 y no fue hasta seis años más tarde cuando formalizaron su amor pasando por el altar. Y nada de pompa y artificio en exceso. Lo suyo fue una boda discreta.
Por otro lado, sí que es cierto que ambos matrimonios han optado por convertirse en padres. En lugar de tres como el heredero, ella y su marido han tenido dos. Niño y niña, la parejita. Luisa y Jacobo, que ya tienen 20 y 16 años respectivamente. Además, y como le sucede Kate con Carlos III, se conoce que Sofía estaba verdaderamente unida a su suegro. Tan buena era su relación con Felipe de Edimburgo que la duquesa llegó a comparar el dolor por su perdida con el que sintió tras el fallecimiento de su madre. Todo esto desde un recelo a la exposición inicial. Y es que sí, Sofía soñaba con vivir una vida anónima en sus primeros años dentro de la institución. Una forma de proceder impensable como 'sucesora' de Kate. Una idea ya es cosa del pasado. La gente la quiere. La prensa también.