Cuando pensamos en cómo vestir, ya sea de manera formal o informal, buscamos un equilibrio entre lo sofisticado y lo favorecedor, eligiendo prendas que realcen la figura de manera sutil sin renunciar al estilo personal. La seguridad en una misma se convierte en el mejor accesorio, permitiendo jugar con colores, cortes y texturas que transmitan confianza y buen gusto. Y esta premisa cobra especial importancia a partir de los 50 años o más, época en la cual ya tenemos más claro qué nos gusta y qué nos favorece.
También pueden surgir ciertas dudas sobre qué es apropiado. Algunas mujeres pueden sentirse limitadas por normas sociales que sugieren evitar ciertas prendas o tonos, pero la clave está en adaptar las tendencias a la propia personalidad. La moda a los 50 no significa renunciar a lo actual, sino reinterpretarlo con un enfoque más maduro y favorecedor. Y sobre estas cuestiones hablamos con Piluka de Echegaray, asesora de imagen y coach así como experta en estilismo en CLARA.
Pregunta: ¿Cuáles son los errores más comunes que cometemos al vestirnos a los 50?
Respuesta: A partir de los 50 el estilo debe seguir siendo una herramienta poderosa para proyectar los mensajes que mejor te definan. Sin embargo, hay errores comunes que restan armonía a un look. Por un lado, usar prendas demasiado holgadas o demasiado ajustadas. La holgada puede generar sensación de descuidada o envejecida, mientras que la ajustada puede no favorecer la figura y/o resultar incómoda. Aferrarse a tendencias juveniles es otro error común. No significa renunciar a la moda, pero ciertas tendencias muy modernas pueden no encajar con el físico de una mujer madura, como minifaldas demasiado cortas, estampados muy llamativos o transparencias extremas.
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No actualizar el estilo también sería un desacierto, ya que seguir vistiendo como hace 20 años puede dar una imagen anticuada. Siempre es importante adaptar el estilo sin perder la esencia personal. Por otro lado, descuidar los accesorios, ya que estos elevan cualquier look, pero demasiado grandes o pequeños pueden desentonar. Y, por último, usar calzado sin estilo por pensar solo en la comodidad.
¿Es cierto que hay colores que deberíamos evitar a medida que cumplimos años?
Sí, es cierto que algunos colores pueden ser menos favorecedores a medida que envejecemos, pero no significa que debamos evitarlos por completo. Lo más importante es elegir aquellos que armonicen con nuestro tono de piel y nos den luminosidad. Aquí algunos puntos clave:
Colores que pueden ser menos favorecedores:
- Negro en exceso: puede endurecer las facciones y hacer que la piel luzca más apagada, sobre todo si tienes un tono de piel claro. Si te encanta el negro, equilibra con accesorios dorados, pañuelos en tonos cálidos o maquillaje que aporte vida.
- Colores demasiado pálidos (beige, nude, gris claro): pueden hacer que la piel luzca más opaca o cansada, especialmente si tienes un tono de piel frío. En su lugar, opta por tonos crema o beige con un matiz más cálido.
- Tonos muy brillantes o neón: resultan demasiado llamativos y no siempre favorecen. En su lugar, usa versiones más sofisticadas de esos colores, como fucsia en lugar de rosa neón o azul profundo en vez de azul eléctrico.
Colores que favorecen con la edad:
- Tonos cálidos y suaves como terracota, coral, durazno o dorado pueden dar calidez al rostro.
- Tonos joya como azul zafiro, verde esmeralda o borgoña aportan elegancia y vitalidad, acorde a citas nocturnas.
- Blanco puro o marfil en lugar de beige apagado ilumina la piel y da frescura, perfecto para madrinas de bautizo o comuniones.
La clave está en probar y ver qué colores te hacen sentir mejor. También influye cómo combines los tonos y qué maquillaje o accesorios usas para equilibrarlos.
¿Cómo podemos equilibrar entre un look moderno y uno que sea adecuado para nuestra edad?
La clave está en incorporar tendencias de forma moderada. Elegir una o dos tendencias actuales que gusten y combinarlas con piezas clásicas. Juega con los colores y estampados en los vestidos y faldas, combinando tonos neutros (negro, beige, gris, azul marino), que son una apuesta segura, con toques llamativos o estampados discretos para darle un aire fresco al look.
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Elegir el corte correcto también es algo muy importante para sacarnos el máximo partido. Los vestidos midi son los más recomendables, especialmente los que cuenta con cintura marcada, mientras que, las faldas midi o lápiz en telas fluidas, aportan feminidad y elegancia. Eso sí, evita las que sean demasiado ajustadas o con volantes exagerados. Como remate, un peinado moderno y bien cuidado puede hacer lucir más joven sin esfuerzo.
¿Cómo encontrar la talla perfecta a los 50?
Requiere atención a los cambios naturales del cuerpo y un enfoque en la comodidad y el ajuste. Algunos consejos clave:
- Conocer las medidas actuales: tomarse el tiempo para medir contorno de pecho, cintura y cadera. Las tallas pueden variar entre marcas, así que guiarse por las medidas en lugar de la talla numérica.
- Priorizar el ajuste sobre la talla: no obsesionarse con el número de la etiqueta. Elegir prendas que se adapten bien al cuerpo, sin apretar ni quedar demasiado holgadas. Un ajuste correcto hace sentir cómoda.
- Optar por tejidos elásticos: los tejidos con un poco de elasticidad, como el algodón mezclado con elastano, se adaptan mejor a las curvas y ofrecen mayor comodidad.
- Ajustar las prendas si es necesario: si una prenda gusta, pero no queda perfecta, acudir a un sastre para ajustarla. Un pequeño cambio puede marcar la diferencia.
- Elegir marcas que se adapten a cada cuerpo: algunas marcas están diseñadas pensando en mujeres maduras, con tallas y cortes que se ajustan mejor a las proporciones cambiantes.
- No temer a cambiar de talla: los cuerpos evolucionan, y es normal necesitar una talla diferente a la de hace años. Lo importante es sentirse bien con lo que se lleva.
¿Cuáles son los mitos más comunes sobre la moda de invitada a los 50 y cómo podemos romperlos?
A partir de los 50, muchas mujeres enfrentan creencias limitantes sobre la moda que pueden restringir su estilo. Aquí algunos mitos comunes y cómo romperlos:
- “Debo vestir de forma conservadora". Cómo romperlo: incorporar tendencias modernas de forma moderada, como estampados discretos, cortes actuales o accesorios llamativos. El estilo no tiene edad.
- “No puedo usar colores vivos”. Cómo romperlo: los colores vibrantes pueden revitalizar tu look. Combínalos con tonos neutros para equilibrar el conjunto.
- "Las mujeres mayores no deben mostrar piel”. cómo romperlo: escotes estratégicos (en V o de barco) o mangas cortas pueden ser elegantes y favorecedores si te sientes cómoda.
- "No puedo llevar estampados” Cómo romperlo: optar por prints como rayas, florales pequeños o geométricos, que añaden interés sin abrumar.
- "La moda es solo para jóvenes”. Cómo romperlo: la moda es una forma de expresión personal. Elige prendas que te hagan sentir segura y reflejen tu personalidad.
¿Cómo podemos actualizar nuestros looks de invitada sin perder nuestra esencia o estilo personal?
Incorporar detalles modernos, como mangas abullonadas, estampados geométricos o texturas interesantes es clave, pero en pequeñas dosis para que no nos quede un resultado abrumador. Los accesorios, como bien hemos comentado, marcan la diferencia. Bolsos, zapatos o joyas con diseños contemporáneos pueden dar un toque fresco a looks clásicos sin comprometer tu estilo.
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No tengas miedo a probar nuevos cortes, como faldas midi plisadas, bajos asimétricos o vestidos fluidos, que aportan modernidad y son muy favorecedores. Renovar la ropa interior también ayuda a conseguir una buena base. Invierte en opciones que te hagan sentir cómoda y segura, como sujetadores sin aros o bragas de tiro alto. Y, sobre todo, mantenido tu esencia, ya que no hay nada como sentirte auténtica y confiada.
¿Es un error tratar de seguir el mismo estilo de ropa que usábamos en nuestra juventud, o es mejor adaptarlo?
No es un error seguir un estilo que siempre te ha gustado y te representa, pero es importante adaptarlo a los cambios naturales del cuerpo y al estilo de vida actual. A partir de los 50, el cuerpo puede experimentar transformaciones, y lo que funcionaba en la juventud puede no ser tan cómodo o favorecedor ahora. Sin embargo, mantener tu esencia personal es clave.
Adaptar tu guardarropa significa elegir cortes que resalten tu figura actual. También implica priorizar la comodidad sin sacrificar el estilo, optando por tejidos de calidad y prendas versátiles. En resumen, no se trata de abandonar tu estilo juvenil, sino de evolucionarlo para que refleje quién eres hoy.