El pensamiento es una planta muy valorada en jardinería por su capacidad de evitar el crecimiento de malas hierbas, de ahí que suelan plantarse al pie de los arbustos. Empezó a cruzarse en el norte de Europa a comienzos del siglo XIX por lo que aguanta un rango amplio de temperaturas.
Se adapta a los climas no extremos, florece en otoño y si la cuidas bien puede llegar a ser perenne. Actualmente tiene muchas variedades, cada cual con distintos tamaños y colores de flor, por lo que también es muy apreciada en decoración de exteriores, tanto en balcones pequeños como en terrazas pequeñas.
¿CÓMO SE CUIDA LA PLANTA PENSAMIENTO?
El pensamiento es una planta de exterior que aguanta bien el frío aunque no las heladas constantes.
- Luz. Búscale una ubicación luminosa ya que necesita al menos 6 horas de luz diaria. Si el clima es muy cálido o el sol muy intenso, mejor colócala en zona de semisombra.
- Temperatura. Aunque parezca frágil es una planta de exterior que en principio aguanta bien las frías temperaturas del otoño y el invierno.
- Suelo. Necesita un sustrato rico en nutrientes y materiales orgánicos. Es imprescindible que esté bien drenado porque necesita humedad pero no permanentemente así que mejor vacía el platito de la maceta.
- Abono. Lo ideal es hacerlo al empezar el otoño empleando sustancias de liberación lenta que duren tres meses. Para el resto del año mejor utilizar abonos líquidos. En cualquier caso, sigue siempre las instrucciones del fabricante.
- Poda. El calor del verano le da un aspecto mustio así que aprovecha esa época para sanearla. Basta con que la cortes a ras de suelo.
- Semilla. Si quieres verlo crecer desde el principio, deberás preparar los semilleros durante julio y agosto ya que necesitan sol. Si lo haces en septiembre, aprovechando que aún hace bueno, debes protegerlos bajo techo mientras empiecen a germinar.
¿CUÁNDO REGAR LA PLANTA PENSAMIENTO?
Lo más importante con esta planta es mantener la tierra siempre relativamente húmeda, pero nunca encharcada. Un riego excesivo o una tierra con un drenaje insuficiente podrían provocar exceso de humedad en sus raíces, y que la planta enferme o se debilite.
- Pauta. Durante la época de floración será necesario regarlo cada 2 o 3 días según las peculiaridades del clima y el suelo.
- Plagas. Un exceso de humedad puede traer hongos y moho gris. Araña roja, pulgones, babosas, caracoles y orugas son sus grandes enemigos.
¿CUÁNDO FLORECE EL PENSAMIENTO?
Los pensamientos florecen en otoño y se quedan durante el frio. En los climas cálidos pueden durar hasta bien entrada la primavera. Eso sí, si no recibe suficiente luz tendrá pocas flores y además serán más pequeñas.
¿CUÁNTO DURA LA FLOR DE PENSAMIENTO?
El pensamiento es un planta híbrida bianual que el primer año produce hojas y el segundo, flores. Estas flores de cinco pétalos y colores diversos pueden llegan a durar hasta 4 meses.
- Para prolongar la floración del pensamiento debes retirar los capullos de las flores que se hayan marchitado.
¿CÓMO SON LAS HOJAS DE PENSAMIENTO?
Además de tener unas flores preciosas y coloridas, las hojas del pensamiento son también bastante características. Su color es verde intenso y tienen forma de corazón y margen dentado.
¿CÓMO CUIDAR LA PLANTA PENSAMIENTOS EN INVIERNO?
El pensamiento es una planta de exterior y, como tal, su ubicación idónea es en balcones, terrazas o jardines. No solo resiste bien el frío sino que el calor, especialmente el de la calefacción, le hace daño.
- El invierno es su época de floración. Riégalo de forma moderada cada dos o tres días aproximadamente, evitando siempre mojar las hojas y las flores.
- Asegúrate de que drena bien ya que le gusta la humedad pero no el encharcamiento.
¿QUÉ CURA LA FLOR DE PENSAMIENTO?
Las flores del pensamiento se emplean habitualmente en farmacología porque contienen antioxidantes, vitamina C, betacarotenos, ácido salicílico, flavonoides y otros componentes como mucílagos, un tipo de fibra soluble.
- Puede contribuir a combatir las infecciones de la piel, como expectorante, depurativo, diurético o laxante.
- Como norma general nunca debes consumir una planta con fines terapéuticos sin haber consultado a tu médico ya que muchas tienen contraindicaciones para circunstancias concretas como embarazo, lactancia o hipertensión, y también podrían producir alergias o reacciones peligrosas para la salud.