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Los 25 pueblos más bonitos de Cantabria según National Geographic cargados de naturaleza

Costeros, de interior, turísticos o grandes desconocidos. Estos son algunos de los pueblos bonitos de Cantabria que merece la pena conocer. ¿Cuál te gusta más?

Isabel Zúñiga

Especializada en temas de decoración, hogar, alimentación y bienestar.

Actualizado a05 de octubre de 2023, 10:19

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En esta selección de los pueblos más bonitos de Cantabria está tu próximo destino. ¡Encuéntralo!

¿Cuál es el pueblo más bonito de Cantabria?
¿Qué pueblos no te puedes perder en Cantabria?
¿Qué pueblos ver en la costa de Cantabria?
¿Qué pueblos ver en Cantabria que no sean tan conocidos?
Los pueblos más bonitos de Cantabria ordenados por orden alfabético

¿Te apetece descubrir el norte de España? Recientemente te hablábamos de los pueblos más bonitos de Asturias, y hoy continuamos nuestra ruta en dirección este para descubrir los pueblos más bonitos de Cantabria. Maravillas de costa e interior que forman parte del recorrido por los pueblos más bonitos de España y que seguro, querrás conocer en este viaje.

¿Y cómo son los pueblos bonitos de Cantabria? Te adelantamos que son localidades encantadoras que ofrecen paisajes frondosos, idílicas playas, ricas tradiciones, arquitectura de ensueño, fascinantes leyendas y una deliciosa gastronomía, ya que algunos son los pueblos donde se come mejor.

Para ponértelo fácil, hemos preparado una selección con los pueblos más bonitos de Cantabria, pero antes te adelantamos cuáles deberían ser algunas de las paradas indispensables de la geografía cántabra. ¡Haz las maletas!

¿Cuál es el pueblo más bonito de Cantabria?

Según Viajes National Geographic, el pueblo más bonito de Cantabria sería Comillas, seguido de Mogrovejo, Potes, Carmona, Santillana del Mar y Bárcena Mayor.

¿Qué pueblos no te puedes perder en Cantabria?

Si todavía no sabes cuáles son los pueblos que no te puedes perder en Cantabria, aquí tienes varias sugerencias: Potes, Bárcena Mayor, Comillas, Carmona, Santillana del Mar, Mogrovejo, San Vicente de la Barquera y Liérganes.

¿Qué pueblos ver en la costa de Cantabria?

Si te apetece disfrutar del aire del mar, estos son algunos de los pueblos que puedes ver en la costa de Cantabria: San Vicente de la Barquera, Laredo, Comillas, Santoña, Suances, Castro Urdiales, Noja, Pedreña, Miengo o Liencres.

¿Qué pueblos ver en Cantabria que no sean tan conocidos?

Los pueblos más bonitos de Cantabria suelen tener bastantes turistas, por lo que otra opción es darte la oportunidad de descubrir pueblos que no sean tan conocidos como Pedreña, Cosío, La Hermida, Barcenillas, Liencres o Mogrovejo.

Los pueblos más bonitos de Cantabria ordenados por orden alfabético

Ahora que ya te haces una idea de cuáles son los pueblos bonitos de Cantabria, prepárate para conocerlos un poco mejor. ¿Cuál será tu próximo destino?

Aldea de Ebro

Sin lugar a dudas, el Ebro es una de las grandes referencias de Cantabria. Este es uno los diversos pueblos que crecieron junto a él, aunque ahora está prácticamente despoblado. Sus preciosas casas en piedra y balcones de madera bien merecen un paseo y más de una fotografía. Entre sus monumentos puedes visitar su conjunto parroquial románico, constituido principalmente por la ermita de Dondevilla y la iglesia de San Juan Bautista.

Bárcena Mayor

Bárcena Mayor es el único núcleo de población incluido en el Parque Natural Saja Besaya. Destaca por lo tradicional de su arquitectura, con construcciones de sillería, tejados rojos y mamposterías típicas. No te olvides visitar la iglesia de Santa María, las antiguas casas rectorales o las hileras de casas de dos plantas, con soportal, solana y cerramientos de madera.

Barcenillas

Con espléndidas casonas barrocas y un caserío tradicional bien conservado, Barcenillas constituye uno de los conjuntos de arquitectura rural más representativos de Cantabria. Descubre las pequeñas hileras de casas con solana que van formando calles y barrios. La mayoría de ellas conservan su pequeño huerto y su corral al lado o frente a la casa, lo que contribuye a darle ese aire campesino y a la vez señorial que lo distingue. Para visitar en cualquier época del año.

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Cabezón de la Sal

El nombre de este pueblo hace referencia a la que ha sido durante siglos su actividad principal: la extracción de sal. En Cabezón de la Sal también se junta un variado patrimonio con monumentos como la Casa-Palacio de Carrejo o la Iglesia de San Lorenzo. Además, encontramos una importante muestra arqueológica como es el yacimiento prehistórico de Cabrojo, con grabados de piedra arenisca, y una importante representación natural con el Parque Natural del Saja.

Carmona

No, nos hemos confundido. Además del Carmona de Sevilla, puedes encontrar otro pueblo con el mismo nombre en Cantabria. Totalmente distinto, eso sí: ganadero, tradicional y montañés. Te encantará fotografiar sus casas con arcadas y balcones llenos de macetas y mazorcas, así como el Palacio de los Díaz Cossío y Mier. Si eres amante de la naturaleza, te fascinará el bosque de las secuoyas.

Cartes

Este pequeño pueblo de Cantabria es tranquilo y muy bonito. Está estructurado en una sola calle, manteniéndola tal como estaba en la Edad Media. Te encantará pasear por el Camino Real mientras fotografías las preciosas casonas, con sus flores, sus balconadas y sus distintos escudos nobiliarios. Buen ejemplo de la arquitectura civil montañesa son la Casa del Capitán Don Miguel Velarde y la Casona de los Obregón. Aunque el edificio más característico es el formado por sus famosos torreones.

Castro Urdiales

¿Te apasiona la Edad Media? Castro Urdiales es tu sitio. Merece la pena visitar el Castillo de Santa Ana, el faro, la Iglesia de Santa María de la Asunción, la Ermita de Santa Ana y las ruinas de la Iglesia de San Pedro. Y no solo eso, sino que Castro Urdiales también tiene mucho que decir gastronómicamente. No te vayas sin degustar sobaos y quesadas, queso fresco o de nata acompañado con membrillo y nueces.

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Cóbreces

Si te encantan las playas de arena fina, tienes que saber que Cóbreces cuenta con impresionantes acantilados y una playa de arena fina situada en la ensenada de Luaña. Asimismo, cuenta con numerosos recursos arquitectónicos como la Abadía de Santa María de Viaceli, donde se puede disfrutar de los cánticos gregorianos de sus monjes y del exquisito queso que elaboran. La Casa Torre de los Villegas, el Monumento al Peregrino y el Instituto Agrícola Quirós son otros lugares de interés.

Comillas

Comillas es uno de los pueblos bonitos de Cantabria, que merece la pena ir incluso cuando llueve. Sus playas de arena fina, dunas, acantilados, marismas y una ría, lo hacen perfecto para realizar excursiones a pie. Disfrutarás caminando por sus plazuelas y calles empedradas (llévate calzado cómodo). Imprescindibles son "El Capricho" de Antoni Gaudí con un pórtico inconfundible; el Palacio de Sobrellano, construcción de estilo neogótico; y la Universidad Pontificia, que domina toda la localidad.

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Cosío

Situado en la unión entre los ríos Vendul y Nansa, Cosío cuenta con menos de 200 habitantes, lo que no impide que sea uno de los pueblos más emblemáticos de la zona gracias a su patrimonio arquitectónico popular. Destacan en especial tres casonas: la Casa La Panda, la Casona Blasonada de los Cosío y la casona del siglo XVIII, junto con su capilla. ¿Sabías que fue elegido pueblo más bonito de Cantabria en 2016?

Laredo

Laredo se estructura en tres zonas bien diferenciadas: la Puebla Vieja y su arrabal, la zona del Ensanche, y la prolongación de éste hasta el Puntal. Por otro lado, cuenta con La Salvé, una de las playas más bonitas y extensas de Cantabria. Pasea por la zona antigua para admirar preciosas casonas, como la del Condestable o la de la marquesa de Arcentales. La iglesia parroquial de Santa María de la Asunción y la plaza de Carlos V son otros puntos clave. Y si vas en agosto, no te pierdas la Batalla Floral que se celebra el último viernes.

Liencres

Muy cerquita de Santander encontramos Liencres, que cuenta con un increíble patrimonio natural gracias a sus dunas. Tras visitar el Castillo de Pedraja y el de Hércules, disfrutarás adentrándote en el Parque Natural de las Dunas de Liencres, formado por dos playas y pequeñas calas con olas ideales para la práctica del surf. Detrás de estas playas se sitúan algunas de las dunas más importantes del norte de España.

Liérganes

Liérganes se sitúa a los pies de dos pequeñas elevaciones, Marimón y Cotillamón. La parte vieja de la villa se conoce como El Mercadil, e incluye las casonas populares, el Palacio de Rañada, la iglesia de San Sebastián, la parroquial de San Pedro Ad Víncula, las casas de los Setién y los Cañones, las capillas del Humilladero y el Carmen y el puente nuevo. Toma nota también de su balneario y su famoso chocolate con churros.

Mogrovejo

¿Buscas un pueblo que te transporte a los Alpes Suizos como la misma Heidi? Lo tienes aquí ¡y sin salir de España! Situado en los Picos de Europa, Mogrovejo tiene muchísimo encanto, y mucha historia, ya que en el monasterio cisterciense de Santo Toribio de Liébana, se escribieron los famosos comentarios al Apocalipsis. Pasea por sus bien señalizadas calles para descubrir la Torre de Mogrovejo, la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y sus sencillas casas típicas lebaniegas. ¡Un pueblo de película!

Noja

El principal atractivo de Noja son sus largas playas como la de Ris y Trengandín: pasea por ellas al atardecer y con la marea baja. Su entorno es una importante reserva natural que atrae a miles de aves. La villa alberga varias casonas y casas tradicionales construidas en piedra, ermitas, molinos de arena, fuentes y un puente medieval. La nécora, el bocarte y la sardina son sus productos estrella.

Pedreña

Pedreña se encuentra unida por un puente a la villa de Somo y por mar a Santander, desde donde parten las tradicionales lanchas que atraviesan la bahía. Una imagen que la identifica son las "pedreñeras" o mariscadoras recolectoras de almejas. Pedreña goza de una arraigada tradición en las regatas de traineras, cuyas competiciones se desarrollan en verano. Si eres aficionada al golf aprovecha para visitar el Real Club de Golf de Pedreña, uno de los primeros de España.

Potes

Potes es uno de los pueblos más bonitos de Cantabria, y está situado en una zona rodeada de espectaculares montañas en la que confluyen ríos y arroyos. Sus calles, atravesadas por numerosos puentes, cuentan con edificios y monumentos con siglos de historia. Destaca la Torre del Infantado, la iglesia parroquial de San Vicente y las casonas y palacios solariegos.

Puente Viesgo

Si por algo es conocido Puente Viesgo es por la cueva del Castillo, un yacimiento prehistórico excepcional descubierto en 1903. Son muy visitadas sus históricas pinturas de línea ancha y color ocre que representan a ciervos, bisontes y caballos. Otro de los elementos más conocidos es su famoso balneario, que aprovecha las aguas medicinales del manantial y que son muy utilizadas por personas que padecen de enfermedades cardiovasculares o del sistema nervioso.

Riocorvo

Situado muy cerca del río Besaya, Riocorvo destaca por sus casas blasonadas organizadas en torno a la calle Real. Es sin duda uno de pueblos bonitos de Cantabria que mejor conserva la arquitectura tradicional. Algunos de los edificios más importantes son la Casona de los Púlpitos, la de licenciado Antonio Bustamante y la de los Haro. Tampoco te puedes perder la Capilla de San José y la Casona de Portilla Tagle. Muy próximo a Riocorvo está Cartes, otro de los pueblos de nuestra lista.

San Vicente de la Barquera

San Vicente de la Barquera es la villa marinera por excelencia, y uno de los pueblos más bonitos cerca de Asturias. Visítala y disfrutarás de una preciosa estampa con sus playas y su interesante conjunto monumental, del que forman parte la iglesia de Santa María de los Ángeles, el castillo y los restos de una muralla. Los puentes son otro de los signos de identidad de esta villa, como el de la Maza, con 28 ojos, mandado construir por los Reyes Católicos. Imprescindible una foto de su ría y el puente de la Maza y los Picos de Europa nevados al fondo.

Santillana del Mar

Situada en la ruta norte del Camino de Santiago, Santillana del Mar es una hermosa villa medieval que se desarrolló en torno a la Colegiata de Santa María. Varias torres defensivas y palacios renacentistas hacen de ella un destino imprescindible. Su mayor tesoro se encuentra a las afueras: la Cueva de Altamira, conocida como la “Capilla Sixtina del Paleolítico”.

Santoña

Otro de los pueblos bonitos de Cantabria es Santoña. Está dividida en dos zonas: el casco urbano, asentado sobre una llanura, y una zona montañosa donde se alza la ladera del Brusco y el Buciero. Su historia de la villa está ligada al Monasterio de Santa María del Puerto, que dio paso después a la iglesia románica de mismo nombre. Santoña es el primer puerto conservero del Cantábrico, así que no te vayas sin degustar sus anchoas en aceite de oliva y su bonito.

Suances

Esta villa turística cuenta con excelentes playas, como La Concha, La Ribera, La Riberuca y Tagle, que invita a contemplar espectaculares puestas de sol en los largos atardeceres del verano. A pocos metros del mirador de la Playa de los Locos, playa ideal para practicar el surf, se encuentra el faro de Suances, ubicado en el extremo de tierra que se adentra en el mar justo en la salida de la ría de San Martín de la Arena.

Tudanca

En el occidente de Cantabria encontrarás el pueblo de Tudanca, cuyas preciosas casas rústicas con mampostería y cubierta a dos aguas, están dispuestas en hileras. Resultan muy interesantes muchas de sus casonas, como la de Herrán o la de Tudanca, que en la actualidad es un museo. Si también te llama la atención la arquitectura religiosa, no dudes en visitar la iglesia parroquial con planta de cruz latina y bóvedas de crucería, puede que del siglo XVIII.

Vega de Pas

Vega de Pas, junto a San Pedro del Romeral y San Roque de Riomiera, conforma el conjunto denominado las "tres villas pasiegas". Lo realmente característico de este pueblo es su arquitectura rural, concretada en la cabaña pasiega, cuya influencia queda patente en su tradicional modo de vida. No te pierdas la plaza de Vega de Pas, la iglesia parroquial del siglo XVII y el sanatorio del doctor Madrazo de principios del XIX. Y, por supuesto, nada de irte sin llevarte los típicos sobaos y las ricas quesadas.