25 frases positivas de El Principito que te alegrarán el día y te harán sonreír

El Principito es una de las obras más reconocidas en todo el mundo. Escrita por Antoine de Saint-Exupéry, y publicada por primera vez en 1943, es una historia que seguro que hemos leído prácticamente todos. De hecho, se podría decir que es la novela corta más conocida del mundo.

Acompañada de dibujos pintados con acuarelas por el propio autor, El Principito se ha convertido en uno de los personajes de ficción más reconocibles, junto a otros icónicos como Mafalda, Tin Tín o Snoopy.

Así, este cuento ha dejado para el recuerdo frases que han marcado nuestras vidas, pero también la de nuestros padres o nuestros abuelos.

¿Por qué es tan famoso "El principito"?

La característica principal de El Principito es, precisamente, la que ha hecho que esta obra se haya convertido en una tan importante.

El cuento está narrado como si fuera infantil pero, si miramos más allá y realmente reflexionamos, nos daremos cuenta de que es en realidad una crítica a la sociedad. En concreto, a la adultez, a la forma en la que vemos las cosas y a lo que le damos relevancia cuando nos hacemos mayores.

Así, realiza reflexiones sobre nuestra naturaleza que nos harán pensar, a través de la narración de la historia de un niño príncipe que vive en un asteroide y cae en la Tierra. Allí, conoce a un piloto en el desierto y comienza un diálogo profundo y poético sobre distintos temas relevantes.

¿Cuál es la frase más conocida de "El Principito"?

La respuesta está clara, porque todo la hemos escuchado alguna vez. "Lo esencial es invisible a los ojos" Una de las frases más bonitas de la literatura. Su significado lo es aún más: lo que es verdaderamente importante en la vida no se ve, pues solo el corazón es capaz de percibirlo.

Las mejores frases de "El principito"

• Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que juzgar a los demás. Si logras juzgarte bien a ti mismo eres un verdadero sabio.
• No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo lo hice mi amigo y ahora es único en el mundo.
• Caminando en línea recta no puede uno llegar muy lejos.
• El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea tan importante.

• Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, comenzaré a ser feliz desde las tres. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto; ¡descubriré el precio de la felicidad! 
• Los ojos están ciegos. Es necesario buscar con el corazón.

• Si alguien ama a una flor de la que no existe más que un ejemplar entre los millones y millones de estrellas, es bastante para que sea feliz cuando mira a las estrellas. Se dice: “Mi flor está allí, en alguna parte…”
• Lo que embellece al desierto es que esconde un pozo en cualquier parte.

• Las personas grandes nunca comprenden nada por sí solas y es cansado para los niños tener que darles siempre explicaciones.
• Cuando uno está verdaderamente triste son agradables las puestas de sol.
• Los ritos son necesarios (...). Es lo que hace que un día sea diferente de los otros días; una hora, de las otras horas.
• Todas las personas grandes han sido niños antes. Pero pocas lo recuerdan.

• Es una ocupación muy linda. Es verdaderamente útil porque es linda.
• Es el único que no me parece ridículo, quizás porque se ocupa de otra cosa y no de sí mismo.
• A veces no hay inconveniente en dejar para un poco más tarde el trabajo; pero tratándose de baobabs, el retraso es siempre fatal.

• Sólo los niños saben lo que buscan.
• Al primer amor se le quiere más, al resto se le quiere mejor.
• Eres el dueño de tu vida y tus emociones, nunca lo olvides. Para bien y para mal.
• Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día, cada uno pueda encontrar la suya.
• Bebo para olvidar que soy un borracho.

• Es una locura odiar a todas las rosas sólo porque una te pinchó. Renunciar a todos tus sueños sólo porque uno de ellos no se cumplió.
• Únicamente los niños aplastan su nariz contra los vidrios.

• Algunas veces abrirás tu ventana sólo por placer y tus amigos quedarán asombrados de verte reír mirando al cielo.
• La gente tiene estrellas pero no significan lo mismo para todos.

• Cuando les habláis [a los adultos] de un nuevo amigo, no os interrogan jamás sobre lo esencial. Jamás os dicen: “¿Cómo es el timbre de su voz? ¿Cuáles son los juegos que prefiere? ¿Colecciona mariposas?”. En cambio, os preguntan: “¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos tiene? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre?”. Sólo entonces creen conocerle.