'Con amor, Meghan' es el nombre del nuevo proyecto de Meghan Markle que está en boca de todos. Hace cosa de unas semanas, la mujer del príncipe Harry sorprendió a todos los observadores de la Corona británica reapareciendo en las redes sociales. Concretamente a Instagram, donde acumula más de dos millones de seguidores, aunque en realidad el motivo para hacerlo no era otro que promocionar este trabajo. Un nuevo programa que, desde el pasado martes 4 de marzo, está disponible en la plataforma Netflix.
Eso sí, con un tono muy distinto al documental 'Harry & Meghan' estrenado en 2022, en el que los duques de Sussex exponían cómo había sido su relación desde el día en el que se conocieron hasta su turbulenta salida de la Casa Real. 'Con amor, Meghan' es otra cosa. Un espectáculo de la vida, distendido, en el que la exactriz se muestra al natural cocinando sus recetas favoritas y conversando con las personas de su entorno. Y es precisamente en una de esas conversaciones en las que se descubre algo sobre su figura que muchos no tenían en el radar.
El importante cambio que Meghan remarca en su programa
Y eso es algo tan sustancialmente unido a ella misma como es su apellido. 'Markle', por el que la mayoría del populacho la tiene en el radar, y con el que se dio a conocer en la etapa en la que todavía era protagonista de ficciones tan aclamadas como 'Suits'. También el de su padre, Thomas Markle, con el que todo el mundo sabe que no mantiene una buena relación después de los escándalos mediáticos en los que se vio envuelta por su culpa en el pasado.
Sea como fuere, parece que en ningún caso sería esta distancia con su progenitor el motivo principal para querer desmarcarse del apellido con el que siempre se han dirigido hacia ella. Para comprender la realidad del asunto, solamente hace falta echar un vistazo a una de las escenas de su nuevo 'show', en las que en una escena en la cocina junto a su amiga, la comediante y actriz Mindy Kaling, la nuera de Carlos III se siente ciertamente extrañada porque llame 'Meghan Markle'.
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"Qué gracia que sigas diciendo Markle", le responde a su íntima después de que se refiera a ella de este modo, para después señalar con claridad que "sabes que ahora soy Sussex". Una variación en la forma en la que quiere que se la conozca que va más allá del título que recibió al casarse con el nieto de Isabel II en 2018, y es que la propia Meghan es quien se encarga de explicar por qué este cambio remite a algo con un significado mucho más personal.
¿Qué hay detrás de querer desmarcarse del apellido 'Markle'?
Se trata de una metamorfosis simbólica, directamente relacionada también con el gran papel que tienen en su vida sus dos hijos. El mayor, el príncipe Archie, y la pequeña, la princesa Lilibet, que son su motor en el día a día, además de los causantes de que gran parte de que sus planteamientos hayan cambiado. "Cuando tienes hijos piensas: 'no, yo quiero compartir mi nombre con mis hijos'", exponía, para después seguir relatándole a Mindy que "es importante poder decir: 'es nuestro apellido familiar, el apellido de nuestra familia'".
Cabe destacar que no era esta la primera vez que la duquesa ponía sobre la mesa este asunto. En la previa al gran estreno ya declaró para la revista 'People' sobre su unión con Harry -y los niños- que "una gran parte de nuestra historia de amor es que compartimos el apellido Sussex". "Significa mucho para mí", confesó también, evidenciando que vivir con "algo que Archie, Lili, Harry y yo tenemos en común" no es irrelevante. Más bien todo lo contrario, pues a pesar de todos los traspiés a los que ha tenido que hacer frente a lo largo de estos años desde que aterrizó en la institución, se sirve como la demostración de que la familia tiene un altísimo valor para Meghan. La familia que ha construido. Su familia.