'Con amor, Meghan', el nuevo proyecto profesional de Meghan Markle, no ha caído en saco roto. Lo cierto es que ninguno de los pasos que da la mujer del príncipe Harry lo hace. La cuestión es que, inevitablemente, que estos impliquen ser la estrella de un programa para Netflix no invita a que cese el flujo de opiniones. Esas opiniones que tanto le dolieron y le costaron desvincularse de la Corona británica, tal y como ella misma relata en 'Harry & Meghan', su primera incursión en el universo de los documentales sobre uno mismo.

Ahora ha llegado el segundo, aunque con un tinte mucho menos dramático, pues en ningún caso trata el formato que se estrenó hace escasos días sobre el angustioso fin de su relación con la realeza como sucedía con el anterior. En su defecto, la duquesa de Sussex ha apostado pro mostrar una faceta igual de cercana, pero mucho más afable. A fin de cuentas, 'Con amor, Meghan' va sobre las recetas que prepara para deleite de sus amigos más íntimos, con los que se muestra al natural. La cuestión es que ni con esas parece convencer a la crónica real.

Meghan Markle
Gtres

La crónica real española se suma a las críticas

Porque aunque cada uno tenga su propia opinión sobre el fenómeno que terminó por acuñarse 'Megxit', sigue siendo considerable la masa para lo que ha venido no acaba de cuajar para muchos. Véase la ingente cantidad de cronistas británicos que en los tabloides han publicado ya sus críticas más voraces. El caso es que esas críticas han ido más allá de las fronteras del Reino Unido, y para muestra el último blog de Pilar Eyre, periodista especializada en Casa Real, en la revista 'Lecturas'.

Un texto que comienza asegurando que en primera instancia tuvo interés por poder publicar su opinión sobre la serie. No obstante, "después de tragarme ocho episodios de 40 minutos en los que Meghan no hace otra cosa que soltar una bobada después de otra", está claro que la comunicadora no quedó del todo satisfecha. Y es que ni siquiera las recetas convencen a Eyre, en el devenir de la preparación de "unos comistrajos repugnantes". "No he visto nada más estúpido en mi vida", reafirma Pilar, para después entrar de lleno en un análisis más concreto de los contenidos.

Y es precisamente en ese ejercicio de desgranar lo que acontece en el espacio cuando alude la columnista a "su sonrisa extasiada". A todas las veces que se vale de alocuciones como "qué monada", "es tan genial", "lo adora", "me encanta" o "soy tan feliz". Eso sí, sin obviar el único momento en el que "deja ver la fiera que lleva dentro cuando le espeta a su supuesta amiga, 'no me llames Markle, llámame Sussex', con voz de niña del exorcista".

Pilar Eyre advierte de que "el privilegio asoma"

Para Pilar no vale de nada que Meghan intente con desespero demostrar que tiene un pasado humilde. "Declara que en su juventud trabajó, no haciendo de actriz, que eso ni se menciona", pone la bloguera sobre la mesa. Sea como fuere, eso no quita que haya atisbos de privilegio. Y es que no es cosa de los autores británicos solamente lo de decir que 'Con amor, Meghan' es un programa para pijos y ricos, pues Eyre también hace alusión al momento en el que, cuando Meghan dice a sus amigas que "siempre hay que tener un huerto", se siembra el desconcierto. ¿Acaso puede tener todo el mundo un huerto? "Si vives en un piso pequeño siempre puedes poner un huerto en la ventana", responde ella. Como si nada.

Y a todo esto se le añade otra percepción que la catalana no ha pasado por alto que, precisamente estas amigas con las que conversa, tendría como única misión "hacerle la pelota". "Y no solo le hacen la pelota las amigas, que más parecen actrices contratadas que amigas de verdad", señala, pues "el equipo de rodaje" también entra en esta ecuación. Eso sí, sin olvidar que la propia nuera de Carlos III es la productora ejecutiva de esta serie. Para la periodista, la verdadera razón por la que el director la reconoce "sublime" o los cámaras llaman "exquisitez" a sus elaboraciones. Nada orgánico, todo estudiado.