La vitamina C se ha convertido en un ingrediente estrella dentro del mundo del cuidado de la piel. Conocida por su capacidad antioxidante y su papel en la síntesis de colágeno, es una aliada poderosa para combatir el envejecimiento prematuro y las manchas. Sin embargo, su uso en verano genera muchas dudas y, si no se aplica correctamente, puede traer efectos no deseados como irritación, enrojecimiento o incluso el efecto contrario al deseado: manchas en la piel.

Muchas personas evitan la vitamina C en los meses de calor por miedo a la fotosensibilización o al creer que no es compatible con la exposición solar. Sin embargo, más que eliminarla de la rutina, lo importante es conocer sus propiedades, cómo integrarla correctamente y qué errores comunes pueden comprometer sus efectos positivos.

¿Qué es la vitamina C y por qué es tan importante en la piel?

La vitamina C es un potente antioxidante que protege la piel del daño causado por los radicales libres, moléculas inestables que aceleran el envejecimiento cutáneo. Además, ayuda a unificar el tono de la piel, estimular la producción de colágeno y potenciar la luminosidad del rostro.

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En el verano, la piel está más expuesta a agresores externos como los rayos UV, la contaminación y el cloro de piscinas, lo que puede generar un mayor estrés oxidativo. En este sentido, la vitamina C no solo es beneficiosa, sino que es fundamental para reforzar las defensas de la piel frente a estos factores. “Lo que puede causar sensibilidad no es la vitamina C en sí, sino la oxidación de ciertos derivados inestables que pueden irritar la piel. Por eso es tan importante elegir una buena fórmula”, explica Rocío Lajarín, CEO de Alma Secret y Doctora cum laude en Farmacia.

¿Cuáles son los principales errores que cometemos?

“El uso de la vitamina C es totalmente seguro, y de hecho, es muy recomendable, pero es fundamental aplicarla correctamente”, explica la experta. Por ello, vamos a hacer un repaso por los principales errores que se suelen cometer y que restan efectividad a este ingrediente activo. 

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Error 1: Aplicarla sin protector solar

“Uno de los errores más comunes al aplicar vitamina C en verano es no acompañarla con protector solar. Aunque es un antioxidante ayuda a combatir el daño solar, no sustituye al SPF, sino que potencia su efecto. También es habitual aplicar una cantidad excesiva de producto, creyendo que más es mejor, cuando en realidad una dosis pequeña es suficiente y evita posibles irritaciones”, comenta Rocío.

Para evitar este error, lo ideal es aplicar el suero de vitamina C por la mañana y, posteriormente, usar un protector solar con SPF 50. Esto no solo previene daños, sino que también potencia los beneficios de la vitamina C al combatir los radicales libres generados por la radiación solar. “Si se tolera bien, también se puede usar en la noche, ya que favorece la regeneración celular”, añade. 

Error 2: Usar concentraciones inadecuadas

No todas las pieles toleran igual la vitamina C, y en verano, una concentración demasiado alta puede causar irritación, sobre todo si se combina con otros ingredientes como el retinol o los ácidos exfoliantes. Para quienes se inician en el uso de este ingrediente o tienen piel sensible, es recomendable comenzar con concentraciones bajas (alrededor del 10%) e ir aumentando gradualmente hasta un 15% o 20%. 

“Si bien el ácido ascórbico puro es la forma más potente, es altamente inestable con la luz y el calor. Es mejor optar por opciones más estables como Arcorbyl Palmitate, que además es un derivado con una alta tolerancia, ideal para pieles sensibles”, confirma la experta. 

Error 3: No almacenarla correctamente

La vitamina C es un activo altamente inestable que se oxida con facilidad cuando se expone al aire, la luz o el calor. En verano, las altas temperaturas pueden hacer que su eficacia se vea reducida rápidamente, haciendo que pierda su poder antioxidante e incluso se vuelva contraproducente para la piel.

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Para evitar este problema, es recomendable almacenar el suero de vitamina C en un lugar fresco y oscuro, preferiblemente en el refrigerador. También es importante fijarse en el color del producto: si ha adquirido un tono marrón o anaranjado intenso, significa que se ha oxidado y es momento de reemplazarlo. “En estos casos puede dejar residuos en la piel que al contacto con el sol parecen manchas, pero no es una pigmentación real”, declara. 

Error 4: Mezclarla con ingredientes inadecuados

Otro fallo común es combinar la vitamina C con activos que pueden irritar la piel o reducir su eficacia. En verano, la piel tiende a estar más sensible por la exposición solar, por lo que hay que ser cuidadosos con ciertas combinaciones.

  • Vitamina C y retinol: Juntos pueden ser demasiado agresivos, aumentando la irritación. Es mejor usarlos en días alternos o aplicar la vitamina C por la mañana y el retinol por la noche.
  • Vitamina C y ácidos exfoliantes (AHA/BHA): Pueden causar sensibilidad excesiva. Si se usan, es mejor espaciar su aplicación en la rutina.
  • Vitamina C y niacinamida: Aunque antes se creía que se neutralizaban entre sí, estudios recientes indican que pueden combinarse, pero es preferible aplicarlas en diferentes momentos del día para evitar irritaciones.

Error 5: Aplicarla en piel irritada o lesionada

En verano, la piel puede sufrir quemaduras solares, deshidratación o irritaciones debido al cloro y la sal del mar. Aplicar vitamina C en estas condiciones puede intensificar la incomodidad y causar picor o enrojecimiento. Si la piel está sensibilizada, es mejor optar por ingredientes calmantes como el aloe vera o la centella asiática antes de retomar la vitamina C. Una vez que la piel haya recuperado su barrera de protección, se puede reincorporar gradualmente.

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“Un mal uso de la vitamina C en verano puede generar efectos secundarios como irritación, enrojecimiento y sensación de ardor, especialmente en pieles sensibles o cuando se combina con otros activos fuertes como ácidos exfoliantes”, sentencia la CEO de Alma Secret. 

Lejos de ser un ingrediente prohibido en verano, la vitamina C puede ser una gran aliada si se siguen las pautas adecuadas, ya que, cuando se usa de forma correcta, no solo potencia la luminosidad de la piel, sino que también la protege del daño solar y el envejecimiento prematuro. Así que, en lugar de eliminarla de tu rutina en verano, asegúrate de aplicarla de manera adecuada para disfrutar de todos sus beneficios sin riesgos.