A partir de los 25 años, la producción de colágeno en el cuerpo empieza a disminuir de forma gradual, lo que puede reflejarse en la pérdida de firmeza y elasticidad en la piel. Cuando llegamos a los 30 años, notamos que el cabello comienza a mostrar signos de envejecimiento. Se vuelve más fino, pierde pigmentación (aparecen las canas) y puede volverse más frágil, por lo que lo hace más propenso a la caída.
Aunque esto es parte del proceso natural de envejecimiento capilar, hay solución: con buenos hábitos y productos adecuados podemos mantenerlo saludable por más tiempo porque “el cuidado del cabello es esencial para mantenerlo sano y fuerte, ya que el pelo no tiene la capacidad de repararse por sí mismo”, revela Pilar Ochoa, dermatóloga especializada en envejecimiento.
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Y esto es tan importante porque nuestro pelo no es para siempre, puesto que como explica la experta, el ciclo de vida del cabello es relativamente corto: “el pelo en nuestra cabeza tiene un promedio de vida de alrededor de tres años, eso significa que cualquier cosa que hagamos en estos años previos se reflejará en tu cabello”.
Para ponerle solución, hemos pedido a la dermatóloga Pilar Ochoa que nos confiese cuáles son esos consejos clave que harán que nuestro cabello esté sano por más tiempo. ¿Lista para lucir pelazo?
7 Consejos sencillos de experta para cuidar el pelo y que esté sano por más tiempo
Manipula el pelo lo menos posible
Los tratamientos que penetran en la cutícula del cabello para cambiar su textura y color pueden comprometer la salud capilar. Algunos de ellos como los tintes o los alisados “son métodos que alteran la estructura natural del pelo, mediante los productos químicos. Aunque pueden proporcionar el aspecto deseado, a largo plazo estos tratamientos debilitan y dañan el tallo piloso, haciéndolo más susceptible a la ruptura”, cuenta la dermatóloga.
Ante esto, es recomendable espaciar este tipo de tratamientos químicos para dar tiempo al cabello de recuperarse y evitar un daño irreversible. Muy importante, también, incorporar mascarillas nutritivas y aceites que ayuden a restaurar la salud de los cabellos tratados.
Cuidado con los peinados que tiran
Hacerse peinados en exceso, apretar demasiado algunos como las trenzas o utilizar rizadores también pueden causar el llamado daño mecánico, que es uno de los factores que más afecta la salud de nuestro cabello. La dermatóloga señala que “la tracción continua puede llevar a la ruptura del pelo y, en casos extremos, a la alopecia por tracción, una forma de pérdida de cabello causada por el tirón constante en los folículos capilares”.
¿Lo ideal? Optar por peinados más sueltos y deja el cabello descansar entre ellos para no someter al cabello a una presión constante. Además, es fundamental usar protectores térmicos antes de aplicar calor, como rizadores o planchas, para minimizar el impacto.
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Usa cepillos adecuados y cepilla con cariño
No todos los cepillos son iguales y, por ello, hay que fijarse en los dientes y las cerdas del mismo. Pero, ¿qué debemos tener en cuenta a la hora de elegir un buen cepillo? “Los cepillos con dientes más separados y recubiertos de materiales como el teflón reducen la fricción entre el cepillo y el pelo y permiten un deslizamiento más suave, especialmente en cabello mojado o enredado”, sostiene Ochoa.
No se trata solo del cepillo, sino de la salud de nuestro cabello: “Esto es crucial porque la fricción excesiva puede dañar la cutícula, que es la capa protectora externa del pelo, haciendo que se vuelva frágil y propenso a la ruptura”, continúa.
Por el contrario, como expresa Ochoa, “un cepillo con dientes muy juntos puede engancharse en los nudos y tirar del pelo causando daño”. Así que lo mejor es elegir “cepillos con cerdas suaves y puntas redondeadas”. ¿Y qué debemos evitar? “Los cepillos con cerdas metálicas o puntas afiladas, ya que puedes rasgar la cutícula del pelo”, responde.
La dermatóloga recomienda una técnica de cepillado clara: “empieza desde las puntas y avanza gradualmente hacia la raíces, para evitar tirarte el pelo y causar rupturas. Un cepillado suave es fundamental para minimizar el daño de tu pelo”.
Evita peinarte con el pelo húmedo
Quizás pienses que es lo mejor, pero cuando el pelo está mojado, las proteínas que lo componen son más flexibles, lo que hace que sea más susceptible a la ruptura. Por tanto, tal como destaca la dermatóloga Pilar Ochoa, “peinarlo mientras esté mojado, puede causar daños significativos e irreversibles”.
Asimismo, ten cuidado al desenredar y utiliza tus propias manos para ello. “Después del lavado usa los dedos para desenredar suavemente el pelo, comenzando desde las puntas hasta la raíz y espera que el pelo esté casi seco antes de peinarlo completamente”, sugiere la experta.
Minimiza el uso de las herramientas de calor
Siempre oímos que el calor excesivo del secador o las planchas, pero ¿cuál es el motivo? Básicamente, porque ‘queman’ el cabello. La dermatóloga nos lo cuenta de una forma más técnica: “el calor puede desnaturalizar las proteínas del pelo, especialmente de la queratina, que es fundamental para su estructura y la fuerza. Esto provoca que el pelo se vuelva quebradizo y se rompa más fácilmente”.
Por tanto, la solución es reducir su uso lo máximo posible. No obstante, “si es necesario usar secador, ajústalo a la mínima potencia y mantén una distancia de al menos 15 centímetros del pelo. Algunos secadores modernos están diseñados para ser menos dañinos, pero aún así, el uso excesivo puede causar problemas”, recalca la Doctora en Dermatología.
Evita rascarte el cuero cabelludo.
En los últimos años, hemos aprendido que el cuidado del cuero cabelludo se traduce en un pelo sano, fuerte y bonito. De hecho, es casi más importante cuidar la piel capilar que el propio pelo. Cuando no le prestamos atención al cuero cabelludo, puede surgir irritación, inflamación, picores o afecciones como dermatitis seborreica o caspa, lo que acaba haciendo que nos rasquemos de forma frecuente.
Y así surge otro problema. En palabras de Pilar Ochoa, “el rascado continuo puede dañar la cutícula del pelo y eventualmente el folículo piloso. Esto puede llevar a la pérdida de cabello y a problemas del cuero cabelludo como la irritación y la inflamación”. Además, si notas que estos efectos no mitigan, “es muy importante identificar y tratar la causa. Consulta a un dermatólogo para que te ayude a encontrar el tratamiento adecuado y evitar daños adicionales”, recomienda.
Pasa por la peluquería regularmente
Sí, para ayudar a nuestro cabello a que crezca más y mejor, tenemos que hacernos las mejores amigas de nuestro peluquero y dejar que haga su trabajo, al menos para cortarnos las puntas, puesto que, tal como indica la experta, “son el resultado del daño acumulado y no pueden repararse con productos tópicos. Cortarlas regularmente ayuda a mantener el pelo sano y evita que el daño se extienda hacia arriba por el tallo del pelo”, dice la dermatóloga.
Los cortes regulares para sanear el aspecto del pelo no son negociables para lucir una melena radiante. ¿Cada cuánto?, te estarás preguntando. La Dra. Ochoa recomienda “cada seis u ocho semanas para eliminar las partes más dañadas del pelo. Este mantenimiento regular es esencial para evitar problemas mayores y mantener el pelo en su mejor estado”.