¿Pelo graso? No te eches las manos a la cabeza. Y lo decimos literalmente, porque tocarse demasiado el pelo, agrava el problema. Si estás cansada de que tu pelo dure poquísimo tiempo limpio, no te agobies, porque tenemos todas las claves para que tu cabello se vea siempre limpio, suelto, sedoso y con volumen, ¡Ah! y una de ellas, sorprendentemente, no es lavarte más el pelo.
Descubre por qué.... Tu pelo cambiará y tu vida también, porque dejará de ponerte en apuros.
¿Por qué tengo el pelo graso?
Un cabello no es más graso que otro porque se lave más o menos. Todo reside en el funcionamiento de las glándulas sebáceas, que se encuentran en la piel y también en el cabello. El sebo acumulado en el cuero cabelludo se produce de forma natural mediante ceras y grasas neutrales, con propiedades "aceitosas".
El sebo es necesario para nuestro organismo, pues la grasa se encarga de evitar la sequedad y proteger la piel y el cuero cabelludo de las agresiones externas. Pero hay casos –en muchos de ellos tiene que ver las hormonas– en los que las glándulas sebáceas están más activas de lo normal y pueden producir un exceso de grasa.
Esto ensucia el cabello y el cuero cabelludo, dejándolo más brillante, más untuoso y con un aspecto más lacio y apelmazado. Una sensación de sucio que no es agradable para las personas con tendencia a pelo graso.
Pelo graso: soluciones
- Cepilla el pelo antes de lavarlo. Pon la cabeza hacia abajo y pasa el cepillo para eliminar los posibles residuos. Es un truco que va muy bien para mejorar el lavado de cualquier cabello, pero especialmente indicado en el caso de pelos grasos.
- Elige bien el champú para pelo graso. Elige un champú específico para el pelo graso – sus ingredienets ayudan a regular la secreción de sebo, a la vez que le aportan volumen– o que ponga en el envase que no contiene sulfatos. Los sulfatos son ingredienets detergentes que limpian de forma agresiva el cabello, llevándose por delante los aceites naturales que nuestro cabello necesita, lo que obliga a las glándulas sebáceas a producir más sebo.
- El agua, ni muy fría ni muy caliente. El agua debería estar tibia, porque muy fría no ayuda a eliminar la grasa ni los residuos de productos. Y si está muy caliente, abrirá la cutícula en exceso y estropeará el cabello. Piensa que el agua muy caliente también estimula una sobreproducción de grasa.
- No frotes el cabello en exceso. Se recomienda un lavado suave acompañado de movimientos circulares con las yemas de los dedos. Si se frota fuerte, con la idea de que quede más limpio, lo único que se logra es favorecer la producción de más sebo.
- Acondicionador sí, pero ligero. No es necesario que prescindas de él, porque te ayuda a mantener tu pelo hidratado. Para no engrasarlo demasiado y que le reste volumen, procura que no toque las raíces. Úsalo solo de medios a puntas y aclara con abundante agua para que no queden restos que puedan apelmazar el pelo.
- Espacia la frecuencia de los lavados. Cuantos más lavados, más grasa genera el cabello. Puedes hacerlo cada dos o tres días. Si necesitas con "urgencia" lavarlo, puedes recurrir entre un lavado y otro al champú en seco.
- Procura no usar muchos productos de fijación. Lacas, ceras, gominas... Aunque ayuden a que tu peinado se mantenga más tiempo inamovible, acaban ensuciando más las fibras capilares.
- Exfolia el cuero cabelludo. Si nos realizamos exfoliaciones en cara y cuerpo, ¿por qué no exfoliar el cuero cabelludo que también es piel al fin y al cabo? Con este gesto, eliminamos parabenos, siliconas, sudor, células muertas, restos de polución y de productos de fijación. Todo esto hace que el bulbo del pelo se obstruya y no le llegue el oxígeno, lo que deriva en problemas de caspa, caída o grasa. Hay exfoliantes capilares específicos suaves, que se pueden usar una vez a la semana, antes del champú.
- Prueba los tratamientos con arcilla. También puedes usar tratamientos pre-champú que purifican las raíces y regulan la secreción de grasa, permitiendo espaciar los lavados durante 3 días. Son mascarillas especiales con un efecto détox, ideales para las personas cuyo pelo tiene tendencia a engrasarse rápidamente, mientras las puntas quedan resecas. La arcilla purifica con suavidad el cuero cabelludo, mientras mantiene hidratadas las puntas.
- Limpia tus peines y cepillos. Parece una obviedad, pero mucha gente tarda mucho tiempo en limpiarlos y cuando se desenredadn el pelo o se lo peinan a diario trasladan la suciedad de estos enseres a su cabello.
Champú para pelo graso: cómo elegir el mejor
El castaño de Indias ayuda a controlar la grasa; la maleluca y la ortiga tienen un efecto astringente y antibacteriano; el aceite esencial de menta ayuda a equilibrar el cuero cabelludo y el mentol natural tiene un gran efecto calmante, siendo especialmente indicado en los cueros cabelludos más sensibles. El efecto de este último permite reducir las irritaciones y el enrojecimiento característico de cabellos grasos.
Pelo graso: errores
- Tocarte el pelo continuamente. Es un gesto que ensucia el cabello más rápidamente. Para evitarlo, recurre a recogidos fáciles, como coletas o moños (muy de moda).
- Alimentos demasiado grasos. Margarinas, embutidos, salsas... podrían estar contribuyendo a una producción excesiva de sebo en tu cabello. Ahora, tras las fiestas navideñas, quizá es una buena idea seguir un plan détox para tu piel y cabello.
- Usar a diario secador y/o planchas. El calor favorece la producción de sebo. Pero, además, muchos pelos grasos tienen las puntas secas y, ya sabes, el uso abusivo de secador, planchas o tenacillas las deshidrata aún más.