Mascarillas, champús sin sulfatos, acondicionadores, matizadores, sérums y bálsamos capilares, aceites reparadores,... Son productos para el cuidado del cabello que de sobra conocemos, pero que a veces parecen no ofrecer los resultados esperados. ¿Por qué? Conocer la porosidad de nuestro pelo podría ser la clave para cambiar las tornas. ¡Sigue leyendo!
¿Qué es la porosidad del pelo?
La porosidad es "la habilidad que tiene cada hebra de cabello para absorber y retener la hidratación", explica Olga G. San Bartolomé, peluquera experta en cuidado del cabello con más de 35 años de experiencia. Autora de Secretos de Salón. Así, se podría traducir en la habilidad con la que tanto el agua como otras sustancias penetran y salen del cabello.
Por eso, según la peluquera, "un cabello poroso es aquel queno tiene la capacidad de retener la hidratación dentro durante mucho tiempo". Por eso la experta afirma que no es recomendable utilizar en este tipo de cabellos champús con base jabonosa. "El champú con jabón lo que hace es abrir la cutícula del cabello, por eso es tan importante utilizar acondicionador para sellarlo cuando se usa", señala.
Cómo saber la porosidad del cabello
La peluquera nos propone este sencillo truco para comprobar la porosidad de nuestro cabello en casa. consiste en colocar 2-3 hebras de cabello limpio y sin restos de productodentro de un vaso transparente con agua. Hay que esperar unos minutos para poder observar los resultados.
Según la porosidad, ocurrirá alguna de estas tres cosas:
- Las hebras se hunden rápidamente en el agua. Eso puede significar que el cabello tiene porosidad alta y necesitamos cuidados adicionales para mantenerlo bonito. Es algo que sucederá seguramente en las melenas tratadas químicamente o que suelen estar expuestas a las altas temperaturas de las herramientas de calor.
- Las hebras se quedan a una altura media. Significa que tenemos una porosidad media e ideal para tratar el cabello y que se vean los resultados. Es propia de cabellos que necesitan un mantenimiento bajo y que mantienen la humectación por sí mismos.
- Las hebras se quedan cerca de la superficie. Esto ocurre porque la cutícula es muy compacta e impide que se absorba el agua. Es lo que sucede en melenas con porosidad baja.
Si después de esta prueba aún nos quedan dudas, lo mejor es acudir al salón de peluquería, donde podrán realizar un diagnóstico profesional del cabello para ayudarnos a saber qué tipo de porosidad tenemos y qué productos nos convienen más.
Tipos de porosidad
Según esta peluquera experta, básicamente podemos encontrar tres tipos de porosidad en el cabello:
- Porosidad alta: las más problemática a la hora de hidratar, ya que los efectos apenas duran. Es un cabello en el que no se sella bien la cutícula y, por tanto, no retiene nada que le apliques. A veces, en este tipo de cabello, a las 2 horas de lavarlo vuelve a notarse sensación de sequedad.
- Porosidad media: es la ideal, porque es la que realmente permite obtener mejoras con los tratamientos, que se conservan con el tiempo.
- Porosidad baja: es el tipo de cabello en el que más cuesta introducir tratamientos, ya que la cutícula está muy sellada. "Si quieres hacerle algo es muy difícil llegar al interior", detalla San Bartolomé.
Cómo cuidar un cabello poroso
Así, San Bartolomé recomienda utilizar un champú sin base jabonosa y, "a ser posible, que lleve un acondicionador potente, reparador o muy hidratante incluido en la fórmula, ya que es la manera de sellar de forma más eficaz". Y es que la experta afirma que con un champú normal no lo vamos a conseguir jamás, ya que "es un tipo de cabello en el que aunque aplicas hidratación nunca parece quedarse".
Según su porosidad...
- En los cabellos con porosidad baja los productos con ingredientes reparadores y nutrientes no son efectivo y tan solo sirven para aportar peso y dejar un acabado mate. En estos casos, solo son recomendables las fórmulas hidratantes.
- En las melenas con porosidad media es necesario el uso diario de champús y acondicionadores hidratantes combinados con mascarillas nutritivas una vez por semana. Eso sí, hay que ser riguroso con los cuidados para evitar que este tipo de cabello se convierta en totalmente poroso.
- Si tienes alta porosidad, el cabello podría estar muy dañado y la cutícula, muy abierta, por lo que podrías sufrir de puntas abiertas. Significa además que cuando lo laves absorberá demasiada agua y se encrespará, sin retener la hidratación. Por eso en este caso son esenciales la nutrición e hidratación diarios, así como la reparación, si el cabello está muy dañado.
¿Hidratar, nutrir o reparar?
Es importante recordar la diferencia entre hidratar, nutrir y reparar. Hidratar es aportar agua al pelo, mientras que nutrir es aportar alimento para el cabello y reparar es incorporar una especie de cemento que mantenga unidos los enlaces del cabello dañado.
La hidratación permite mantener el agua natural del cabello y, con ello, su flexibilidad y movimiento. La nutrición se aporta a base de ingredientes como los lípidos, las mantecas y los aceites esenciales, que ayudan a prevenir la deshidratación del pelo, minimizan el riesgo de rotura y dan brillo. Por su parte, la reparación del cabello consiste en reponer las proteínas que mantienen las fibras del cabello unido y que hacen posible la hidratación y la nutrición.
Cómo regular la porosidad
"La porosidad puede ser natural del cabello o venir provocada por el uso de químicos en el cabello, en cuyo caso suele ser alta", explica la peluquera experta. Según su consejo, si tu cabello es poroso naturalmente, la manera de cuidarlo es utilizar un tipo de champú sin jabón y con una fórmula reparadora, hidratante y nutriente. "Al no tener jabón, será un champú que no hace espuma, pero va a sellar el cabello cada vez que te lo laves. Es lo mejor que hay para regular la porosidad", asegura.
Además, San Bartolomé nos da otros consejos para mantener una melena porosa bonita:
- Sellar la cutícula con las yemas dedos de raíces a puntas. Según la experta, se puede aprovechar el momento tanto del champú como del acondicionador durante el lavado para conseguirlo.
- Evitar el uso de peines o cepillos para peinar el cabello mojado y emplear las yemas de los dedos en su lugar.
- Secar el cabello siempre de medios a puntas "direccionándolo hacia el suelo, nunca de abajo hacia arriba, para que la cutícula no se vuelva a abrir". Para ello recomienda utilizar aire frío para hacerlo.