La frecuencia con la que lavarse el pelo siempre ha sido un tema de debate popular. Que si es malo lavárselo a diario, que si se engrasa, se cae más, ... Aunque el tema no está exento de mitos, lo cierto es que "no hay una respuesta única, ya que depende del tipo de cabello, del cuero cabelludo y de las actividades diarias", según la dermatóloga Clara Lacasta, especialista en Medicina Capilar del IMR.

Y es que, según esta experta, "factores como la dieta, el estrés, el tipo de piel y las condiciones hormonales afectan la producción de sebo en el cuero cabelludo. Además, factores externos como la contaminación, el clima, el uso de productos para el cabello y la exposición al sol también pueden hacer que el cabello se ensucie más rápido". De hecho, explica que "la actividad física, el uso de productos y las condiciones climáticas" también influyen.

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Cada cuánto lavarte el pelo según tu tipo de cabello

Por un lado, según esta dermatóloga, el cabello graso puede requerir lavados más frecuentes –"cada dos días o incluso a diario"–, mientras que el cabello seco o rizado puede tolerar lavados menos frecuentes –"cada 3-4 días o incluso una vez a la semana"–. 

"El pelo fino suele ensuciarse con mayor rapidez y precisa más lavados"

Por otro lado, explica que "las personas con cabello grueso pueden espaciar mucho más sus lavados". Y es que la especialista afirma que este tipo de melenas "pueden aguantar entre 4 a 7 días sin lavarse, ya que el tipo de cabello tiende a producir menos sebo y retiene mejor la humedad". Sin embargo, Lacasta señala que "el pelo fino suele ensuciarse con mayor rapidez y precisa más lavados".

El caso especial del cabello maduro

Por otra parte, es posible que con el paso de los años notes que el cabello se te reseca más. Y es que, "a medida que envejecemos, el cabello tiende a volverse más seco debido a una disminución de la producción de aceites naturales", recuerda la dermatóloga. "Esto puede permitir que se espacien más los lavados, aunque también habrá que aplicar más productos de hidratación para mantenerlo sano", subraya.

¿Es malo lavarlo a diario?

"Lavarse el pelo es esencial para mantener el cuero cabelludo limpio, sin exceso de sebo, suciedad, productos acumulados y residuos", recuerda la médica. "La limpieza adecuada también contribuye a la salud del cuero cabelludo, previene problemas como la caspa, y mejora la apariencia general del cabello", recalca.

En cuanto a esa afirmación popular que persiste en torno a que lavarse el cabello todos los días es dañino, la dermatóloga responde que "depende". "El problema no es la frecuencia del lavado, sino el uso de productos inadecuados", afirma. Por eso, "si vas a lavarlo todos los días, usa un champú suave de uso diario o altérnalo con champús de mayor limpieza", recomienda.

¿Hace que se caiga más el pelo?

Respecto a la creencia popular de que lavar el cabello todos los días produce caída, la doctora Lacasta es rotunda: "No es cierto que lavar el cabello todos los días cause caída". Y es que asegura que "la caída del cabello está más relacionada con factores genéticos, hormonales y de salud. Sin embargo, indica que "si usas productos agresivos o lavas o peinas el cabello de manera demasiado brusca, puedes debilitar el cabello y hacer que se rompa".

El problema de no lavárselo lo suficiente

Lo que quizá no sabías es que "espaciar demasiado los lavados puede provocar que el exceso de sebo y suciedad acumulada afecten la salud del cuero cabelludo, irritándolo y provocando una dermatitis seborreica e incluso una caída mayor".

¿Cómo saber si debes lavártelo? En general, la experta señala que sabrás que ha llegado el momento "cuando empiezas a notar el cuero cabelludo graso, cuando el cabello pierde volumen o tiene un aspecto pesado". Igualmente, debes hacerlo si percibes picor. "La clave es escuchar a tu propio cabello y cuero cabelludo", subraya Lacasta.

Te estás lavando mal el pelo (y no lo sabías)

Además de la frecuencia, es importante que lleves un ritual de limpieza adecuado, tanto en lo referente al orden de los productos, como a la técnica. Por ejemplo, quizá no sabías que "es importante que laves el cuero cabelludo y que el jabón caiga por medios y puntas, sin frotar". Igualmente, la experta considera esencial usar acondicionador o mascarilla en medios y puntas de manera regular para nutrir y sellar la fibra capilar.

Según esta dermatóloga, los errores más comunes que suele detectar son:

  • Frotar demasiado el cuero cabelludo: el exceso de fricción puede dañar el cabello y el cuero cabelludo, tanto en el lavado como cuando secamos con la toalla.
  • Usar demasiados productos: esto puede dejar residuos en el cabello.
  • No enjuagar completamente: los residuos de champú o acondicionador pueden hacer que el cabello se vea sucio o pesado.
  • Desenredar tu pelo durante el lavado: el pelo mojado es mucho más frágil que el pelo seco y se rompe con mayor facilidad si lo desenredas mojado. "Intenta solo peinarlo un poco con los dedos o de manera superficial y cuando esté seco ya puedes cepillarlo", aconseja la experta.

Además, quizá no sabías que usar agua demasiado caliente estropea tu melena. "El agua caliente puede resecar el cabello y abrir las cutículas, lo que puede llevar a la pérdida de humedad", advierte Lacasta. Por el contrario, asegura que "el agua fría ayuda a cerrar las cutículas, lo que puede hacer que el cabello se vea más brillante y suave. Por eso, la experta señala que, idealmente, "es recomendable usar agua tibia para el lavado y luego enjuagar con agua fría para dar un acabado más brillante".

Hazlo así

La rutina ideal depende del tipo de cabello, según la especialista, pero, en general, prescribe el siguiente paso a paso:

  1. Champú: elige uno adecuado para tu tipo de cabello (hidratante para seco, purificante para graso, etc.).

  2. Acondicionador: es fundamental para hidratar y suavizar el cabello, especialmente en medios y puntas.

  3. Tratamientos: mascarillas, aceites o sérums pueden ser útiles dependiendo de las necesidades específicas de tu cabello. Es un paso opcional pero recomendable.

  4. Protector térmico: si usas calor, aplícalo antes de utilizar herramientas como planchas o secadores.