Cuando llegan los viernes, estoy deseando que caiga la tarde para disfrutar de una pizza y una buena maratón de series o pelis. ¡Es mi plan perfecto! Si eres de las mías, ya puedes dejar de torturarte. Comerte un par de porciones de pizza a la semana no va a mandar al traste tu dieta. Además de saludable, no tiene por qué ser una bomba calórica. Solo tienes que prepararla tú misma para saber exactamente qué ingredientes tiene y asegurarte de que es ligera y saludable. ¡Ya puedes disfrutarla sin sentirte culpable!
Calorías de la pizza
Resulta difícil calcular con exactitud cuántas calorías tiene una porción de pizza, ya que depende de cómo esté elaborada la masa, su grosor y los ingredientes con los que la aderecemos. Una pizza mediana precocinada de jamón y queso (que pesa 415 g) tiene 224 kcal por cada 100 g. Sí, tu mente está haciendo los cálculos bien: ¡una pizza precocinada mediana entera tiene casi 1.000 kcal (930 kcal)!
¿La clave? Pizza casera con toppings saludables. E intentar no comerte una pizza entera. Una pizza mediana con masa casera con ingredientes vegetales y queso con moderación no debería superar las 668 kcal por pizza. Lo hemos calculado con 125 g de harina (más el agua y la levadura fresca), un tomate a rodajas, media bola de mozzarella, 1/4 de calabacín, 1/4 de cebolla y orégano. Lo ideal sería que te comieras un poco más de un cuarto de pizza, aunque si acaba siendo la mitad tampoco pasa nada, porque serían 334 kcal.
Que la pizza casera sea mucho más recomendable no es solo por la diferencia de calorías, sino por la calidad de sus ingredientes. Una pizza precocinada es un ultraprocesado y está cargada con grasas vegetales de baja calidad, azúcar y sal. En la pizza casera que te proponemos, en cambio, todos los ingredientes son saludables.
¿Conoces las calorías del huevo, del plátano, del pan, de la manzana, del kiwi, del aguacate, de la cerveza, de la patata cocida, del tomate, de los diferentes tipos de quesos, de las frutas o de los embutidos?
Receta de una masa de pizza ligera y esponjosa
Quizas pienses que es fácil preparar una base pizza casera, pero no lo es tanto conseguir una tan finita, crujiente y esponjosa como esta. Esta receta te ayudará a lograrlo.
Ingredientes:
- 300 g de harina de fuerza
- 7 g de levadura fresca
- 1 cucharita de sal
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- 1 vaso de agua (200 ml)
Preparación:
- Tamiza la harina. Si no tienes tapiz, pásala por un colador para que coja aire y se mezcle bien con el agua. Así evitarás que se formen grumos.
- Añade la cucharita de sal y remueve. Haz un agujero en el centro (tipo volcán) y distribuye la harina a su alrededor.
- Calienta el agua en el microondas hasta que esté templada y diluye la levadura. No calientes el agua de más (es preferible que quede fría), ya que podrías anular las propiedades de la levadura.
- Añade el aceite a esta mezcla y viértela en el agujero de la harina. Amasa bien para que se quede lo más elástica posible. Si ves que se te queda pegada, déjala reposar unos minutos. Después, procede a estirar la mezcla con un poquito de harina para que no se pegue y termina haciendo una bola.
- Pinta la masa con un poco de aceite, tápala con un paño ligeramente humedecido y déjala reposar durante 30-45 minutos.
- Cuando pase este tiempo verás que la masa a aumentado de volumen. Divídela en 2 partes y amasa de nuevo. Asegúrate de que queda bien finita y repartida por igual. Déjala fermentar durante otros 15-20 minutos, rectifica el grosor si fuera necesario, añade los ingredientes que desees y… ¡al horno!
- Un truco. Si te sobra masa, métela unos 10 minutos al horno, déjala enfriar y métela en el congelador para utilizarla otro día.
Pizza vegetal
Si tienes capricho de pizza y no quieres que sea demasiado calórica, apuesta por esta veggie. ¡Te va a encantar!
Ingredientes:
- Base de pizza casera o preparada de calidad (en las panaderías de toda la vida suelen vender)
- Salsa de tomate
- Mozzarella
- 1 calabacín
- 1 tomate pequeño
- ½ cebolla pequeña
- Alcaparras
Preparación:
- Extiende la masa sobre papel de horno, úntala con salsa de tomate y espolvorea la mozzarella de forma uniforme.
- Pela el calabacín y córtalo en rodajas finitas. Distribúyelas por encima de la masa.
- Corta la cebolla en juliana y el tomate en daditos. Échalo también.
- Para terminar, añade las alcaparras (también puedes añadirlas cuando la pizza ya esté horneada, eso ya depende de ti).