No dejamos de repetirlo, pero no hay mejor crema facial que la protección solar. Da igual que tengas 20 años, 40 o superes la barrera de los 60 años, el protector solar (también conocida como SPF) es ese cosmético que nunca debe faltar en nuestra rutina de cuidado facial, sea primavera, verano, otoño o invierno. Como explica la Dra. Marta González, dermatóloga-quirúrgica de IMR, la radiación UV derivada de la exposición solar “es un carcinógeno humano reconocido. El bronceado o las quemaduras solares son el reflejo del daño en el ADN de las células de nuestra piel y no proporcionan una protección efectiva frente a esta radiación.” 

De hecho, exponerse al sol de manera continuada y sin protección, “aumenta el riesgo a desarrollar cáncer de piel y produce un fotoenvejecimiento prematuro”, añade la dermatóloga, de ahí que sea tan importante proteger nuestra piel con este tipo de tratamientos faciales, antes de priorizar cualquier otro cosmético en el día a día. Derivando en nuevos cosméticos que optimizan esta protección, pero también agilizar la rutina diaria de quienes los consumen, como ocurre con los protectores solares con color

Boticaria García doble protección solar con color
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Estos, mitad tratamiento, mitad maquillaje, se han convertido en el nuevo grial de las mujeres por su doble acción, siendo capaces de protegernos de la radiación solar el día a día, al tiempo que camufla y alisa nuestra piel, como cualquier crema con color, garantizando un aspecto saludable. O, al menos, así lo consideramos todos hasta estos últimos meses, cuando los especialistas parecen contradecir la creencia popular.

Pese a no negar la protección solar con color como producto en sí mismo, son muchas las voces que defienden su limitación contra los daños solares. La farmacéutica y divulgadora Boticaria García es una de ellas, defendiendo que, “cuando usamos protectores solares con color, nos solemos quedar cortos porque aplicamos menos cantidad de producto de la debida. El famoso truco de aplicar dos deditos de crema, no suele cumplir con los protectores solares con color”, por el temor de muchas a pasarse con el tono de estos cosméticos. 

Entonces, ¿cómo podemos seguir utilizando estos cómodos cosméticos, garantizado el velo de protección que recomiendan los especialistas? La clave residirá en un nuevo concepto conocido como “doble protección”. Una práctica cada vez más recomendada por dermatólogos y especialistas en cuidado de la piel que hoy, desde revista CLARA, te explicamos detenidamente. Contándote qué es, el porqué de su uso y cómo puedes desarrollarla en tu día a día con dos simples productos. 

¿Qué es la doble protección solar?

Derivada de esta popularidad por los protectores con color, han sido muchos los expertos que han evidenciado como “la dosis de crema recomendada” no se practicaba en estos productos con pigmentos, derivando en un SPF menor y una práctica que, si teóricamente era atractiva, en la práctica tenía muchas lagunas. Entonces decidieron enfrentarlo, sin dejar de recurrir a estos cosméticos híbridos que, como defendió, semanas atrás, la dermatóloga María Adelaida Restrepo, “generan una protección adicional contra los causantes de las manchas”.

¿Cuál fue la solución? La práctica de una doble protección, es decir, el uso de dos fotoprotectores diferentes que mejoraban este paraguas contra la radiación UV. “Es un nuevo concepto que consiste en aplicar, primero, un protector solar sin color, de los de toda la vida. Y, después, una capa de protección con color como maquillaje correctivo”, explicaba Boticaria García en sus redes sociales.  

Todas las ventajas de la doble protección solar

Hablamos, por tanto, de una práctica facilísima, que complementa cualquier rutina facial y que, como sostiene la también farmacéutica Helena Rodero, será útil para todo tipo de pieles, pero “especialmente, para personas con manchas, ya que protege mejor contra la luz azul y la hiperpigmentación.” Pero esta no es, ni por asomo, la única gran ventaja de practicar la doble protección en comparación con un solo protector (sea o no con color). 

La especialista también señala otros puntos destacados en su blog personal como, por ejemplo, su enfoque antiedad, “al reducir el impacto de los rayos UV y minimizar la aparición de arrugas y flacidez”; también, como adelantaba, su paraguas contra las manchas, ya que “los óxidos de hierro en los protectores con color bloquean la luz visible, clave en la aparición de hiperpigmentación”, explica Rodero. 

Boticaria García doble protección solar con color
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Todo ello, sin olvidar su mejor estabilidad en la piel, pues “aplicar dos capas por separado asegura una protección uniforme y duradera”, al tiempo que mejora el acabado en la piel, afirmando que “si el tono del protector con color no coincide con tu piel, puedes aplicar encima tu maquillaje habitual.”

Cómo realizar la doble protección solar en el día a día

Ahora bien, al igual que es importante conocer la teoría, debemos atender muy bien la práctica para conseguir toda esta lista de ventajas. Helena Rodero, por su parte, desglosa en cuatro fases principales esta práctica de “doble protección” que tan de moda está hoy:

  1. Primero, aplica una buena capa de protector solar sin color y deja que se asiente durante 5-10 minutos.
  2. Absorbida esta primera fotoprotección, “aplica una capa de protector solar con color o tu maquillaje favorito. Lo ideal es hacerlo con la técnica del punteo, usando una brocha o esponja seca para lograr una aplicación uniforme”, explica la especialista. 
  3. En este paso a paso es muy importante que no mezcles los protectores en la mano, lávate estas después de cada fase, “ya que, si no, podríamos diluir la protección y reducir su eficacia.”
  4. Por último, no te olvides de reaplicar cada 2-3 horas para mantener este velo de protección.

Y si, sencillamente, no usas ninguna base de maquillaje o protector solar con color o presentas una piel con tendencia grasa, desde Estética Lostao tiene la solución para desarrollar esta doble protección: “puedes optar por aplicar solo la crema solar sin color por la mañana y llevar contigo un protector solar en polvo o una bruma solar facial. De esta manera, puedes replicarlo constantemente a lo largo del día, cada dos horas, sin dejar residuos grasos en tu piel.”