¿Estás al día delas tendencias de manicura que arrasarán esta temporada? Tanto si tienes las uñas cortas –aquí encontrarás algunos diseños perfectos–, como largas –ficha esta inspiración tie-dye ideal–, coincidirás con nosotras en que son capaces de convertirse en protagonistas de nuestros looks. Una de las mejores opciones hoy en día (por práctica y cómoda) es la manicura permanente: una vez se seca, no tienes que preocuparte por nada más hasta tu siguiente visita al salón de belleza. Ahora bien, ¿qué pasa si, por cualquier circunstancia, te toca quitártela a ti?
Tranquila, lo puedes hacer en casa si le dedicas al menos media hora y mucha paciencia. De hecho, es preferible que lo hagas antes de caer en el error de morderte, arrancarlo y estropear tus uñas.
¿Qué necesitas para quitar el esmalte permanente en casa?
Con ayuda de una lima dura, acetona pura (es más potente que el quitaesmalte), vaselina, algodón, una crema hidratante especial para uñas y papel de aluminio, puedes quitarte tu manicura permanente siguiendo nuestro paso a paso.
Antes de empezar, ten en cuenta que se trata de un proceso delicado y que nuestro objetivo es no dañar las uñas que, después de tanto tiempo adheridas al esmalte, pueden estar más débiles y quebradizas de lo normal, por lo que tienes que llevar mucho cuidado. ¡Toma nota!
Paso a paso para retirar el esmalte semipermanente
1. Encuentra el lugar
Vale, ponte cómoda porque esto va para largo. Es importante que busques un sitio con ventilación. ¿La razón? La acetona es muy fuerte, y es aconsejable no inhalarla demasiado ya que puede afectar a nuestra salud. Coloca también algunos trozos de papel de cocina como base del lugar donde vas a quitarte el esmalte.
2. Haz que el esmalte se vuelva poroso
El esmalte permanente y la uña están unidos por una capa muy compacta y fuerte, muy difícil de separar. Para eliminarlo, debemos hacer que el esmalte adquiera porosidad, es decir, ablandarlo para que, al aplicar la acetona más tarde, la eficacia sea mayor.
Así, con mucho cuidado, coge tu lima y pásala por toda la superficie de la manicura hasta que se vaya la parte brillante y algo de color, pero no llegues a tocar tu uña real.
3. Prepara tus uñas
Ahora toca proteger tus uñas antes de llevar a cabo el siguiente paso. Aplica una capa de vaselina alrededor de cada una para que la acetona, que usaremos a continuación, no entre en contacto con la piel y dañe tus cutículas.
4. Aplica acetona
Vale, para llevar a cabo este proceso de forma segura para tu piel, ten a mano diez bolitas de algodón y diez trozos cuadrados (no muy grandes, lo suficiente para envolver cada uña) de papel de aluminio. Empapa las primeras con acetona y colócalas sobre cada uno de tus dedos, cubriéndolas a continuación con el papel de aluminio. Ahora, relax: deja que el producto actúe durante unos 15 minutos. ¡Y no te muevas!
5. Retira el esmalte
Cuando veas que el esmalte ha comenzado a despegarse o tiene un aspecto roto, elimina los restos con un algodón impregnado de acetona. Frota suavemente desde las cutículas hasta la punta de la uña.
6. Hidrata
Una vez hayas eliminado todos los restos de acetona, aporta firmeza a tus uñas hidratándolas bien. Para ello, te aconsejamos que utilices una crema especial para esta zona o incluso la propia vaselina durante, al menos, una semana. Y si tienes uno por casa, aplica un esmalte con vitaminas o que ayude a fortalecer tus uñas.
Si te acabas de quitar el esmalte de tu manicura y ya estás pensando en el próximo nail art que te harás o el color del que pintarás tus uñas, ¡no te pierdas todas nuestras propuestas. Aunque si quieres hacerte tu propia manicura, lo primero que necesitas es un buen pintauñas ¡a prueba de golpes!